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1 de mayo de 2011

Voluntariadas

Estos días han pasado muchas cosas, todas seguidas. Tengo atrasadas entradas que no sé cuándo podré hacer (sobre Atavist, por ejemplo), pero todo a su tiempo. Voy a empezar a bombardear estos días con lo que me ha mantenido casi 48 horas alejada de internet, y en realidad, también del mundo real. He hecho un curso de formación básica de voluntariado. Viernes y sábado de 9 y media de la mañana a 8 y media de la noche.
Mi intención de hacerme voluntaria empezó el año pasado, rodando el corto. Vimos que los de la asociación con la que estuvimos grabando necesitaban gente, sobre todo para mover papeles (cartas, recibos, subvenciones, etc.), porque ellos no daban abasto. Nos ofrecimos un par de ellos, pero nos dijeron que sin el curso básico hecho y sin carnet de voluntario no nos dejaban. Ahora hecho el curso pienso que no es para tanto, contando que nuestro trabajo sería el papeleo, pero también lo veo lógico. Hay muchos más entresijos, legalidades y detalles que pueden arruinar una tarea de voluntariado, y que hay que conocer para que todo salga bien (que es de lo que se trata).
Entonces, me informé. Vi que en la Universidad tenemos una Oficina de Voluntariado y que una o dos veces por curso hacían el curso de formación. Además, también tienen formación complementaria a lo largo del curso. Y diferentes programas ya en funcionamiento en los que actuar que estaban bastante interesantes.
Y me puse a esperar a que sacasen la convocatoria para uno de los cursos. Se me pasaron un par de ellos, pero conseguí entrar en las listas de admitidos del que se hizo este fin de semana. Los horarios fueron horribles, porque estuvimos allí encerrados el sábado entero, y fueron muchas horas seguidas, pero creo que todo ha salido bien.
De 25 apuntados solamente asistimos 10 personas. Un poco chafante para los que impartieron los cursos, pero para nosotros mucho más fácil conocernos y organizar los pocos trabajos en grupo que tuvimos.

Empezamos el viernes a las 9 y media de la mañana, en un edificio de la UDC que, para ser tan nuevo, me pareció que estaba bastante mal cuidado. Además de tener una distribución rara y unos cambios de temperatura según estancias que no eran normales, luego me di cuenta de que también está en obras. Esperaba otra cosa del edificio, la verdad. Ya no tengo muchas ganas de ir a estudiar allí, que es para lo que se pensó en un primer momento: un aula de estudio gigante.
La mañana entera fue sobre qué es el voluntariado, ámbitos en los que se desarrolla el voluntariado, y en una segunda sesión, lo que llaman “cooperación al desarrollo”: voluntariado en países menos desarrollados, intentando mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Demasiado bruto para la mayor parte de los que estábamos allí, creo, pero igualmente interesante. Saber qué necesitas para ser cooperante, qué pasa si te vas durante x meses fuera (cotización, paro, seguros, etc.) y cosas así. También tratamos un poco el marco legislativo dentro del que está el voluntariado, que tiene algunas cosas raras, pero en general está bien (en la ley gallega actual sobre voluntariado, entre las posibles tareas del voluntariado, los políticos pusieron “protección de la economía” o “protección y defensa de los derechos de los consumidores”, y cosas así que no tienen nada que ver).

