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3 de septiembre de 2013

Planes para el curso

Hacía tiempo que quería hacer esta entrada, pero tenía muchos flecos sueltos para aventurarme a hacer conjeturas y escribir sobre ella. Ahora que parece que empiezan a perfilarse las cosas y que empiezo a tenerlas más claras, me atrevo a echar cuentas de la lechera.

Creo que aún no expliqué qué me pasó con el examen en junio de la carrera, de la única asignatura que me queda. Suspendí (como el resto de la clase, si existe realmente la norma de que hay que aprobar a un tanto por cierto de presentados, en mi facultad se la pasan por el forro de los cojones), y como no estaba contenta con mi suspenso, hice una reclamación. Al mes me dieron la resolución, y sigo suspensa. Debería haberme presentado ayer al examen de septiembre, pero pasé de estudiar durante el verano. Y es que estoy cansada, por muchas cosas diferentes, pero sobre todo, por el pasotismo y el desprecio a los alumnos de mi facultad desde la parte del profesorado. Me explico:
Este examen consta de dos partes, cada una de ellas corresponde a una profesora diferente. La primera parte es un comentario de texto de tipo gramatical para explicar los recursos cohesivos, gramaticales y textuales y tal. La segunda son preguntas sueltas sobre adverbios, marcadores del discurso y tipología textual.
Cuando tuve que preparar el examen para diciembre de 2012 (porque aunque me presenté en diciembre lo hice con los apuntes de clase, muy escasos) le mandé un mail a la profesora de la primera parte preguntándole qué bibliografía debería usar para preparar el temario. Me respondió que los apuntes de clase y la bibliografía que nos había dado a principios de curso. Preparé el examen según los apuntes, y cuando suspendí, me dijo que las definiciones estaban mal. Entonces, para preparar el examen de junio 2013, fui a la biblioteca de mi facultad a buscar la bibliografía recomendada. Para empezar, la mitad de los libros o artículos que aparecen en la bibliografía que nos dio (unas 8 páginas en total, entre temas concretos y bibliografía general) no están siquiera registrados en la biblioteca. Usé para mis apuntes y para el examen los que encontré y que me servían. Pues cuando suspendí en junio y fui a hacer la revisión del examen me encontré respuestas en plan “esta definición está bien, pero me gusta más la del otro señor; esta definición, aunque la dice Fulanito, no me convence”, etc.
Además, el examen es un comentario de texto especial que solamente damos en esa asignatura y que supongo que la profesora se ha sacado de la manga, porque a todo al que le hablo de él, salvo que haya tenido esa asignatura, no lo conoce. Es decir, no hay ninguna guía o bibliografía para prepararlo. Tras preguntarle cómo se hacía para diciembre 2012 y no conseguir ninguna respuesta clara (solamente un esquema con los puntos que hay que tocar) construí yo misma el esquema del comentario, y le envié un comentario hecho para esa convocatoria. Recibí una serie de correcciones, pero sin más explicación (como “no bajas al nivel del texto”, cuando estaba todo ejemplificado y el texto interpretado). Como en la corrección del examen de diciembre me repitió lo mismo, a principios de junio 2013 le mandé otro comentario para que me lo corrigiera para presentarme en esa convocatoria. Y nunca obtuve respuesta. A una semana del examen (3 semanas después de haberle mandado el comentario y una serie de preguntas) otra profesora me dijo que se había ido de baja, y que por eso no me contestaba. A dos días del examen, la profesora se reincorporó y me respondió el mail con un “aquí te respondo a las preguntas, pero no tengo tiempo de mirar el comentario”. Y como el comentario no había cambiado gran cosa respecto a junio, volví a suspender.
Respecto a la profesora de la segunda parte del examen, su pasividad es mayor. Su parte en teoría es más fácil de hacer, y siempre saco mejores notas que en la primera, pero no lo hago perfecto. Mis protestas respecto a ella es lo difícil que es saber qué información quiere en las respuestas. Es decir, la mayor parte de su examen son definiciones y clasificaciones de palabras, pero no sé con qué cantidad de información quiere que rellene esas definiciones (la clasificación solo, también la explicación de qué es esa clasificación, su uso dentro del texto, etc.). Cuando fui a la revisión del examen de diciembre 2012 me dijo qué quería y cómo lo quería. Pero cuando estuve estudiando para junio, me di cuenta de que no había entendido bien a qué se refería, porque en casa seguía haciendo las cosas como para el examen anterior. Le dije algo de “fui a la revisión del examen y me diste las correcciones, pero no las recuerdo bien, ¿cuáles eran?” y la respuesta fue algo como “si viniste a la revisión del examen sabrás cuáles son las correcciones”. Surrealista.
En el caso concreto del examen de junio, la nota baja de la primera parte se basaba en que las definiciones no eran precisas (y estaban todas chapadas de la bibliografía) y en la segunda, además de había preguntas que no sabía que podían entrar y no preparé (en parte culpa mía, no puedo reclamarle nada a la profesora), se inventó una clasificación en las preguntas que sí me había preparado.
En ambos casos, ir a las revisiones de los exámenes no ha servido de nada, solo para afianzar mi odio hacia mi facultad, mi carrera, su asignatura y, concretamente, ellas dos. En el caso de la profesora de la primera parte, hablando de que estuvo de baja y no me ayudó lo más mínimo con el examen, “son cosas que pasan, no ha podido ser”. Y en el caso de la otra, después de ver el examen, “pero mujer, si me escribes un mail y no te respondo con lo que quieres, tú insiste”.
La reclamación se basaba en 1)las definiciones de la primera parte son correctas según la bibliografía y 2)la clasificación según la que corrigió la profesora la segunda parte no existe. La reclamación vino ratificando las correcciones de las profesoras repitiendo, casi palabra por palabra, lo que ellas (sobre todo la de la primera parte) me dijeron: no, no se ajusta, no, no bajas al nivel del texto, no interpretas. (nota: el texto a comentar era este: http://ocurrienfebrero.blogspot.com.es/2009/01/os-invito-con-juan-jos-mills-al.html y según la profesora, es una crítica al abuso de la tecnología; y esa interpretación no hay manera de mantenerla). Referente al segundo punto de la reclamación, pasa por alto lo que reclamaba y prefiere centrarse en las preguntas que fallé por falta de estudiar (que no estaba reclamando porque considero que la profesora tenía razón). Para terminar la carta de manera amistosa, añaden un punto diciendo que tengo “deslices en la ortografía y en la redacción”. Y por eso no paso. No.
Además, según la normativa, para resolver la reclamación se han de reunir varios profesores del departamento de la asignatura, y en esa reunión y corrección no pueden participar los profesores titulares de la asignatura. En la carta no especifican qué profesores se han encargado de la corrección, y tal y como está redactada, me da que alguna de las profesoras (sobre todo la de la primera parte) está dentro. Pero no tengo manera de saberlo. Cuando vuelva a acercarme a la facultad iré a hablar con uno de los profesores de ese departamento en los que más confío y le preguntaré si sabe algo del tema.

En fin, entonces me encuentro a mitades de agosto con una asignatura pendiente. Me encuentro con que para el examen de junio estuve estudiando mes y medio y no sirvió de nada (saqué 3 décimas más que en diciembre, pasé del 3,5 al 3,8) y que necesito hacer tutorías con la profesora de la primera parte para poder sacar su asignatura (que me dé concretamente qué quiere que le escriba, ya que buscando por mi cuenta no le gusta) y en agosto me va a hacer menos caso que estando de baja. Decidí no presentarme en septiembre. Estoy cansada, me tienen harta, y no puedo afrontar presentarme otra vez tan temprano, y sabiendo que voy a volver a suspender. No me vale la pena ni hacer los 100km de ida, ni hablar de los 200km de ida y vuelta. El examen fue ayer y no me presenté.
Si tengo ánimos y creo que puedo hacerlo bien, me presentaré en diciembre. Pero eso significa que este curso tampoco entro al máster. Entonces, ¿qué hago durante el curso?

La opción más cómoda es la de repetir el invierno pasado: quedarme en casa, estudiar un poco cada día, aprovechar y terminar la EOI o sacarme el Advanced por mi cuenta; y ganchillar y seguir haciendo crecer a Enemy Dolls.
La opción que más me gustaba: entrar en un ciclo, volver a Coruña, y sacar la asignatura a la vez que el ciclo. Hace años que quiero aprender a coser bien, y necesito anímicamente volver a aprobar y estudiar algo que me gusta. Joder, aunque sea estudiar algo práctico. Tenía tanto la opción de hacer el ciclo medio como el ciclo superior, y tras salir las listas de espera de la gente inscrita en junio, tengo las mismas posibilidades de entrar a cualquiera de los dos (o sea, no: hay 17 personas en lista para el medio y 22 para el superior y esa gente tiene preferencia antes que yo, aunque tenga más nota, porque ellos hicieron preinscripción en junio y yo la haré en septiembre). Aún así, iré hasta el instituto (200km otra vez) para inscribirme igualmente, por si suena la flauta, además de preguntar por el régimen de adultos, es decir, para ir por las tardes, aunque sea un coñazo. Espero que haya suerte, porque necesito esa actividad, la independencia, el aprender cosas útiles por fin y todo eso.
Dentro de esto hay una variante, que me gusta menos pero que es más fácil: hay señoras en mi pueblo que cosen (y esto no lo sabía, porque hubiera empezado hace tiempo) y dan clases de costura. Si el ciclo falla por todos lados, es probable que le pida clases a alguna señora. No es lo mismo, no tengo la satisfacción de las notas ni de la responsabilidad, pero la parte creativa/útil la tengo cubierta.
La otra opción que hay, menos bonita y más improbable, es echarme al monte. Es decir, mi padre tiene una huerta que los últimos años ha estado trabajando un señor, pero ahora el señor está mayor, tiene problemas de ciática y lleva ya todo el verano chungo. Mi padre teme que le diga que deja la huerta, y no quiere que se vuelva a convertir en una finca salvaje. Creo que se está planteando trabajarla, pero sé cómo es y no va a hacer nada. Pues bueno, a mí sí me apetece. Me apetece poner un gallinero pequeño, probar a cultivar cuatro cosas y ver cómo sale adelante. Sin pretensiones comerciales, por supuesto, solamente como catarsis y como cambiar de aire. Y sobre todo, por conseguir hacer algo que sea satisfactorio (como lo es el ganchillo) pero sin las protestas de mi padre de “es que pasas el día ganchillando sin hacer nada”.
No, no me he olvidado del factor lluvia, frío y temporales de Galicia. Lo tengo en cuenta y a pesar de eso me llama la idea.

Y en eso estamos. Mi hermano está volviendo ahora mismo para Santiago, y yo sigo sin saber qué va a ser de mí el próximo curso. De momento, lo que sé es que voy a ir a hacer la preinscripción al ciclo y esperar a que el 16 saquen las listas y posibilidades de matricularse.

