Photobucket

10 de mayo de 2011

Ucrónicos

No me he olvidado de escribir sobre lo que pasó el sábado en Santiago, solamente estaba esperando a las fotos. Todavía no hay muchas publicadas (yo llevé la compacta pero no hice ninguna xD), pero espero que a lo largo de esta semana salgan todas, o la mayor parte. Y eso que tienen que ser cientos (dicen los fotógrafos oficiales que tienen cerca de mil).
Decidí que mejor voy escribiendo sobre el día, y así como vaya juntando fotos, las iré subiendo en entradas diferentes. Así también hago un poco de bulto xD Siempre con las licencias, links y autores de cada foto. Ninguna va a ser mía, así que tendréis links a más fotos y los nombres de los fotógrafos en cada una de ellas.

Ahora, a lo interesante:
Madrugamos. Mucho, mucho. Casi más que durante la semana. La primera reunión sería a las 11 y media ya en Santiago, y el único tren que nos valía para estar allí a esa hora salía a las 9,40 de Coruña. Despertadores a las 8, y a vestirse corriendo. Descubrí que si hay algo más incómodo que llevar corset es llevar el corset flojo.
Llegamos justos al tren, tan justos que casi no compramos billete y se lo pagamos al revisor una vez dentro. Pero valió la pena, porque en media hora estábamos ya en Santiago.
Buscamos la Casa de las Asociaciones, donde llevaba puesta ya una semana una exposición sobre el evento con libros, armas, dibujos, fotografías... hasta el posible muro de Facebook de Julio Verne. No nos fue difícil encontrarla, aunque de camino nos cayó el primer chaparrón. El día estaba raro, entre chaparrones, orballo continuo y momentos de sol que daba calor.
No fuimos los primeros en llegar allí, pero casi. Todavía no había mucha gente, así que pudimos curiosear las vitrinas y las fotos cuanto quisimos sin estorbar a nadie. Me encantan los libros antiguos, a estas alturas no debe sorprenderle a mucha gente. Y tenían libros antiguos sobre medicina, botánica... no eran facsímiles, sino libros antiguos de verdad. Entre los aparatos me pareció precioso algo que llamaron “aracnógrafo”, una araña que cada pata acaba en una pluma estilográfica. Preciosa, original...
Con el paso de los minutos se iba animando la gente a venir, a cada cual mejor caracterizada. Con el estómago ya pidiendo un poco de la empanada que yo llevaba en la mochila, tuvimos la presentación de Brumas del Alba, un juego que rol de temática steampunk que va a estar a la venta en el verano. No sé nada de rol, pero me tiene buena pinta. Por lo menos me parece interesante, cuando nunca nada de rol me había llamado mucho la atención.