Por la tarde nos dedicamos a los derechos y deberes de los voluntarios, y los riesgos del voluntariado. Entre los asistentes al curso había gente que ya está ejerciendo como voluntaria, y se enteraron de cosas que podían hacer y reclamar que no sabían. Uno de los deberes del voluntario es no aceptar ninguna compensación económica por su trabajo, pero sin embargo, es su derecho que no le cueste dinero ejercer como voluntario. Es decir, si tengo que coger un bus para ir a donde sea, puedo pedir que la asociación con la que estoy trabajando me pague el dinero que me cuesta ese bus. Ésa es una de las cosas que no estaban reclamando y que deberían, sobre todo en gasolina para el coche y autobuses, porque el resto del material ya se lo dan, no tienen que comprarlo. Pero en caso de comprarlo, después la asociación debería devolverle el dinero invertido.
Otro de los derechos/deberes de los que no eran conscientes es el participar en las evaluaciones de los proyectos que están haciendo, además de informar de los problemas que surjan y aportar soluciones. Como participante en el proyecto, aunque lleves dos semanas, estás en tu derecho (que prácticamente es un deber también) de hablar con el coordinador y decirle que hay x problemas y que con ciertas soluciones podrían mejorar los resultados. A veces puede dar cosa, porque llegas nuevo frente a gente que lleva años trabajando así, y no vas a ir de listo diciendo que tienen que hacerlo de otra manera. Nos insistieron en que a veces la gente que lleva trabajando tanto tiempo de esa manera a lo mejor no es consciente de que no se están haciendo las cosas todo lo bien que se podría, entonces los que entren nuevos tienen que, por lo menos, hablarlo.
Otro de los deberes es mantener la confidencialidad, tanto de lo que pase dentro del grupo de voluntarios, como de lo que pase cuando estés trabajando. Un poco por eso estoy hablando en abstracto, nosotros estuvimos hablando de casos concretos, pero no sé si estaría bien que los expusiese aquí. No conozco nombres, pero sí los proyectos en los que trabajan, y es señalarlos de manera bastante clara.
En cuanto a los riesgos, hablamos sobre todo de los emocionales. Nos insistieron mucho en que no debemos tejer lazos afectivos con los “usuarios” del servicio, porque no vamos a ser sus amigos, vamos a trabajar con ellos. No pusieron el ejemplo (un poco extremo) de una señora que acompañaba a personas mayores, y sin que se diesen cuenta, tanto ella como una de las señoras que acompañaba se hicieron muy, muy amigas; cuando murió la señora, la voluntaria estuvo mucho tiempo tocada, hasta casi caer en una depresión bastante chunga: era su amiga, no su usuaria.
Nos dijeron que en el momento que notemos que nos estamos encariñando con alguno de los usuarios pidamos cambiar de programa. Si es acompañamiento de mayores, cambiar de señor; si es de apoyo escolar, cambiar de clase; si voy a una protectora de animales y empiezo a tratar a los perros como si fuesen míos, cambiar de proyecto. Estamos trabajando, no podemos permitirnos trazar esos lazos con las personas con las que tratamos, porque luego sufrimos, y no fuimos para eso.
Otro de los riesgos más importantes es que nos quememos del programa en el que estamos y queramos dejar el voluntariado, que perdamos la motivación. La mayor parte de las veces ocurre por trabajar en un mal ambiente de grupo (roces entre los voluntarios que trabajan juntos, mala comunicación con los coordinadores), y nos dijeron que se soluciona ejerciendo aquel derecho de informar sobre los problemas que hay e intentar solucionarlo. O si no se quieren o no se pueden solucionar los problemas (si un voluntario con el que trabajas te cae muy, muy mal, no va a haber mucho que hacerle), cambiar de programa antes de empezar a odiar el voluntariado. A nadie le va a parecer mal, simplemente no estabas a gusto o querías hacer otras cosas. Porque una de las características del voluntariado es ésa: es libre, voluntario. Estás porque quieres, y en el momento que quieras dejar de estar, te puedes ir sin tener que dar explicaciones.
Con eso acabó el primer día. 8 horas resumidas en apenas un par de hojas, así que os podéis imaginar que hablamos de mil cosas más. La chica que nos dio por la mañana estuvo varios años en África en diferentes países, y nos estuvo contando anécdotas que le habían pasado. También hicimos algunos ejercicios en grupo, sobre identificar emociones, para empezar a ser conscientes de que vamos a tratar con personas (tanto voluntarios como usuarios) y que tienen emociones y sentimientos, con los que tenemos que tener cuidado para que las relaciones vayan lo mejor posible.
Viernes noche, y estaba agotada. Aún así, David y yo fuimos a cenar con Iris. Me llevé el ganchillo pero no hicimos más que hablar y cotillear hasta las 3 de la mañana. Yo muerta, supliqué irnos a dormir, que a las 8 tenía que volver a despertarme.