*Todos estos planes referentes a volver a Coruña incluían a Gerardo y contemplaban la posibilidad de que él también hiciese un ciclo, pero sus listas de espera son mucho mayores que las mías, y además me acaba de decir que le llamaron para una entrevista de trabajo :D

24 de agosto de 2013

Resurrection y resurrección, pt.II


Vuelvo a seguir contando cómo fue la aventura del Resurrection. Habíamos quedado en la primera noche, después de la salvajada que fue el concierto de Lamb of God, Gerardo fue en busca de una fuente para sacarse toda la tierra de encima, y tras montar un barrizal en sus propias piernas y en la toalla, nos fuimos a descansar.
Por cierto, reportaje de Metalovisión sobre el primer día del festival:


Caímos dormidos en menos de dos minutos, y no despertamos hasta la mañana siguiente; dormimos todo seguido a pesar de dormir en el suelo y compartiendo un saco a modo de edredón.
Por la mañana, desayunamos y fuimos a la ducha. Como era relativamente temprano y el camping todavía estaba durmiendo (porque tras el concierto de Sylosis, que acabó a las 4, la fiesta continuó), pillamos agua caliente en las duchas y por lo menos en el baño de chicas no había cola.
Luego nos volvimos a la tienda y, “sin querer”, nos volvimos a quedar dormidos durante una hora más. Y luego ya nos pusimos en marcha.
Después de dormir un rato más, tocó ordenar la tienda antes de salir a buscar comida. Doblando la ropa del día anterior y separando la “ropa radiactiva” del concierto del día pasado, me di cuenta de que la camiseta de Gerardo tenía sangre a la altura de un hombro. No gotas ni mucha, más bien como si alguien anduviese con un labio sangrando y se hubiese chocado contra él... pero alguien andaba por allí con la cara partida. En los comentarios de Youtube de un vídeo de Lamb of God vi a un tío decir “a mí se me abrió el labio con un codazo que no vi venir”. Probablemente la sangre era suya xD
Mientras yo estaba fuera de la tienda y Gerardo dentro ordenando sus cosas, vimos por primera vez a los que teníamos en una tienda que montaron a nuestro lado. No sé si suerte, casualidad o cómo fue, pero teníamos como vecinos a David Sobrino y al equipo de Metalovisión que fue a cubrir el Resu. Cuando lo vi salir de la tienda instintivamente lo saludé y él se quedó como “ehhh... hola” xD

Ese día volvimos a comer empanada. A mí me da igual repetir empanada todos los días que sean, pero tenía miedo de que a Gerardo no. Pero también le daba igual, y no le parecería suficiente, como vimos unos días más tarde, cuando fuimos a Santiago, cuando volvió a pedirme comer empanada cuando podíamos ir a cualquier otro sitio y comer de plato.
Después de comer fuimos en busca de los otros de Castellón, que estaban más o menos despiertos y vivos. Comentamos el día pasado con ellos, y hubo opiniones enfrentadas en cuanto a Trivium: estábamos los que nos habíamos aburrido y pensábamos que no se esforzaron en tocar, y los fans que era la primera vez que los veían y decían que les habían encantado.
Ellos hicieron sus planes para la tarde que iba a empezar pronto, pero eran diferentes a los nuestros, así que volvimos a ir por nuestra cuenta. Nosotros queríamos subir a tiempo de ver a Vita Imana, poco después de las 5 de la tarde, y ellos subirían un poco más tarde.

Así que a las 4 nos pusimos en marcha. Llegamos al recinto con antelación y nos dio tiempo a coger buen sitio. Escuchamos desde lejos a Violent Eve y me dije mentalmente que tenía que escucharlos tranquilamente en casa (otro grupo de Sobrymusic con un par de miembros de Skunk que nunca había escuchado). Conseguí sitio en las vallas, y esperamos a Vita Imana.
Qué ganas tenía de verlos. Cuánto tiempo esperando para verlos, y poder hacerlo con Gerardo a mi lado agarrándome fue mucho mejor de lo que hubiese esperado. Fue un concierto cortito (apenas 30 minutos) pero muy intenso. Hubo de todo, desde cantar/gritar, algún pogo, un wall of death, Javier Cardoso que bajó al público y se metió en medio del lío... y Un nuevo sol. La canción gracias a la que nos conocimos y que, por suerte, no puede faltar en un concierto de Vita Imana.
Estamos a la derecha de la foto, delante de las vallas (esa cabeza bajita, y Gerardo justo detrás de mí) (click para agrandar):

La sensación al terminar el concierto fue como la de Lamb of God: dolor, cansancio, el saber que te lo has pasado muy bien, pero no saber exactamente qué ha pasado. Fuimos a por reservas de agua y descanso, y como empezaba a tocar un grupo que yo quería escuchar en directo, pero no vivir desde delante, nos sentamos en la hierbita a escuchar a Nao. No me decepcionaron pero no fueron todo lo que esperaba que fuesen, y tras reponer fuerzas nos fuimos al puesto de merchandising oficial.
No trajeron tallas pequeñas de las camisetas de Vita Imana, pero por fin conseguí un Uluh original. Después de intentar conseguirlo de diferentes maneras, de haber fallado los dos conciertos de Galicia y de que mi pago por la review en Thedrinktim nunca llegó, por fin lo conseguí. La camiseta tendrá que esperar a otro concierto en el que estén solos. Y Gerardo también se cogió uno para él.
Para nosotros, lo más intenso de ese día ya había pasado. Por sugerencia mía luego fuimos a la carpa a saltar un poco con Lendakaris Muertos, y mientras no empezaban, escuchamos a Dawn of the maya desde allí, que acababan de empezar. Antes de empezar en la carpa, nos cruzamos con el novio de una excompañera de piso mía, la única con la que me llevé realmente bien. Nos saludamos brevemente y él se fue con su grupo. Escuchamos a Lendakaris desde la carpa mientras no hubo demasiado polvo y luego salimos.
Estábamos esperando a la firma de discos de Vita Imana. Habíamos leído en internet que iban a hacer una, pero no sabíamos dónde ni cuándo. Por el recinto vimos al grupo y los fuimos persiguiendo hasta que se quedaron reunidos en una esquina, nos quitamos la vergüenza y fuimos a saludar. Conseguimos hablar unos 5 minutos con Javier Cardoso, aunque la impresión y la vergüenza nos impidieron darle las gracias de verdad por lo que hicieron por nosotros sin darse cuenta. Para la próxima no falla, lo juro.
Dimos por supuesto que no iban a hacer firma de discos, y nuestra sorpresa que la hicieron un rato después, cuando nos habíamos ido. De todas maneras, no teníamos cámara de fotos para sacarnos foto con ellos, y tenemos una excusa perfecta para volver a verlos y volver a hablar con ellos.
Fuimos a merendar/cenar algo. Gerardo cogió pasta vegana y yo unas patatas. Éramos unos falsos veganos. Durante todo el fin de semana bromeamos con la idea de coger pasta vegana e ir al puesto de los chorizos a que nos pusieran uno troceado, pero al final no lo hicimos.
Cuando estábamos acabando nos encontramos con los amigos de Gerardo, que salían a coger comida a los puestos ilegales de fuera. Fuimos con ellos y luego nos acomodamos en un jardín que había y se nos fue el tiempo volando. Entre los diferentes temas que se tocaron estuvo el “por qué no hay casi tías, que no sea postureo, en el hardcore/metal?”, a lo que llevo respondiendo un par de días en mi muro de Facebook xD
Cuando nos dimos cuenta, corrimos hacia el recinto para ver a Exodus. Realmente, el thrash cada vez me aburre más, y aunque conocía el nombre, nunca había escuchado nada de Exodus. No tocaron mal, a la gente se la veía animada, pero en ningún momento tuve ganas de saltar hacia adelante a meterme entre la gente a correr.
Luego no sé qué hicimos, la verdad. Después de Exodus hicieron dos conciertos más en los escenarios más pequeños y luego salieron Slayer. Entonces descubrí que los grupos realmente grandes y míticos no me gustan en directo: me pasó lo mismo que con Europe. Me aburrí mortalmente y me decepcionaron en directo: volvemos al tema de que el trash no me atrae demasiado, y si lo juntamos con canciones de un sonido muy parecido y una interacción 0 con el público... para eso mejor lo veo en casa. No saludaban ni entre canciones, simplemente tocaban, paraban, empezaban otra...
El cansancio se empezaba a notar, y como los dos no estábamos aburriendo un poco, nos fuimos al bus para que nos devolviese al camping. Nos hubiera gustado esperar hasta las 4 de la mañana y ver a Display of Power, de los que le hablé maravillas a Gerardo, pero no hubo cuerpo. También me dio pena que él no viene a The Exploited, aunque dijo que no le importaba.
El camping estaba tranquilo, nos metimos a dormir y volvimos a caer rendidos a los pocos minutos.
Y el reportaje de Metalovisión del segundo día:

La mañana siguiente el plan fue casi el mismo: despertarse temprano, ir a la ducha de agua caliente, desayunar y volver a dormirse. Pero tras varios días de estar viviendo en el suelo, queríamos ir a comer a un sitio sentados en sillas, a poder ser acolchadas, y comer caliente. Pero no pudimos. Pateamos Viveiro, en busca de una mesa vacía (apenas eran las 2 de la tarde), pero no hubo manera. Los jevis cuando se hacen mayores se vuelven cómodos... y la comida de Galicia tiene buena fama por algo. Tuvimos que volver al camping y comer la media empanada que nos había sobrado del día anterior.
De nuevo, la tarde empezaba temprano para los dos. Rise to fall tocaban a las 5 y yo tenía ganas de verlos. Gerardo los había visto en el Costa de Fuego y había quedado impresionado, y a las 5 estábamos allí.
Me gustó el concierto y espero poder verlos conociendo sus canciones, porque por bien que toquen, me faltaba ese punto acabar de disfrutarlo. Pero con suerte, es un grupo que seguirá, que hará giras y podré volver a verlos.
Le siguieron los dos peores conciertos de todo el festival, los dos, tristemente, protagonizados por mujeres: We ride y El día de los muertos. En los dos, que fueron seguidos aunque en escenarios diferentes, cantaba/gritaba/loquefueseeso una tía. Y ambas lo hacían un poquito mal. Dice Gerardo que no me escuchó gritar durante Vita Imana u otros conciertos, pero espero que cuando yo grito, no suene como esas dos.
El concierto que más esperábamos del sábado era el de Toundra, pero antes de que empezasen nos acercamos a ver a Crisix, otro grupo de Sobrymusic, de thrash. De nuevo, el estilo no me entusiasma, pero su saber estar en el escenario, sus coñas, lo divertidos que hacen los conciertos lo compensaron y lo pasamos bien sin esperarlo.
Y luego, Toundra. Gerardo no los conocía, pero yo los llevo escuchando bastante tiempo y tenía muchas ganas de verlos en directo. Tocan postrock, o rock progresivo, instrumental. Es decir, no tienen voces y las canciones se basan únicamente en instrumentos, con los que crean pasajes y atmósferas especiales y únicas. Tenía miedo de que a Gerardo no le gustasen y se aburriese, pero por suerte me equivocaba.
Toundra tocaban en la carpa, y también esperaba que fuésemos pocos. Mi sorpresa (y la de todos, incluido el grupo) cuando descubrimos que la carpa estaba llena de gente. Y la gente le gritaba al grupo. Fue el concierto más especial de todo el Resurrection. No esperaba esa reacción del público, y creo que en realidad nadie la esperaba. La gente gritaba, saltaba, daba palmas... todos apretados bajo la carpa, escuchando al grupo y las canciones. Yo miraba para Gerardo y lo veía flipar como “pero qué bien suena esto”. El concierto se hizo cortito, porque apena les dieron 40 minutos de actuación. Pero cuando acabaron pedimos otra, aunque con los tiempos tan medidos no hubo suerte.
Salimos de la carpa encantados. El ambiente que se había formado, el buen rollo, la sorpresa del grupo al ver la reacción de la gente y sus caras de agradecimiento y de estar alucinando al terminar hicieron que fuese un concierto único, y completamente inesperado. Para Lamb of God esperábamos las hostias, para Slayer esperábamos cantidad de gente, porque siempre hay cosas que esperas. Pero no esperábamos esto.