El primer problema del día: había estado lloviendo, así que tuvimos que cambiar el picnic en la Alameda (estaba enchopada) por un picnic un poco menos picnic en una zona refugiada al lado de la zona vieja de Santiago. Nos dieron las indicaciones para llegar y fuimos partiendo en pequeños grupos.
El sitio es como... no sé decirlo. A mí me recuerda a una marquesina de autobús gigante, que tiene un espacio de campito y cemento en la parte de abajo, con una cafetería grande, casi de estación de autobús, todo cubierto por si llueve. Al llegar nos encontramos con un grupo de señores viejos portugueses, que no nos esperaban para nada. Tuvieron un comportamiento que quizás se asemeja más al de algunas clases de primates (no todas) que de humanos. A lo mejor es que es cierta la fama que tienen las portuguesas, y al ver a algunas ucronautas ceñidas o con ligas a la vista perdieron el norte.
El caso es que después de un pequeño rato gritando como verdaderos energúmenos (barajamos la teoría de que los echaron de Portugal y por eso estaban ahí) algunos de los nuestros empezaron a molestarse, y en una sabia y rápida decisión de los organizadores, puesto que hacía un rato que no llovía, decidimos volvernos a la Alameda.
Cuando llegamos estaba lloviendo otra vez, pero encontramos una carpa para la Feria del Libro (o Fiesta del Libro, no sé cómo le llamaron exactamente) y conseguimos refugiarnos dentro. A estas alturas éramos unos 50, perdimos algunos por el camino porque prefirieron comer en un sitio más cómodo xD
No era el sitio más bonito, pero la cara del segurata cuando llegan de repente unas 50 personas caracterizadas como nosotros valió la pena. Nos cebamos a gusto, bastante cómodos (yo pillé un sofá por delante y todo), charlando entre nosotros, y cuando dio la hora, subimos a una zona de la Alameda que no conocía para una demostración de esgrima. Se nos unió más gente, y allí nos hicieron la primera foto de familia (en la página del evento: http://uchronie2011.com/ la primera foto, luego hablaré de la segunda; soy la tercera por la izquierda: un chico, una china, y yo con un cacho de piernas al aire, mirando a otro fotógrafo; David está hacia el centro, en la parte de arriba, pero es más difícil de señalar :P)
La exhibición de esgrima fue espectacular, pese a que uno de los participantes llevaba tacones y faldas largas xD Entre el ruido de las espadas y nosotros animando bastantes turistas se habían unido a nosotros, y se hartaron a sacarnos fotos.
Entonces tocaba asistir a la proyección de cortos steampunk en la Plaza Cervantes. Fuimos bajando los interesados en pequeños grupos. Por el camino nos encontramos con todavía más turistas todavía más desconcertados. Unas chicas con acento francés nos preguntaron por qué íbamos disfrazados, y de qué íbamos exactamente. Ellas por lo menos preguntaron, mientras íbamos caminando para Cervantes (o antes para la Alameda) nos cruzábamos con gente que se nos quedaba mirando y decían cosas como “seguro que están rodando una película” xD En parte es muy halagador: no parecen carnavales, vamos tan bien vestidos como si lo hubieran hecho profesionales para una película :D
Llegamos cuando los cortos estaban empezados de hacía un poquito. Aún así, y pese a que los cortos son como los relatos a veces (sin ninguna conclusión o sentido, algunos muy surrealistas) hubo un par de ellos que me gustaron bastante. Uno de ellos fue “The Mysterious Geographic Explorations of Jasper Morello”, aunque al final me dejó como si no hubiese final y lo huciesen cortado por la mitad y “The Grand Old Duke of York” por la simplicidad no tan simple.
Cuando salimos, una hora y poco después, llovía. Aún así, nos hicimos la segunda foto de familia, en la que salgo bastante más escondida que en la primera xD Éramos todavía unos poquitos más, que se animaron a venir por la tarde.
Tuve la suerte de ser del primer grupo que subió a la Casa de la Troya. La Casa de la Troya es una casa museo que se conserva más o menos como en el siglo XIX. Fue una residencia de estudiantes en sus años, y se hizo famosa porque uno de los estudiantes que pasó por allí, Alejandro Pérez Lugín, hizo de su experiencia una novela, La Casa de la Troya. El libro tuvo bastante éxito y hoy es considerado un clásico, aunque no se hable mucho de él. Por si alguien tiene curiosidad, va sobre la vida de unos estudiantes-tunos en Santiago. Fiestas, gamberradas, chicas, ligoteo, etc. Yo la intenté leer cuando tendría unos 12 años y no la entendí y la dejé a medias, pero cuando tenga algo de tiempo a ver si la retomo. Ahora con más razón que nunca.
La casa está genial. Lo que no se conserva original de la casa está repuesto con piezas de la época que podrían haber estado allí. Hay fotos originales, cuadros, la vajilla.. además de la casa bien restaurada, sin aberraciones de hormigón. Al ser de un pueblo pequeño de Galicia hay muchas cosas en esa casa que me parecen obvias, por haber visto en casas viejas o restauradas, o incluso de lo que me contaba mi padre cómo era su casa cuando él era pequeño, pero tuvimos el honor de subir con el Matrimonio Espectro y varias personas más de fuera que no conocen las casas típicas de Galicia y para ellos sí eran cosas nuevas.
Al salir de la casa, quedaban como otros 7 grupos de 10 personas más esperando para verla.
David tenía ganas de un café calentito, y yo hambre. Escuchamos que otra actividad planeada en el Parque de Bonaval se suspendía por el mal tiempo, y tras el café y unos donetes decidimos que era hora de volver a casa. Mis tripas empezaban a estar cansadas de estar recogidas dentro del corset, y mis ganas de poder encorvarme se hacían mayores. A esas alturas también teníamos los pies machacados, y a lo siguiente que se iba a celebrar no podíamos ir por cuestión de horarios: la música y magia steampunk en el Casino de Santiago.
Así que cerca de las 8 y media de la noche, 12 horas después, volvíamos a estar en la estación de tren, agotados, esperando para poder volver a casa.
Cuando nos íbamos me quedaba con la sensación de estar haciendo mal al perderme la música en el Casino, pero así como me pude deshacer del corset vi que en el fondo había sido buena idea: con lo cansada que estaba no iba a poder aguantar la música tranquilita y la comodidad del casino sin dormirme.
Porque fue llegar al piso, arrancarme sin paciencia el corset (se me quedó enganchado y David tuvo que ayudarme en medio de mi desesperación) y tirarme en el sofá. Minutos después sentía que podría quedarme dormida hasta de pie.
Dormimos como enanos casi 12 horas del tirón, y aunque al ponerme en pie sentí todavía los pies cansados, estaba contenta, muy contenta. Lo habíamos pasado bomba, y ya tenía ganas de repetir.
No sé si se volverá a hacer algo parecido por aquí, pero ojalá que sí.


Y la primera foto nuestra que vi, a la salida de los cortos, gracias al Facebook del Curtocircuito:
Photobucket

1 comentario:

Isi G. dijo...

Qué chulo^^ Por cierto, creo que os lo dije, pero repito: muy guapos, genial caracterización^^

Besotes!!!