Pese a que tenía miedo a los autobuses universitarios por ser sábado (sé que pasan, pero posiblemente cada hora o algo así) llegué antes de tiempo al sitio donde íbamos a hacer el segundo día. El primer pabellón, pese a ser un aula de estudio gigante y que los de Bolonia están a un mes de los exámenes finales, cierra. Entonces fuimos a un pabellón de deportes que abrieron solo para nosotros. Se rompió la puerta y no podíamos salir si luego queríamos entrar, no teníamos agua y nos moríamos todos, pero en el fondo estuvo bien.
La mañana se la dedicamos a las habilidades sociales, con un psicólogo. Nos enseñó las maneras básicas de comunicación (pasiva, asertiva y agresiva) y cómo identificar y poner en práctica cada una, ventajas, desventajas, etc. También hablamos de las distancias a la hora de hablar, lenguaje corporal básico, apretones de manos, transmitir confianza y amabilidad… todo trabajando en parejas. La mitad de la clase salía fuera, el psicólogo decía qué teníamos que hacer, y entraban y “atacaban”. Después de hablar a la distancia que nos había mandado durante un rato, nos separaba y nos mandaba decir cómo nos habíamos sentido, para ver cómo nos sentíamos más incómodos, más confianza… me gustó el experimento.
También trabajamos un poco la ansiedad, porque puede haber momentos de enfrentarnos a situaciones difíciles en las que tendremos que controlarnos (trabajar con niños hospitalizados es duro, por ejemplo), pero solamente hicimos introducción, respiración y poco más.
Como no me fiaba de los buses, me llevé un tupper con la cena que había sobrado de cuando estuvimos con Iris. Otra chica, Patricia (que no doy encontrado ahora en redes sociales :__) también se llevó un tupper, y comimos juntas entre los arbolitos y los bancos de frente a Magisterio. Mientras no daba la hora de volver al curso dimos una vuelta por el campus mientras charlábamos de… todo. Empezamos hablando de que a ella lo de dar la mano no le da confianza, le hace sentirse incómoda (por lo acabábamos de hacer en el curso) y acabamos hablando de cobayas (qué raro yo hablando de cobayas).
Por la tarde en el curso se notó que las horas que llevábamos encerrados empezaban a pesar. También fue un poco menos interesante quizás lo que tratamos, pero el tiempo parecía que no acababa de pasar. Tratamos la motivación para ser voluntarios y trabajar en grupo.
En cuanto a motivaciones nos dijeron que mientras queramos hacerlo, no importa cuáles son nuestras motivaciones: son válidas y no pueden cuestionarlas. Da igual que quieras trabajar con sintechos porque tuviste un tío que se quedó en la calle, o porque seas muy religioso y sientes que debes ayudar (desde el primer día nos dijeron que no es una relación de ayuda, porque quien ayuda es superior al necesitado, y no es así, estamos todos aprendiendo de todos, nadie es superior que otro), o porque piensas que es una injusticia que haya gente en la calle y quieras participar en su solución. Todas son válidas.
También nos hablaron de que posiblemente entremos alguna vez en algún debate tipo “no deberían existir los voluntarios, son malos”, y nos dieron un par de herramientas para contraargumentar. En realidad nos las dimos nosotros: nos separaron en tres grupos y nos mandaron debatir. Uno de ellos estaría en contra de los voluntarios, otros a favor, y otros a favor pero con condiciones (como existen hoy). Con los argumentos que nos dimos entre nosotros más o menos vimos por dónde podía ir el debate y cómo defendernos. Esa discusión parece que no es tan poco común como pensábamos, alguna vez tendremos que enfrentarnos con ella.
Del trabajo en grupo volvimos a hablar de la comunicación, de los problemas que suelen salir y cómo podemos solucionarlos. Hablamos de los roles que hay dentro de un grupo, del buen y del mal liderazgo, etc. Nos dio para mucho pero realmente el tema que tratamos fue ese.