Yo veía como Gerardo no recuperaba fuerzas tras la paliza de Lamb of God. Había estado dolorido y cansado desde entonces, y yo le veía en la cara que se le iban agotando las pilas definitivamente. Pero aún queríamos hacer un último esfuerzo: Killwitch Engage. Yo quería meterme entre la gente a saltar y a gritar, aunque tenía miedo de que se sintiese incómodo. Me dijo que no importaba, y que si no estaba a gusto se iría a un sitio más relajado. Creo que cenamos antes, pero no estoy muy segura; y nos fuimos a coger sitio para Killswitch Engage. No tanto como las vallas o como las primeras filas, pero sí en medio de la gente.
No recuerdo gran cosa del concierto, pero sé que lo pasamos bien. Saltamos, cantamos, dimos palmas e incluso se abrió un pogo bastante grande justo delante de nosotros. Luego se abrió otro a un lado y fue brutal cuando se unieron. Pero no nos llevamos empujones y golpes, aunque sí comimos algo de tierra y yo tuve el pañuelo puesto delante de cara casi la mitad del tiempo.
Al terminar, Gerardo estaba cambiado: decía que algo así animado era lo que necesitaba, y ya decidimos quedarnos hasta que el cuerpo no diese más, o por lo menos, hasta Bad Religion, los grandísimos cabezas de cartel.
Horas antes habían avisado de que anunciarían el cabeza de cartel del festival del 2014 antes del concierto de Bad Religion, y queríamos esperar por lo menos hasta saber quiénes eran. Pero cogimos un buen sitio y ya decidimos quedarnos durante el concierto.
Anunciaron a NOFX, entre gritos y saltos por parte de casi todo el público, y salieron Bad religion a tocar. Aguantamos casi todo el concierto, hasta que de nuevo el cansancio nos pudo, y cuando llegamos a la tienda en el camping decían por Twitter que el concierto estaba terminando ya.
No hay publicada todavía el reportaje del tercer día del festival :(

La mañana siguiente fue rara, como todas las mañanas de despedidas de festivales. La gente estaba dormida, pero recogía las cosas para llegar pronto a casa. Ya no había congas hardcore y la mayor parte de la gente que llevaban todo el festival cantando y gritando ya estaban sin voz. Desayunamos, recogimos la tienda y sobre las 12 y pico salimos del camping.
Cuando nos íbamos, Sobrino y Metalovisión quedaban despertándose, y aunque tuve muchas tentaciones de ir a hablar con él y contarle nuestra historia, al final no lo hicimos.
Comimos temprano en la cafetería de la estación de autobuses, y a las 3 de la tarde, un bus cargado con gente destrozada del festival salía hacia Coruña. Los conductores se portaron genial, y como llenábamos el autobús con gente que iba directamente a Coruña, nos hicieron un trayecto directo, sin paradas y sin rodeos. En vez de tardar casi 3 horas en llegar, tardamos una y media. Y el resto, una vez en Coruña, fue sentarse a esperar al bus que nos llevase de vuelta a Corcubión.
Y ahí se acabó el Resurrection: llegamos a mi casa, dejamos la tienda de campaña y los sacos y nos fuimos al hotel a seguir con la aventura de la Costa da Morte.

Es probable que repitamos el próximo año. A ver qué cartel traen, porque el festival, la organización, el ambiente y las instalaciones son una pasada. En ese sentido, el mejor festival al que he ido.

18 de agosto de 2013

Resurrection y resurrección pt.I

Hace ya 15 días que terminó el Resurrection Fest de este año, pero he tenido poco tiempo para ponerme a escribir sobre él. Aún así, aunque haya pasado el tiempo, es algo de lo que me acuerdo a diario y sobre lo que tengo bastante hype. Vamos, que sigo pensando que ha sido brutal e inmejorable.

Esta entrada se puede considerar anexa a la última. Empieza cuando Gerardo llevaba aquí unos días, mientras solo había conocido mi pueblo y parte de a Costa da Morte. Era miércoles ya, 31 de julio, por la mañana (muy de mañana, tanto que el sol estaba apenas saliendo) cuando nos pusimos en marcha. Mientras yo me duchaba, Gerardo veía cómo empezaba a amanecer a través de la ventana del hotel. Ya teníamos casi todo recogido y la noche anterior habíamos parado por mi casa para recoger la tienda y los sacos para el camping.
Arrancamos para Coruña alrededor de las 9 y media de la mañana, con el coche de alquiler. Dejamos el coche y fuimos dando un paseo por la ciudad hasta la estación de autobuses, porque pensamos que nos compensaba ir en bus y no tener coche esos días. Aunque parecía que podíamos ir algo justos de tiempo pudimos llegar, acomodarnos, ir a comprar los billetes... y tener algo de tiempo libre antes de subir al autobús.
El viaje fue algo pesado. Tuvimos que hacer enlace en Ferrol para poder seguir hasta Viveiro, y estuvimos casi 4 horas allí dentro (entramos en el bus a las 11 y algo de la mañana y llegamos a Viveiro sobre las 3 de la tarde). Gerardo durmió un poquito, y yo llevé el viaje entre escuchar música y pensar sobre qué nos podía estar esperando en Viveiro.
Llegamos a la hora de comer, pero preferimos encontrar el camping y asentarnos antes de pensar en comida. No teníamos muy claro dónde estaba, pero seguimos el rastro de jebis y hardcoretas y lo encontramos a la primera. Ya había unas cuantas tiendas montadas y se respiraba ambiente de camping, encontramos un sitio bastante cerca de la puerta y montamos la tienda. Como mi tienda es de las de Quechua, realmente tardamos más en decidir dónde ponerla que en montarla literalmente. Pusimos las cosas dentro, vimos que por suerte cabíamos los dos (apretujados) en una tienda de una persona, y ya nos fuimos a buscar comida.
En Castellón parece ser que cuando se van de festival, para comer, compran una barra de pan, una barra de fuet y lo mezclan (o no, y van alternando mordiscos de una y de otra), pero en Galicia tenemos algo muy rico, llamado empanadas, y nos alimentamos de eso. Fuimos hasta un supermercado y compramos un par de trozos de empanada, que nos comimos en el camping. A partir de entonces, solamente teníamos que esperar a que pasase el tiempo, porque el festival empezaría al día siguiente.
Hicimos el vago por el camping, luego nos pusimos a hablar con un tío que tenía montada su tienda cerca de la nuestra... y dieron el aviso por internet de que los que pudiéramos, fuésemos a buscar las pulseras para entrar al festival al día siguiente y así ir descongestionando las colas. Nos dimos el primer paseo hasta el recinto del festival, aunque no llegamos a entrar. Pasamos un ratito de cola (como se puede ver en esta foto, justito en el centro:

Con nuestras pulseras bonitas, volvimos para el camping, a seguir perdiendo el tiempo.
El sueño empezó a aparecer alrededor de las 10 de la noche, y tras aguantar un rato, decidimos meternos en la tienda y dormir. El camping tenía mucho ambiente, pero nos habíamos despertado a las 8 de la mañana y habíamos recorrido mucho tiempo con la tienda, sacos y demás al hombro, además de la pateada hasta el recinto y vuelta. Escuchábamos cómo llegaban algunas tiendas (unas más silenciosas que otras, como unos putos chilenos que llegaron gritando como si todo el mundo tuviera que enterarse de que habían llegado), alguna gente cantando, y el momento más lol del camping dentro del festival: la conga hardcore. Había poco que nos habíamos metido en la tienda, y escuchamos un ruido rítmico de fondo. Poco a poco va aumentando el sonido y escuchamos “conga conga hardcore!” y vemos a una fila de casi 200 tíos agarrados por la cintura bailando la conga por todo el camping. Había muchas ganas de festival.

Dormimos apretujados los dos en una tienda de una persona, y el pobre Gerardo un poco encogido (teníamos las bolsas a los pies)., y despertamos temprano, pero tras dormir como 10 horas. El camping todavía estaba en silencio, o la mayor parte de él (algunos aún no se habían ido a dormir). Fuimos a los baños y luego nos pusimos a buscar las duchas. En el baño de chicos Gerardo se encontró con cierto guitarrista y voz de cierto grupo de thrash metal de Albacete que aún no se había ido a dormir y apenas se acordaba de cómo se usaban los urinarios de pie. Desayunamos y fuimos viendo cómo llegaban más y más tiendas que se ponían a nuestro lado, cogiendo un sitio con el que contábamos para la gente de Castellón que venía en autobús.
Ellos llegaron sobre las 12 del mediodía, y tuvieron que recorrer el camping para encontrar un sitio en el que cupiesen todos juntos. Lo encontraron, pero un poco a tomar por culo y lejos de nosotros. Y con el suelo tan lleno de piedras que no hubo manera de clavar casi ninguna piqueta hasta el fondo.
Luego no sé qué hicimos. Creo que fuimos a buscar un supermercado en otra dirección que el día anterior y que compramos para comer, aunque no sé si eso fue al día siguiente. Como fuese, conseguimos comida, comimos, hicimos el vago un poco más y luego echamos a andar Gerardo y yo hacia el recinto de conciertos porque empezaba un grupo que queríamos ver, creo que Against de waves.
Aquello era enorme. Este es el mapa del recinto

Y este es el escenario grande desde arriba, para que os podáis hacer una idea de las dimensiones:

Los conciertos que queríamos ver estaba un poco mal distribuidos. El jueves teníamos Trivium y seguidamente Lamb of God, el viernes solamente Vita Imana a las 5 de la tarde y el sábado podíamos pasear todo lo que quisiéramos porque no teníamos ninguna preferencia. Obviamente, no fuimos solamente a ver a esos grupos, porque, aunque esas eran nuestras prioridades, había muchos otros grupos que queríamos escuchar, pero no vivir de una manera tan intensa: Against the waves, Rise to fall, Rise of the Northstar, Lendakaris Muertos, The Casualties, Slayer, Oddy Lane, Toundra, Nao, Dawn of the maya, Exodus, The Exploited... unos cuantos.
El jueves, hasta que cayó el sol, fue bastante tranquilo. Tras ver a Against the waves nos encontramos con el concierto de Bastards on parade, que daban tanta fiesta que Gerardo se tuvo que meter en el mosh irremediablemente. Tras él, como teníamos un hueco de un par de horas, dimos un paseo por el resto del recinto (merchandising, reconocer dónde estaban los baños y demás cosas) y fuimos a merendar a la tienda. Fuimos caminando, pero pedí que la vuelta la hiciéramos en bus, porque los pies empezaban a resentirse. Merendamos, y llegamos cuando The Casualties estaban tocando.
Como bien dijo Gerardo, fue el primer concierto de punk de verdad que veía en bastante tiempo que no daba pena. No los conocía y me llevé una buena impresión de ellos, no como suele pasar con los crestas que se suben a un escenario. Cuando terminaron, nos fuimos acercando al escenario para ver a Trivium desde cerquita, metidos en el medio de la gente.
Podíamos habernos ahorrado el problema. Primero, tuvimos que aguantar durante la espera a las mojabragas del grupo. Que si uno había dicho nosequé en Twitter, que si blablabla histerismos. Yo espero no ponerme así antes de ver a Sôber, o por lo menos creo que no me pongo así. En fin, se acerca el momento de que salgan: acaba el concierto de la carpa, la gente se acerca, se despeja el escenario de aparatos y gente innecesaria, y salen a escenario. Tocaron un par de temas, uno que conocía y otro que no, había algún amago de pogo que me empujaba un poco y poco más. De eso, con otra canción, que un grupo de adolescentes empezaron a montar un pogo en plan serio, y la única imagen que tengo de él es notar vacío tras de mí, mirar y ver a Gerardo conteniéndolos contra la gente de atrás. Críos vs exjugador de Rubgy, adivinad quién ganó xD
Termina otra canción y desde el escenario dicen que nos echemos un poco para atrás, porque hay un problema con las vallas y tienen que arregarlo antes de que estemos en peligro. Lo intentan durante un momento, y le dicen que tardarán unos 10 minutos en arreglarlas bien. Los del grupo, en vez de intentar distraernos de alguna otra manera, deciden que lo mejor que pueden hacer es retirarse y esperar a que esté arreglado el problema. Allí nos quedamos, con el concierto a medias, mangados, durante más de media hora.
Cuando arreglaron el problema volvieron a salir y siguieron tocando como si nada hubiese pasado. A los dos temas le dije a Gerardo que saliésemos de allí, porque me estaba aburriendo y el concierto no estaba mereciendo la pena estar aguantando empujones y gente apretujada. Y nos fuimos a uno de los laterales, casi en la valla, pero no entre un montón de gente.
Y es cierto, Trivium fue la gran decepción del festival. Hubo una comunicación 0 con el público (solamente se dirigieron al público con el tema de la valla), el setlist fue malísimo, con canciones muy parecidas entre sí y con muy poquitas que me gustasen. Tuvieron una actuación homogénea, aburrida y desganada. Se les veía tocar como se puede tocar en un local de ensayo: las canciones suenan bien, pero no transmitían más. Gente que los había visto otras veces decían que habían estado muy sosos, que en otros conciertos tienen un poco de más agresividad y que transmiten mucho más de lo que transmitieron en Viveiro. En todo caso, a mí me aburrieron. Si hasta parece ser que tocaron una canción nueva, del próximo disco, y ni me enteré de lo homogéneo que estaba siendo todo.
Lo mejor de su concierto fue el bis, que tocaron In Waves y Pull harder on the strings of your martyrs y dieron un poco más de caña. Pero ya ves. Dos canciones entre una hora y media, y al final.

Obviamente, ya nos quedamos allí para Lamb of God. Alguna gente se fue y yo conseguí plaza fija en las vallas y Gerardo tenía pensado irse al centro del mosh a pasar el concierto. Cuando parecía que el concierto se acercaba (como antes: escenario despejado, otro concierto que se intuye que va a acabar, se acerca más gente y la hora, etc) me dejó las gafas, la chaqueta, le di la palestina para el polvo y se fue corriendo.
Me acuerdo poco del concierto de Lamb of God, y eso demuestra que fue una brutalidad. Me acuerdo de cosas que pasaron durante el concierto, pero no mucho del concierto en sí. Sé que empezaron, que empezamos a saltar y a gritar, que tocaron un setlist que ni pedido por encargo, que Randy Blythe es una bestia encima del escenario, que tocaron un montón de canciones que me sabía (y no sabía que sabía tantas canciones de Lamb of God) y que en la última canción de Lamb of God apareció Gerardo hecho una mierda xD
De cosas que pasaron durante el concierto, me acuerdo de que estaba justo por el sitio donde los caídos al foso después de hacer crowdsufing volvían al público (uno se tiró tres veces al público para que lo cogiesen, se hicieron a un lado y se cayó al suelo las tres veces; una tía completamente drogada que estaba viviendo en el país de las nubes de azúcar y los unicornios y un enano cabrón que casi se me cae encima varias veces como una apisonadora), que estuve casi todo el rato detrás de Sobrino, mientras sacaba fotos y veía el concierto desde dentro del foso; y que Gerardo me dijo que como tocasen Walk with me in hell vendría a por mí. Y así, no habían pasado 30 segundos desde que empezó y lo tenía delante. Me dio un beso como pocos y se volvió a ir.
También recuerdo la enorme nube de polvo que se estaba levantando desde el mosh, lo que significa que la estaban liando bien.
En la última canción del bis, Black Label, que tampoco conocía, apareció Gerardo por detrás. Juro que parecía un mapache. Tenía los ojos negros (en realidad, todo lo que no le tapaba la palestina estaba negro) de tierra. Me enseñó la camiseta y estaba empapada de sudor. Las piernas tenían color de barro. Acabó la canción, nos disolvimos, le mandé abrigarse y fuimos a la barra. Se bebió una botella de 33cl de agua sin respirar, tanto que pensé que le iba a dar un chungo. Y aunque tenía ganas de ver a Sylosis, no hubo cuerpo. Yo estaba cansada y él estaba machacado. Nos volvimos al camping, pero antes de ir a dormir fuimos en busca de una fuente para que él se sacase algo de tierra de encima. Madre mía cómo tenía las piernas de tierra. Así como les echó agua encima se convirtieron en un barrizal y necesitó un rato para limpiarse un poco, y aún así dejó la toalla llena de tierra. Se lavó la cara, comprobamos que estaba bastante afónico y cuando consideró que lo que le quedaba en el cuerpo solamente se iría con una buena ducha, nos fuimos a la tienda.

Como se está alargando la entrada, dejo el resto del día del Resu para otra entrada. Pasaron muchas cosas y lo pasamos muy bien, y creo que aún tengo cosas para seguir extendiéndome. Aunque lo más intenso ya ha pasado.
En la próxima entrada tocan Slayer, Toundra y algunas sorpresas, para bien y para mal.

11 de agosto de 2013

15 días con él

Se me ha ido medio agosto sin darme cuenta. He estado 15 días con Gerardo, y cuando nos dimos cuenta, además de habérsenos agotado el tiempo juntos, habíamos pasado unos días perfectos y habíamos adelantado 15 días en el calendario.
Por fin se vino al norte, y parece que se ha ido enamorado de Galicia. Llegó el domingo 28 a mediodía, pero para no perder las costumbres, yo tuve que salir de casa alrededor de las 10 de la mañana. Cogí el único bus del día que me permitía estar en Coruña a las 6 de la tarde, cosas de vivir en el tercer mundo. Salí temprano de casa, llegué al mediodía a Coruña, perdí algo de tiempo caminando y comí temprano en un local de pinchos mezcla de Lizarrán con 100 Montaditos. No me acuerdo mucho de qué tal estuvieron, porque tenía la cabeza puesta en el aeropuerto de Valencia.
Intenté perder el tiempo más rato, pero siendo domingo no tenía muchas cosas que hacer que ir al aeropuerto y esperar. Llegué muy temprano, como a las 3 de la tarde, y me puse a leer bajo el panel de llegadas. Gerardo siempre fomenta mi lectura (ya veremos que no fue la única vez en 15 días) y en el tiempo que estuve leyendo avancé casi 200 páginas de El Médico, libro que me regaló por mi cumpleaños y con el que llevo más de un mes ya, aunque lo estoy disfrutando mucho. Cuando en el panel de llegadas empezaron a anunciar que su avión llegaría a tiempo (cuando apenas había llegado a Madrid para hacer enlace entre Valencia y Coruña) no me dio la paciencia para leer más y me puse a pasear. Y se acercaba la hora de llegada. Y la gente con transporte normal empezaba a llegar al aeropuerto. El panel cambió a “llegada” y me puse casi histérica.
Se abrieron las puertas de salida de los recién aterrizados, y salieron los que llevaban equipaje de mano. Pero las maletas no debían salir por la cinta porque a través de las puertas veíamos sombras pero nadie más salía. Y empezaron a llegar.
Y llegó. Y corrí a abrazarle. Después de 4 meses, conseguía tenerlo a mi lado de nuevo. Cuando rozábamos el escándalo público, fuimos a recoger el coche alquilado y en todo el tiempo que estuvieron comprobando datos y esas cosas, no fui capaz de soltarle. No podía. Lo intentaba pero no podía.
Pero es algo que hace en mí. Lo tengo cerca, hayan pasado minutos desde que llegó o semana y media, y tengo que estar pegada a él.