Acabamos a las 8 y media justas. A las 10 empezaba el concierto de NOC al otro lado de la ciudad (literalmente) y aún tenía que pasar por el piso para, por lo menos, coger la cámara. No hubo buses, como esperaba. Y como Patricia también tenía que coger un bus, nos fuimos caminando a otra parada, que quedaba un poco más lejos, pero pasaban más líneas. Después de no sé, media hora pateando, llegamos, y tuvimos que esperar otro cuarto de hora a que viniese un bus. Total, llegué al piso a las 10 menos 10, y por suerte David ya estaba allí. Hice bolso, me abrigué un poco, cogí la cámara y bajamos corriendo al Playa.
Por suerte, se me había ido la olla y a las 10 era la apertura de puertas, el concierto estaba pesando para las 10 y 30-11, así que no habían empezado, ni tenían intención, cuando llegamos. Cruzando la calle, en el estadio de Riazor, el Depor hacía aguas otra vez. No había apenas nadie, así que los grupos esperaron durante un rato más a que acabase y la gente se animase un poco. Un tiempo después, la mitad de la gente de allí dentro tenían camisetas o bufandas del Depor puestas xD
Así a lo corto, y porque aún tengo que ponerme con la crónica para de The Drink Tim, Dinero me gustaron muchísimo (David les compró un disco para tenerlos en casa ya para siempre :D), y NOC pudo haber sido peor, de hecho me lo esperaba peor. La gente horrible, parece que porque quien esté tocando sea amigo tuyo ya puedes comportarte como un gilipollas. Pijas vestidas con ropa de pijas imitando ser punky o algo borrachas con tacones, no, gracias. Grititos, empujones cuando había espacio de sobra para no dar por culo y demás. Una tía me estuvo sobrevolando la cara amagando bofetadas por largar los brazos a lo helicóptero, pero la dejé estar (“pobre, bastante tiene con soportarse a sí misma”) hasta que me dio un manotazo en la cámara. Le grité cosas que no le gustaría a mi padre que supiese pronunciar xD pero no se enteró ni de coña, y cada vez que se acercaba a donde estaba yo, la empujaba para adelante. Tampoco se enteró de nada.
Cuando empezaba a acabarse el concierto, recogimos todo y nos fuimos hacia la mesa del merchandising de Dinero. Estaba el grupo por allí y nos quedamos charlando un poco con él. Si quieres hacer feliz a un músico, cómprale un disco. Muy majo, me dijo que cuando subiese todo a The Drink Tim les pasase un link o subiese fotos a su Facebook, que les hacía ilusión xD
Salimos a la calle, agotada, con un dolor de pies… de estos que sientes que los tienes más planos que los patos, y con frío (al lado del mar hacía más frío que en el piso) y muerta de cansancio. Pasamos por un Ghastof a coger algo de cena para David y tiramos para arriba. Casi me quedo dormida en la mesa mientras él cenaba, y me fui para cama.
Y hasta ahora. Dormí a gusto, pero aún siento los pies aplanados. Y tengo algo que no sé bien si es pereza o cansancio, pero solo quiero tumbarme en el sofá a que la cobaya corra por encima de mí.

Y ahora tengo que ponerme con las fotos y con la crónica. A ver si no me lleva las 12 horas que me llevó la de Hamlet, me muero xD
Para compensar el texto, vídeo de Dinero. :D

1 comentario:

Isi G. dijo...

Yo veo bien el curso, veo muy bien lo que os han enseñado: la parte legal y demás, los estilos comunicativos, herramientas para tratar con la gente, las emociones... Son totalmente útiles, muchísimo más de lo que parece. Un apretón de manos, o en el hombro con una sonrisa pueden hacer mucho para acompañar un mensaje :)

Un besote y a ver esa crónica^^