Fuimos a por el coche de alquiler, e hicimos el viaje de vuelta a casa sin depender de transporte público, por suerte.
Fuimos al primer hotel en el que estaríamos alojados. Frente a la playa, desde la ventana de la habitación se veía la playa, el mar, los montes del otro lado de la ría, el cielo, y el amanecer en primera plana.
Como ya es tradición, el primer día de vernos no hicimos planes. Nos dedicamos a estar el uno con el otro, sin más. A tocarle, a darle besos y a acariciarle. Para compensar todos estos meses separados en los que solo quería estar un poco más cerca de él.
Estuvimos en mi pueblo desde ese domingo al miércoles siguiente, que salimos temprano. En ese tiempo (no recuerdo qué pasó en cada día) conocimos el pueblo, fuimos a recoger laurel para una tía suya, fuimos con el coche a comer a la cascada de Ézaro, paseamos por Ézaro, Gerardo tuvo su primer contacto con el Atlántico y con las mareas, probó por fin la empanada de pulpo y la de bacalao, fuimos a ver la puesta de sol a Fisterra (otro sitio que a mí me encanta y a él le encantó), nos escapamos un momento de noche para ver las estrellas desde la playa (no se veían tantas como yo quería, pero fueron más de las que tuvimos en Castellón) y un poquito en plan encerrona, él pudo conocer a algunos de mis amigos, a mi abuela, mi madrina y un par de tíos y primos.
El martes por la noche paramos en mi casa para cambiar mi maleta por la del Resurrection y para coger la tienda de campaña y los sacos. Salimos el miércoles muy temprano, mientras estaba saliendo el sol, para Coruña. Dejamos el coche de alquiler y nos cogimos un bus para Viveiro. El viaje se hizo muy largo. Salimos de Corcubión a las 9 y poco de la mañana, hora y media más tarde llegamos a Coruña, cogimos el bus de las 11 y media para Ferrol y llegábamos a Viveiro a las 3 y pico.
A pesar del hambre montamos la tienda y luego fuimos en busca de un supermercado, porque pensamos que sería buena idea no cargar con comida además de las tiendas y todo. Se podría decir que sobrevivimos al Resurrection gracias al poder de las empanadas: ese día y el resto (salvo un bocadillo y la pasta vegana de dentro del recinto) comimos a base de empanada. Y no es que lo pasáramos mal, porque fuimos variando de rellenos y no repetimos ningún día. Creo que para el Resurrection necesitaré redactar otra entrada aparte, porque lo merece. Fue muy muy grande.
Con pena, nos despedimos de Viveiro el domingo al mediodía, después de comer. Como los del festival que volvíamos a Coruña llenamos un autobús completo, la empresa se portó genial y nos hizo un viaje directo hasta allá: en vez de 3 horas y media y rezando para llegar a tiempo para coger el bus para Corcubión (teníamos 10 minutos entre la supuesta llegada de uno y la salida del otro) hizo un viaje directo y llegamos en una hora y media. Fue un viaje muy tranquilo, el 90% del autobús pasó el viaje durmiendo (incluso Gerardo se quedó dormido antes de arrancar siquiera xD).
Esperamos en la estación de buses para coger nuestro autobús, afónicos y doloridos, y a su lado se me hizo extrañamente corto el viaje de vuelta. Lo que normalmente son dos horas de tortura y mala leche, a su lado se pasó rápido, y cuando me di cuenta, estábamos dejando la tienda y los sacos en mi casa. Aún doloridos, fuimos caminando hasta Cee para el segundo hotel en el que estaríamos estas dos semanas (no quedaban habitaciones para el primero cuando quisimos hacer la reserva). Era bastante cutre, feo y sin vistas más que a un gallinero con un gallo cantor. Por suerte, estuvimos allí solo durante dos noches: yo tenía que trabajar el martes. Durante la tarde del lunes preparé las dos clases que tenía que dar el martes: con su ayuda y su cariño tardé menos de lo que normalmente tardo en hacerlo.
El martes al mediodía cogimos otro autobús para volver a Coruña. Me hubiera gustado no tener que hacer ese viaje corto y casi inútil a mi pueblo, aunque lo compensamos comiendo caldeirada de pulpo hasta casi reventar un día. De martes a sábado estuvimos en Coruña. En ese tiempo, arrasamos con el Viñetas desde o Atlántico, fuimos al Acuario y la Domus, dimos paseos por la ciudad y parece que él empieza a manejarse por ella, fuimos al cine por menos de 10€ los dos y fuimos hasta Santiago. Es una ciudad que me encanta, y me sorprendió que a él le gustase más Coruña. Le encanta el mar, y Santiago, de interior y con tanta gente como pillamos, no le hizo mucha gracia. Pasamos gran parte del tiempo que estuvimos allí sentados en un banco en la Alameda, bajo los carballos, tranquilos y solos. Intenté hacer un último esfuerzo para que le gustase más la ciudad y lo llevé a Follas Novas, y no funcionó del todo. Y ya que estábamos de ruta de librerías, cuando llegamos a Coruña (llegamos temprano, apenas las 7 de la tarde) fuimos hasta el Baúl de la Ronda de Outeiro.
Con los libros, en este tiempo en Coruña, hemos tenido una relación intensa. A él le gusta leer, y a mí me gusta leer. Mucho, a los dos. Y cuando reservamos hotel en Coruña lo cogí cerca de la Plaza Pontevedra para estar cerca de todo lo que queríamos ver, del mar y de casi todos los autobuses que pudiéramos necesitar. Lo que no sabía entonces era que íbamos a estar a cuatro pasos del Viñetas y de la Feria del Libro de Coruña.
Cuando él llegó de Castellón, yo tenía dos libros guardados para él. Uno porque lo vi de casualidad en San Jordi y me hizo gracia, y otro por su cumpleaños. El primero un libro de recetas para emancipados (guiño guiño) y el otro, una novela de Lovecraft ilustrada y editada al estilo de el Zorro Rojo. Y como yo tenía en casa repetido Muerto hasta el anochecer (el primero de True Blood) y lo iba a donar a la biblioteca, le dije si quería llevárselo y se lo cogió. Además, en el Viñetas, él me regaló el Bestiario de Lovecraft editado por el Zorro Rojo y yo le regalé Maus. Me había dicho hace tiempo que le habían hablado muy bien de él, y cuando lo vi y tras su regalo, fue para él. Además, para mí, me compré Persépolis completo en tapa dura (otro que llevaba persiguiendo tiempo) y tras un par de días dándole vueltas, me compré el de Un zombie se comió mi cupcake. Además, él se compró el nuevo de Aleix Saló, Europesadilla y uno de The Oatmeal: Cómo saber si tu gato planea matarte. Y él en el baúl se cogió una novela ambienta en el mundo de Warhammer 4000. Que volvimos a casa cargados de páginas.

Yo:

Él:
Y la novela de Warhammer, que apenas vi.

No está nada mal. Además, aprovechamos alguna de las tardes para leer juntos, cosa que me encanta hacer con él. En un par de tardes me terminé Persépolis, que ya estoy releyendo porque me ha encantado.

Además de pasear en Coruña, una noche fuimos a que conociera el Sham, aunque la parte de arriba estaba cerrada y la gramola desconectada. No había mucho ambiente porque fuimos temprano pero por lo menos pudo conocer el sitio y su cocina y yo volví tras casi dos años. También sacié mi antojo de churros (que tenía desde que el 1 de enero mi hermano no me trajo churros para desayunar) con grandes chocolates durante dos mañanas seguidas, comimos helado... fuimos a comer a un mexicano y otro día a un asiático. Son dos sitios a los que normalmente no hubiese ido, pero con él hasta me apetece probar comidas nuevas. En el mexicano descubrí los negritos y la salsa blanca de ajo. En el asiático muchas cosas más: además de aguantar toda la comida con los palillos, probé unas algas, volví a atreverme con los aperitivos de masa frita (hace unos años me sentaban mal y los abandoné), volví a probar el sushi (no me emociona pero estaba mejor que el otro que había probado), etc. A pesar de todo esto, el mayor logro es el de haber aguantado con los palillos sin desesperarme y pedir cubiertos xD

La mañana del viernes nos acercamos hasta un instituto, por motivos que tengo que explicar en otra entrada porque aquí quedaría demasiado pesado. Se nos olvidó que queríamos ir al Museo de ciencia y tecnología de Coruña, y tras comer en el asiático, nos instalamos en la habitación del hotel a aprovechar la última tarde juntos. Y tan bien que la aprovechamos. Las horas pasaron entre besos y caricias, repasando lo bien que lo habíamos pasado estas dos semanas, lo bien que habíamos comido, y perfilando planes de futuro, que se acercan y cada vez son más firmes. Sabemos que tenemos un futuro juntos y vamos a empezar a construirlo muy pronto.
Por la noche salimos a cenar, y luego dimos un paseo hasta María Pita. Más y más planes de futuro, porque quiero tener que despedirme de él muy pocas veces. Quiero tenerlo cerca, muy cerca, y mucho tiempo.

Al día siguiente, el sábado, salimos temprano para el aeropuerto. Su avión salía cerca de las 12 y como tenía que facturar y esas cosas, preferimos llegar sobre las 10 media. Poco después de facturar las maletas pasaba el control de seguridad y volvíamos a separarnos.
Pero esta vez será menos tiempo, sí o sí. Como contaré en otra entrada, si se alinean los planetas en un par de meses estaremos viviendo juntos, si no se alinean a lo mejor tenemos que esperar un poco más. Pero antes de que empiece el curso tenemos que volver a estar juntos. 4 meses es demasiado tiempo, y ya encontraremos un hueco.

Estos 15 días han sido perfectos. Hemos tenido de todo, literalmente: buenas comidas, cariño, momentos de risas y picarnos, paseos de día, paseos de noche, conciertos muy intensos, conciertos más relajados, conciertos buenísimos y conciertos peores. Hemos tenido planes de futuro, hemos tenido un reencuentro con nuestro pasado al conocer en persona a Vita Imana y compartir camping con Sobrino; hemos tenido estrellas por la noche y amaneceres, museos y juegos; tardes de mimos, siestas y lectura, y ferias del libro.
Ha sido, simplemente, perfecto.

22 de julio de 2013

Segundo plan chafado

Basta que diga que tengo planes que van a salir adelante para que se me vuelvan a chafar.
Después de la plantada de Hobbycon, el curso de ELE salió bien (mejor de lo que esperaba), y luego, se me chafó el Mercado Medieval.
El domingo por la noche llegué a Coruña, y pasé la semana allí haciendo el curso. De 9 de la mañana a 2 de la tarde teníamos curso, y nos moríamos de calor. Nos pusieron en el segundo piso, justo bajo el tejado, cercados por el monte de manera que no corría ni una brisa... y nos asamos. Se concentraba el calor y no había manera de refrescar aquel sitio.
Entre el calor, el comer como un estudiante muy, muy cutre, el miércoles me acosté un poco rara, el jueves me desperté con la garganta hinchadísima y sin voz, y durante la tarde debí tener fiebre. El viernes fui a clase con la maleta y completamente dolorida, pasé las horas derrotada, agonizante encima de la mesa y ausente. A las 11 y pico, cuando hicimos el descanso fui yendo a la estación de autobuses para volver a casa y supe que tenía fiebre. No mucha, pero lo suficiente como para sufrir en el autobús y desear llegar a casa.
Cuando llegó el autobús, el mercado estaba todo montado. A mí aún me quedaría comer, montar mi puesto y luego poner los amigurumis, y dije que mejor esperábamos a otro día. Comí tranquilamente, me tiré en el sofá con un vaso de ibuprofeno, y el termómetro decía que tenía décimas.
A lo largo de la tarde del viernes salí a dar un par de paseos por el mercado, casi más motivados por el remordimiento de conciencia de estar en casa y no en la calle en vez de las ganas de bajar. Por la noche ya me encontraba bien, sin fiebre, pero con la garganta tocada.
Si tengo que destacar algo de este mercado, además de la cantidad de gente que hubo y de lo bien que lo pasé en general, fue el domingo por la noche y el grupo de música de vikingos (no escribo el nombre por miedo a que se encuentren en un buscador, además de porque es complicado de escribir y tengo miedo a cagarla). El grupo de música era demasiado estético para ser verdad. Iban demasiado bien vestidos, demasiado acondicionados, y llevaban fiesta por donde iban. Me harté a hacerles fotos (y me quedaron un par de ellas pendientes) y de escucharlos tocar. Y tras tantas horas, yo estaba con la mosca bajo la oreja porque me daba la impresión de que uno de ellos siempre me pillaba cuando quería sacarles fotos. Y a mí, que soy fotógrafa de paisajes y de flores, me cuesta hacer un retrato. Los que más me gustan son los espontáneos y no me gusta que me miren, por eso cada vez que fotografío gente aparece normalmente de espaldas o de lado. Y este chaval, en más de una foto, aparece mirando al objetivo. No le di muchas vueltas (podía ser que a pesar de todo no estuviesen acostumbrados a los fotógrafos acosadores) y seguí a lo mío, hasta el domingo por la noche.
El sábado volví a despertarme sin voz (Gerardo por el Skype se reía comparándome con El Padrino o Blas) y sin ganas de montar puesto. Y decidí que disfrutaría el mercado como público y como fotógrafa, y que este año, aunque me daba mucha pena, no montaría puesto. Y así hice. Se me chafaron los planes por segunda vez en lo que va de verano, pero por lo menos disfruté del fin de semana. No me dio mucha pena porque esta vez no me echaron ni me habían prometido nada. Me puse mala y no tenía cuerpo para aguantar en un puesto el fin de semana. Además, me encontré con un par de la asociación y me preguntaron solamente “pero no ibas a montar?” y me dieron la razón: si no estaba cómoda, que no montase nada.
El sábado aproveché para pasear hasta que me dolieron los pies, y para desquitarme de lo que me pasó hace un par de años y comer un helado en condiciones. Volvió el tío de los helados artesanos, y esta vez no se me escapó. A media tarde del sábado, para merendar, fui a buscar uno. Mientras daba vueltas comiéndolo, me encontré con mi padre, y nos fuimos a dar vueltas los dos. Y al poco, nos encontramos con mis dos tíos de Coruña y sus hijos. Y los acompañamos, ya puestos. Entre que estuvimos dando vueltas, que fuimos al parque infantil porque tenían allí juegos, luego fuimos a cenar, y tal, acabé volviendo casi a las 2 a mi casa. Y yo había salido a por un helado.
El domingo fue uno de los mejores finales de mercado medieval que he tenido. Por la mañana fui a Cee a comprar fruta, y volví cargadísima. Y aunque en principio no iba a salir nada, cuando escuché al grupo de vikingos que estaban tocando y recordé que no había conseguido fotos chulas de ellos, salí corriendo de casa (literalmente) y eché un par de carreras para conseguir las fotos que quería. Y cuando me refiero a carreras, me refiero a salir de casa con la cámara en la mano, sin funda ni nada, y echar a correr a la Plazoleta. Sacar fotos por allí, y al ver que iban hacia la cuesta del parque, bajar por la cuesta de mi casa, subir la cuesta y encontrármelos empezando a bajarla. Y para cuando me volvieron a pasar, acabar de subir corriendo la cuesta, bajar por el Dados y encontrármelos delante del Pazo de nuevo. Un par de carreras que me dieron el retrato que hice que más me gusta de todos, y alguna que otra foto buena del dragón y de algún otro músico. No conseguí todas las fotos que quería, pero me llevé otras muy chulas a cambio. Salí a dar otra vuelta con mi padre antes de comer y volví a salir por la tarde para otro helado.
La tarde en sí estuvo algo parada. Lo bueno vino por la noche. Aproveché la tarde para sacar algunas fotos más, a pensar en si quería hacer alguna compra que no fuese comida (iba a hacerme una trenza de cuero en el pelo pero pensé que era mejor un bolso xD) y a dar un par de vueltas más. A las 12 me despedí de Gerardo, que se iba a dormir, y coincidió con que empezó lo grande.
Silvia había llegado de Suiza el día anterior, y después de descansar de las casi 24 horas de coche y tal, se vino al mercado. Quedamos en encontrarnos, y como mis indicaciones son muy precisas, tardamos un poco. Mientras esperaba a que me localizasen, al lado del edificio donde los grupos de música y teatro se cambiaban y tal, no me di cuenta de que había varios del grupo de los vikingos sentados en la acera. Estaba esperando y veía cómo me miraba el vikingo que había pillado mirando al objetivo durante el fin de semana. Y yo esquivándolo. Hasta que se levantó y vino a hablar conmigo.
Era más que obvio que me había reconocido a lo largo del mercado sacándoles fotos, entre otras cosas. Me preguntó qué tal las fotos y me dijo que “normalmente” invitan a quien les saca muchas fotos a sacarse una foto con ellos. Me sonó a mentira, más bien a “necesito una excusa para hablar contigo”, y bueno, como no tenía la cámara, tampoco me saqué ninguna foto (aunque se ofreció a sacarla con su móvil...). Pero dio pie a que siguiéramos hablando, que si fotografía, que qué tal en el mercado, agréganos en Facebook, ahora te tiro un poco la caña, yo me hago la loca y esas cosas. Hasta que llegó Silvia, me despedí brevemente (contaba con volver a encontrármelo más tarde) y me fui con ella. Dimos un par de vueltas y terminamos en una terraza de una tasca con un par de amigos. Durante largo rato xD
A los vikingos les dio tiempo a volver a tocar, a terminar, a cambiarse y a ponerse a cenar detrás de nosotros. Cuando nos levantamos intenté despedirme de él (mi intención era irme para casa, que eran cerca de las 2 de la mañana), pero no me hizo caso y me quedé con la espinita de ser un poco más educada xD
Silvia y su novio se fueron, y yo pasé por la tasca de mi hermano a saludar, y aprovechar que estaba allí mi padre. Pero me absorbieron. Cuando me di cuenta, estaba hablando con gente que me estaba diciendo que habían echado de menos mi puesto este año, que les diese una tarjeta para poder contactar conmigo igualmente, y nos liamos a hablar de otras cosas. Creo que es cuando se dice “yo iba a saludar y me liaron”. Bueno, el lío llegó hasta las 4 de la mañana, hablando de literatura, series y cosas similares como el esquí. Nos fuimos cuando mi hermano cerró la tasca, recogió todo, y al llegar a casa dijo “me falta algo por recoger en el puesto... mi hermana!” y vino a buscarme.

Me fui a dormir nada más llegar a casa, aunque estaba completamente despejada. Pero al día siguiente tenía que despertarme temprano, porque empezaba a trabajar... dando clase... pero eso lo contaré otro día, cuando hayan pasado más cosas.

Me quedo con que el mercado medieval, aun a no ser nada de lo que esperaba, lo pasé en grande, tanto en grupo, como sola, como con desconocidos o como con la cámara. Y no todos los mercados pueden decir lo mismo.

Las fotos se pueden ver en este álbum público de facebook: XIII Mercado Medieval, aunque me faltan unas pocas que editar y añadir.

5 días para que Gerardo aterrice en Galicia :D

9 de julio de 2013

Primer cambio de planes

Si siguieran adelante todos los planes de los que hablaba en la anterior entrada, debería estar escribiendo cómo fue Hobbycon, aunque debería haber venido a contar durante el fin de semana por qué no iba a ir y el cabreo consiguiente.
Y es que no fui.
En realidad tenía que venir a contar el mejor San Pedro que recuerdo, pero la felicidad de la fiesta, la comida y la compañía me duró poco, ni siquiera hasta el domingo por la noche. Y es que este San Pedro fue irrepetible: coincidió en sábado, hacía años que no teníamos tan buen tiempo, ni yo tenía tanta ganas de comer, y los peregrinos que adoptamos este año eran majísimos y pasé la hora de la comida hablando con ellos. Luego se fueron monte arriba y acabaron durmiendo contra un árbol. También fue un día irrepetible para ellos, y no se lo esperaban para nada. A estas alturas deben estar camino de vuelta a Austria, aunque por lo que me dijeron, tenían billetes de Interrail para volver, y aún deben estar en vigencia. Así que a saber por dónde andan.

Pero la alegría y la fiesta de San Pedro duró el propio día de San Pedro y poco del domingo, porque al poco de volver a casa vi que Iris me había llamado y me decía “llámame que es importante”. Y tan importante que era: a cuatro días del evento me tiraban todas las actividades que había propuesto y me dejaban sin nada que hacer. Lo que no quise adelantar hasta que saliera el programa de actividades (aunque luego yo no lo vi anunciado por ningún sitio) era que iba a moderar unos 4-5 talleres, entre ellos uno muy extenso de amigurumi (dos o tres días todo el día, para quien viniera a la hora que quisiera y el tiempo que quisiera, sin prisas ni horarios), y además otro de lazos, flores, varitas de harry potter, pompones y cubecraft. Y nos los tiraban todos abajo, menos el de la varitas. Incluido el de amigurumi, que lo iba a hacer una asociación, sin más explicación. La organización intentó arreglarlo con un “pero te dejamos venir, te ponemos una mesa para que hagas demostración de amigurumi”, pero no soy un puto florero para ser un objeto de exposición, única y exclusivamente.
Me cabreé. En un primer momento me cabreé muchísimo, porque renuncié a pedir un stand para vender para dedicarme a hacer lo talleres y me dejaban sin ellos; es decir, me dejaban sin participación, y con ese cabreo (que luego fue pasando a decepción) no iba a ir de público. Además de que en caso de ir de público, seguiría alojándome con Iris, lo que significa entrar de primeras y salir de últimas del recinto, y son muchas horas para no tener nada que hacer.
Había esperado meses por el evento. Había esperado por él desde que la organización se desvinculó de Expotaku. Y a cuatro días le perdía toda la ilusión y ganas. Pedí consejo a diferentes personas, sobre si ir aunque en un principio no tuviera ganas, porque una vez allí lo podía intentar pasar bien; o quedarme en casa amargada directamente. Y todos, salvo Iris, me dijeron que me quedase en casa. Y tenían razón, lo mejor que podía hacer era quedarme en casa.

El fin de semana al final no fue tan malo como pensaba. el miércoles lo pasé mal, el jueves tuve momentos de bajón, pero el resto de lo días estuve entretenida y casi me daba igual lo que estuviera pasando por allá. Y de poco me enteré. Sé que el domingo hicieron reunión steampunk y que un día hubo una conferencia de un guionista. Si me hubiera enterado a tiempo, quizás hubiera ido. Pasar cuatro días allí para participar solamente en la reunión steampunk me parecía demasiado tiempo, pero si me hubiera enterado de la conferencia, que es algo que me apetecía bastante, a lo mejor hubiera cambiado de opinión. Guardaron la programación con tanto secretismo que nos quedamos sin saber cosas que se estaban haciendo.
En cuanto a talleres, al final se excusaron con Iris diciendo que la asociación a la que le habían dado el amigurumi había entregado su programación de actividades muy tarde (poco antes de que nos dijera a nosotras que no fuésemos) y que si se lo cambiaban, se formaba el caos y se la tendrían que volver a entregar más tarde aún. Tuve que rebuscar, y vi que el taller de amigurumi lo harían el domingo por la mañana. Iris fue a preguntar y tenían solo 5 plazas. Es decir, igualito a lo que quería hacer yo. No se hubiera notado diferencia si lo hubiera hecho yo.
Del resto de talleres, no los he visto anunciados en ningún sitio. Iris me dijo que hizo dos veces, dos días diferentes, el de las varitas, y nada más.
Así que mi experiencia en Hobbycon se queda en el foro y en las ganas que le tenía, pero nada más. Durante el fin de semana me dediqué un poco a tejer, porque empezó de repente a hacer un calor de la leche y no hay quien toque una lana. Me he dedicado a mantener a la cobaya hidratada, a aprovechar para limpiar la casa y a hacer otras cosas.
También me di cuenta de que me queda esta semana para preparar cosas para el Mercado Medieval (etiquetas, acabar de decidir qué hacer en el puesto, montar un expositor, etc.), porque la semana inmediatamente anterior estaré en Coruña, lejos de los materiales y así; y llego a casa justa para montar y empezar el mercado. Así que a eso empezaré a dedicarme pronto (volver a imprimir, recortar, montar y pegar las etiquetas, un trabajo de chinos que lleva un montón de tiempo).

Ese plan se ha ido a la mierda. El resto se van a cumplir. Volveremos informando.

24 de junio de 2013

Empieza el verano

Quedan menos de dos semanas para que se dé el pistoletazo de salida a mi verano: Hobbycon. Con la llegada de julio llegan todos los planes, consecutivos, hasta mediados de agosto. Por lo menos, esos son los que tengo hasta ahora, no se descarta que surjan cosas durante agosto y hasta septiembre. Aunque a esas alturas posiblemente me esté dedicando a matricularme en másters, buscando piso y la manera de hacer la mudanza. Pero eso ya lo veremos con tiempo.

Dentro de menos de dos semanas empieza Hobbycon. Cuatro días de salón en Coruña en los que voy a participar de sol a sol; no con mesa con amigurumis... pero casi. Hasta que salga el programa definitivo no voy a decir nada, pero está ya cerrado qué voy a hacer y en qué voy a participar.
Hobbycon es del 4 al 7 de julio. De ahí, tengo una semana de vacaciones. Y luego tengo que volver a Coruña durante una semana a hacer un curso de ELE en mi Facultad. De lunes a viernes, una semanita justa. No sé si dará para mucho, pero como primer contacto con la enseñanza de ELE puede estar bien.
Y tendré que bajar corriendo a casa, porque empieza el mercado medieval. De nuevo, volveré a estar con mi puesto y mis amigurumis durante los tres días de mercado, del 19 al 21. Desde la mañana hasta que el cuerpo aguante. Este año el mercado será diferente, porque la organización del pueblo se limita a contratar a la empresa, más o menos, y todo lo va a dirigir la empresa. Las condiciones de la empresa y más cosas que vayamos a concretar (creo que también situación en la plaza) las trataremos en una reunión este próximo miércoles. Espero que la empresa no sea muy quisquillosa en tonterías (como me dicen que suelen ser) porque me la va a sudar todo y paso de tener a gente comiéndome la oreja durante todo el fin de semana.
Luego, otra semanita libre, que probablemente aproveche mi padre y mi hermano para irnos unos días por ahí. De momento lo que hablamos estaba todo muy en el aire, en plan ¿nos vamos o nos vamos?, pero no llegamos a concretar mucho. Sé que esos días fuera de casa mi padre los agradece, y el cambio de aires nos viene bien a todos, pero de momento no hay nada planificado.
Pase lo que pase, el 27 tengo que estar en Coruña, que llega Gerardo! Después de llevar desde abril sin vernos, se viene 15 días a disfrutar del norte y del frío en agosto. También tenemos que concretar esto, pero imagino que la primera semana la pasaremos en Coruña-Santiago, conociendo las ciudades y desquitándonos por todo este tiempo separados. Del 1 al 3 estaremos en el Resurrection, intentando sobrevivir entre metal, golpes, pogos y tiendas de campaña. Nos espera algo muy gordo en Viveiro: Lamb of God, Trivium, Slayer, Vita Imana, Display of Power... son los que conocemos. Nos quedan muchos grupos por conocer en directo, y sobre todo, por vivir en directo.
Tras el Resurrection, mi idea era venirnos a Costa da Morte y enseñarle un poquito la zona en la que vivo. Tendríamos poco más de una semana para conocerla, además de hacer otras cosas. Un día quiero ir a comer al monte con él, una noche quiero ir a ver estrellas a un sitio bueno para verlas, otro día tenemos que ir a alguna playa de estas que están vacías, como Rostro, etc. Pero no sé si se nos acaban de truncar un poco los planes. Parece ser que el Brincadeira finalmente se va a hacer, y aunque él se va el domingo 11 (el último día del festival), a ver cómo se montan el cartel y dónde se hace el festival y a lo mejor nos apunto. A ver si dos festivales en dos fines de semana consecutivos no es muy hardcore, aunque la mayor parte del Brincadeira sea bastante light.
Hasta ahí llegan mis planes. Del 4 de julio al 11 de agosto. Estoy pensando en la posibilidad de coger el mismo avión que Gerardo y pasar otra semana en Castellón. Suena bien en un principio, pero luego piensas: “del 11 al 15-16 de agosto en Castellón... en el Levante... no dormir de calor, no vivir de calor...” y agradeces Galicia.
Para entonces tendré mis notas, mi título (vive Dios que me dan el título) y estaré buscando máster. Llevo unas semanas dudando en si hacer el máster de educación secundaria o ir a por uno de ELE, pero viendo que se hace en pocos sitios, que la matrícula cuesta más que las matrículas de todos los cursos de carrera... seguramente acabaré por decidirme por el de la ESO. Y para no pasar otro curso sin hacer nada, para no tener opción a quedarme fuera, aunque no sea en Galicia ni en Castellón, buscaré en todas las universidades que pueda. Total, tengo que hacer una mudanza grande y tengo que salir de casa igualmente. No es mi primera opción, pero otro año sin estudiar en serio no quiero estar.

Los planes y las fechas están delimitadas. Qué se hará en cada momento, aún está un poquito en el aire. Y es posible que todo esto esté acompañado de un pequeño trabajo de verano que es posible que me haya salido. Está todavía más en el aire que el resto de cosas, pero es posible que me necesiten para dar clases de refuerzo de inglés durante “verano”. No sé todavía ni cuántas horas a la semana, ni si me van a pagar algo (algo parece que sí, pero poco, imagino), ni si me va a permitir seguir con todos los planes que acabo de decir. Tal y como están las cosas sé que soy odiable por poner el Resurrection antes que un trabajo, aunque sea pequeño, pero es que el trabajo realmente no lo necesito (ni lo he buscado, me han venido buscando a mí) y sí necesito ese tiempo de Gerardo, música y desconexión.
Por fin parece que tendré cosas que contar por aquí. Por fin parece que esto empieza a animarse.

12 de junio de 2013

La primera boda entre primos

Hace unos meses me dijo mi padre: “por cierto, tu primo Marcos se casa”, a lo que yo respondí: “pero es que tiene novia?”. Pero tenía razón, se casaba. Un par de meses después nos llegaba la invitación con la fecha, y este fin de semana pasado tuvimos que ir hasta Pontevedra para ir a su boda.
La ocasión era inédita, porque de 20 primos que somos, era el primero que se casaba. Y echando cuentas, no es el mayor, si no el séptimo empezando por los mayores, y con el que marcamos la diferencia entre mayores y pequeños (la siguiente por debajo soy yo, sí, me meten en el grupo de primos pequeños). Hablando al salir de la iglesia, en realidad es raro que ninguno otro se haya casado antes, aunque echando cuentas, pocos tienen pareja. Y por lo visto, ninguno tiene muchas ganas de casarse xD

La boda fue el sábado al mediodía (hasta la medianoche), así que salimos temprano de casa, sobre las 10 y media. Llegamos justitos a la iglesia, tanto que entre la gente que había y el poco tiempo, apenas pudimos saludar a la familia que había por allí. Pensé que me quedaba mucha más gente por saludar, pero más tarde comprobé que más de la mitad no pudieron venir, por diferentes razones. Yo acepté ir a la boda pensando en que vería a gente que normalmente no veo... pero no vinieron (y en parte me dieron envidia, porque si hubiera sabido que podía escaquearme lo hubiera hecho).
Yo iba un poco incómoda. Las reuniones sociales tan protocolarias como esta no me gustan y no acabo de entenderlas. A mí me da igual si no me comporto o presento como debería, pero a otra gente no. En este caso, al ser parte de la familia, y ser él parte de la familia con la que más estoy en contacto, tenía un poco menos de presión. Aún así, no me acaba de fiar de que el vestido que elegí no fuese demasiado estridente o llamativo (negro con lunares grandes blancos)... pero se me pasó incluso antes de entrar en al iglesia. Al ver al resto de invitadas, incluso me sentí discreta de más. Madre mía qué de vestidos feos y cosas extravagantes y locas se pone la gente.
Entre los vestidos y cosas que tengo que destacar, lo primero en lo que me fijé fue en los tocados de las chicas. Aquello parecía una carrera benéfica de caballos en Inglaterra. Entre flores, plumas, hilos y cosas alguna tenía más cosas fuera de la cabeza que dentro. Una chica, por ejemplo, con un vestido en tonos pastel, se cascó en la cabeza una rosa de un color fucsia brillante más grande que su propia cabeza. La primera invitada que vimos tenía un tocado con plumas y cosas que salían disparadas de unos 15cm de alto. Y no eran las únicas, solo las que más me llamaron la atención.
Por suerte, hubo otros vestidos que llamaron más la atención que el mío, que al final fue de los discretos. Una de las chicas se las que más se habló (para mal) escogió un vestido color azul-verde claro; la parte de arriba tenía la forma de un bañador completo, y la parte de abajo era una pequeñita falda de plumas. Todo del mismo color. El escándalo vino cuando en la iglesia tuvo que salir a leer, paseando el culo, los hombros, los brazos, piernas y escote delante del cura. La gente habló más de lo desnuda que iba que de lo feo que era el vestido, que es en lo que me fijé yo xD
El otro vestido, también feo, es del que hablé en twitter como “lazo de regalo”. Es que veamos. Era como un lazo gigante de regalo más o menos envuelto en el cuerpo de la que lo llevaba. El vestido tenía escote palabra de honor, y la falda, con bastante vuelo, salía de las caderas. Pero el escote no era ceñido, si no que estaba algo abultado. Tenía diferentes tonos marrones y detalles en dorado. La tela alternaba unas partes brillantes, como raso, con otras partes tipo tul, transparente. Con detallitos en dorado. Es decir, es como un lazo de regalo en grande. Si a eso le sumamos que tenía un chal de la misma tela en el que iba envuelta...

El resto de la boda fue más o menos bien, dentro de lo bien que puede ir para mí una cosa así. Me sentaron en la mesa con mi abuela, dos señoras más que no conocía, dos de mis tías mayores, otra chica que no conocía y mi prima pequeña (a la que saco 10 años). La mesa reina de la fiesta. Fue todo muy tranquilo, hasta que entre platos nos sirvieron un sorbete de mojito y a mi abuela le chifló y quiso repetir. Fue el único momento un poco divertido.
La chica-señora que se me sentó al lado no podía estar más jodida de la cabeza. Mientras estábamos esperando a los novios con los aperitivos y estaba hablando con mi hermano se nos acercó (sin conocerla de nada) y nos dijo: “yo soy de Cee y vosotros de Corcubión, así que somos enemigos”. Así, como presentación. Y luego resulta que se me sienta al lado en la mesa. Chachi.

La comida, como siempre, se eternizó. Llegamos más tarde de las 2 y media a comer, nos dieron los entrantes (qué buenos estaban, prácticamente comí solo eso), casi a las 4 subimos a comer, dos platos de marisco, a las 6 servían el pescado, luego el sorbete de mojito, la carne, dos postres (qué buenos estaban), y ya me pude levantar y escaquearme. Pasé la tarde hablando con mi padre, con mi hermano, con más gente... intentando no aburrirme todo lo que podía aburrirme.
De nuevo, el camarero pensó que yo era menor de edad, porque rechacé el vino al empezar la comida. Luego, cada vez que pasaba con algo de alcohol (el sorbete de mojito, champán con el postre) nos miraba a mi prima y a mí y hacía amago de servirnos como si fuese una travesura. Mi padre se partía cuando se lo contaba xD
Sobre las 8 la gente empezó a bailar, sobre las 10 sacaron la mesa de merienda-cena (como si no hubiera habido suficiente) y ahí empecé a ir en picado, de cansancio y aburrimiento. De que los borrachos me cargan cada vez más, aunque no me hablen, solamente de verlos, y la barra libre empezaba a notarse.

Aunque de toda la boda destacaría solamente un momento sobre el resto. El que pinchaba la música estaba poniendo cosas muy variadas (Michael Jackson y luego reguetón y luego Extremoduro, en ese plan) y tocó una canción de Marea, que no reconocí, pero que pusieron a posta, porque por su reacción, es una canción importante para mi primo. Mientras empezaba a sonar se arrancó el chaleco y la corbata, y se podía ver que perdía el control (ayudado del alcohol, claro). Durante el solo la novia agarró el micrófono, y cuando volvió la letra empezó a cantársela. Y terminaron la canción cantando los dos, con sus amigos a su alrededor en círculo, sin bailar ni nada. Sé qué es lo que una canción te llene y te haga perder el control, y no me imagino lo que es que tu novia te la cante en tu boda, con toda la gente alrededor.

Salimos de allí pasadas las 12 y media de la noche. Mi padre, mi hermano y yo dormimos en una finca que tienen mis tíos, junto a dos tíos más. Al día siguiente comimos junto a mi abuela, las dos señoras que no conocía y la chica-señora con la que me senté a la boda. Nos fuimos sobre las 5 y media de la tarde, y a las 8 estábamos en casa.
Prueba superada, y primer primo casado. Parece que pasará un tiempo antes de que otro se case. Pero también parece que mis amigas empiezan a casarse. Con lo poco que me gustan estas cosas.

Los poquitos que fuimos:

30 de mayo de 2013

De vuelta

Estaba empezando a ser tradición en este blog, hacia finales de mayo, publicar entradas sobre cuentas atrás que terminan, nervios por Expotaku y esas cosas... pero este año ni me ha dado tiempo. La preparación para Expotaku fue intensa, más de lo normal por no tener piso en Coruña, y mi estancia allí fue más larga que de costumbre. Luego, nos pasamos durante el evento y estuve un par de días hecha mierda, afónica y todo. Y ni me dio tiempo de venir a contarlo aquí. Así que hago un resumen rápido:
Este año Expotaku fue de viernes a domingo (24, 25 y 26), pero yo llegué a Coruña el miércoles por la tarde. Lunes, martes y un cacho del miércoles los pasé casi infartando en casa, corriendo de un sitio a otro para acabar de juntar el material que necesitaba, y parecía que siempre había más cosas que hacer. Pero el miércoles, por fin, justo antes de comer, conseguí terminar todo lo que tenía pendiente. Incluso me sobró un poco de sitio para meter comida y mi padre me dio un cachito de empanada para merendar/cenar el miércoles en Coruña.
Fui ese día porque mi padre trabajaba el jueves y no me podía llevar por la mañana (por la tarde teníamos que montar), y con las cajas encima no podía ni coger un bus ni dejar que nadie me llevase. Durante la tarde del miércoles Iris terminó de hacer cosas en fimo, yo me puse a leer y terminé la trilogía de Los Juegos del Hambre (en su casa iba a libro por día); durante el jueves arreglamos algunas cosas en su casa, hicimos comida para todo el edificio y por la tarde fuimos con Ana a empezar a montar en el recinto.
Según la hoja de contratación del espacio, nos darían unas mesas de 180x80cm, aunque dimos por supuesto que nos pondrían las mesas de los años anteriores, de 240x120. Nuestra sorpresa (y la de la organización cuando llegaron el jueves por la mañana al recinto) al ver que el ayuntamiento les había dejado mesitas de 120x60. Es decir, un cuarto de lo que habían prometido. Incluso saqué una foto de mi caja con el material para prepararla encima, y es tan grande como la caja.
Hablamos un momento con la organización, y nos dijeron que podíamos llevar nuestras propias mesas. Iris tenía la suya, Ana tenía la suya, y yo me podía quedar con alguna de las que les sobraran. Es decir, Ana tenía la suya y una de las pequeñas, Iris solamente la suya, y yo la que me tocaba a mí y a Iris. Al final, con este arreglo, todas teníamos el espacio que necesitábamos. Yo me quedé en el recinto montando mientras iban a las carreras a buscar sus mesas, y cuando llegaron yo ya tenía casi todo listo (anda que no me llevó tiempo montarlo y ordenarlo todo...).

El viernes por la mañana empezó el salón. Sigo sin saber para qué abren el viernes tan temprano si hasta media tarde no viene nadie nunca. Es más, a veces no sé para qué abren el viernes, si aquello fue casi un desierto. El sábado sí hubo bastante gente, y el domingo medio y medio. Antes de comer había poquita, pero se llenó por la tarde.
Personalmente, no me puedo quejar de cómo me fue. Por un lado, lo pasé de miedo gracias a la compañía que llevé y a la gente que conocí allí. No tuve grandes momentos de aburrimiento ni horas muertas, como otros años y otros mercados. Además, me fue genial en las ventas, mucho mejor de lo que esperaba. Tanto que vendí casi todo y salvo milagro no voy a tener material para ir a Hobbycon con stand, como tenía pensado. Creía que iba a vender la mitad en Expotaku y la otra mitad en Hobbycon, pero la gente tuvo más ansias de las que creía. Estoy tramando para ir igualmente a Hobbycon con amigurumi, pero tiene que darme luz verde la organización. La propuesta ya está en sus manos, cuando me respondan lo contaré.
Otra de las cosas que hicieron único este Expotaku fueron los problemas que tuvo un amigo con su ahora ex novia, y las horas posteriores que pasé con él hablando, dentro del recinto, en casa de Iris, el domingo cuando nos escapamos del recinto y nos fuimos a detrás de Espacio Coruña... tampoco creo que sea algo que deba venir a contar aquí, es algo que va a quedar entre nosotros dos, y a quien le estuve comentando lo que yo pensaba y tal, ya lo sabe. Pero él también fue parte de este Expotaku, y aunque en una situación un poco menos alegre, también conseguimos tener unos momentos de pasarlo bien.

El domingo mi padre y mi hermano vinieron a hacerme una visita, y de paso bajarme con las cajas a casa. Dicen que no, pero en el fondo les encanta el frikismo y no pueden evitar pasarlo bien en sitios así. Mi padre se acabó comprando una camiseta de Sheldon llamándole a Penny a la puerta, y mi hermano haciéndome chantaje para que le teja un Creeper. Frikis los dos.
El lunes lo tuve de recuperación, afónica y con la espalda y piernas doloridas, el martes de volver a la consciencia, ordenar lo que me llevé y así, y el resto de la semana me he estado poniendo al día con el estudio (tengo el examen final de Gramática II en una semana). A lo que me lleva que llevo dos días cabreada con las profesoras hijas de puta que llevan la asignatura y que parece que están haciendo todo lo posible para que suspenda. Pero no quiero contarlo aquí. Es algo que quiero pasar, olvidar y no volver a recordar nunca más.
De momento, me quedo con lo bien que lo pasamos en el Expotaku este año (a pesar de que la organización fue la peor de las 3 ediciones que he vivido) y de los planes que estoy maquinando para julio. Hice fotos, están colgadas aquí.

Tengo el blog bastante parado, lo sé y lo digo en cada entrada que escribo. La verdad es que me estoy dando cuenta de que, aunque tenga cosas que contar (como las horas previas a marcharme a Coruña), ya no me apetece tanto escribirlas. Estoy en una época poco dinámica, muy repetitiva, y es posible que me relaje con este blog durante unas semanas más.

13 de mayo de 2013

Lo de cada mayo

Desde hace tres años, ¿qué pasa cada mayo? Vienen los exámenes y viene Expotaku. Y este mayo no iba a ser diferente.

Efectivamente, los exámenes se vuelven a acercar corriendo, sin darse cuenta, queda un mes, queda menos de un mes, quedan 15 días... pero esta vez no tengo esa sensación de pánico que tenía a mitad de mayo estos años pasados. Este año tengo solo un examen, para que el que ya estudié hace unos meses, y que suspendí por chorradas, de manera que solo tengo que ampliar conocimientos (sobre todo en la descripción de conceptos, nada complicado) y corregir un par de cosas. Entraré en pánico cuando queden horas para el examen, pero de momento lo estoy llevando con tranquilidad y seguridad. Con la seguridad de quien tiene que aprobar sí o sí. No porque tenga que hacer el máster el próximo año y tenga que aprobarlo obligatoriamente, sino porque voy a liarla parda como no me aprueben. Además de burocráticamente, fuegamente.

Me preocupa más otra otra cosa que tengo pendiente para mayo, y eso que estoy intentando controlarme y de momento solamente he tenido un total de diez minutos de pánico, repartidos entre varios momentos. No ha habido nada tan gordo como el año pasado cuando me di cuenta de que no tenía bolsas, para nada.
Lo estoy llevando bien. Haber pasado tantos meses tejiendo que tengo material de sobra, por lo que por eso no estoy agobiada. No me he marcado metas o una temática en la mesa exigente, por lo que tampoco eso me preocupa; además de que estoy aprovechando muchas cosas que ya tenía hechas o listas de otros mercados. Me marco pequeños trabajos diarios para terminar algunas cosas y poco más; hago cosas expresamente para el Expotaku, tanto de tejer como de preparar la mesa para presentarme, pero no me agobio, ni es obligatorio, no paso el día dedicándome a ello.
La organización está siéndolo todo. El haber tenido tiempo de tejer para tener muchas cosas preparadas me está dando el colchón de tranquilidad que necesitaba para preparar cosas concretas sin tener prisa ni presión. Además, tengo muy reciente toda la investigación que hice para el blog de Enemy Dolls de cómo prepararse para un mercado y no estoy muy oxidada. Sobre todo en el sentido de que no voy a hacer listas extensas de material para repasarlas mil veces para darme cuenta de que no falta nada por incluir.

Los pequeños ataques de pánico vienen cuando me doy cuenta de que no me queda azul tipo Monstruo de las Galletas (¿Y VOY A IR CON SOLAMENTE UNO?) y que acabé los mosquetones (Y ALGUNAS COSAS PEQUEÑAS TENDRÁN QUE IR CON UNA ANILLA DE LLAVERO NORMAL SIENDO GRANDES), por lo que no es nada grave. Aún tengo que acabar de pintar uno de los expositores y luego tengo que cambiarle el pie a los dos para que dejen de ser penosos. Solamente tengo que adivinar cómo ponerles el pie, porque el material lo tengo elegido. Y tengo que acabar de pintar una caja y barnizar otra, y todo listo.
He estado pensando en cambiar la manera de mostrar el nombre de Enemy Dolls, pero no lo tengo decidido y no es algo crucial. Quizás use lo que estaba llevando ahora (las letras en cartulina) y busque una manera de mejorarlo para HobbyCon (si es que algún día abren inscripciones para hadmade xD). También me dan pequeños ataques de pánico cuando pienso en ello, pero no es importante ni decisivo, así que me duran 30 segundos.
Sin embargo, un tema que sí me está agobiando un poco es que necesito un par de macetas como mínimo (porque ya tengo preparadas dos plantas, aunque me gustaría poder preparar más) y no las doy encontrado. Todas las que veo son demasiado grandes. Yo necesito dos pequeñas, como las que vienen con los cactus pequeños, y parece que no existen, o que no existen sin plantas dentro. Encontré, después de dar muchísimas vueltas, que en el Ikea tienen unas pequeñas, de barro o algo similar, de colores, del tamaño perfecto... pero tienen planta dentro. Y no soy capaz de comprar una planta por la maceta y tirar la planta. Seguiré buscando. El siguiente paso es ir a preguntar a floristerías si tienen macetas que les sobren, o si me las pueden conseguir o algo.

En fin, el tiempo se acaba. Quedan 10 días para Expotaku. La recta final. Entre Iris, Ana y yo tenemos analizada a la “competencia” a la vez que la “compañía” que tendremos esos días en la zona no comercial. Hay amigurumi, pero no lo llego a ver como competencia. No hay actividades sobre amigurumi (aunque me aseguraré de que en HobbyCon las haya), aunque me sorprendería.
Los planes para ir están más o menos definidos. Tengo que subir el 22, porque así me puede llevar mi padre con el coche y las cajas que necesite (si me llevase otra persona tendría que llevar máximo dos cajas y una mochila, y aunque espero no necesitar más de eso, sería incómodo) y el 26 me vienen a buscar de nuevo al recinto y ya duermo en casa.

Tengo ganas de que llegue. Tengo ganas de que se acabe la espera y pasar tres días haciendo el friki rodeada de gente que me hace sentir muy poco friki, tanto que casi estoy fuera de lugar. Tengo muchas ganas de que llegue HobbyCon y poder vivirlo por fin, después de tantos meses de espera. Tengo ganas de que llegue el verano, los festivales, los mercados, el haber terminado la carrera, y volver a estar con Gerardo, a pasar festivales y mercados con él, y tengo ganas de todo.

Poco a poco. De momento, 10 días para que empiece, y unos 15 para pasar el examen y poder disfrutar de todo eso sin remordimientos de conciencia ni apuntes que leer una vez más.