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30 de noviembre de 2012

Querida burocracia (enésima parte)

Llevo cuatro años estudiando en la misma Facultad. A estas alturas conozco al personal que trabaja allí, tanto profesores, como bibliotecarios, administrativos, e incluso el personal de mantenimiento y limpieza. A estas alturas he perdido la fe y la esperanza en dos de esos grupos: los profesores y los administrativos. He visto más chapuzas que cosas bien hechas, y por eso pensé que sin esperar nada de ellos, no podrían sorprenderme, para mal, nunca más.
Oh, todo lo que me equivocaba.

Tras tres años de carrera y ni una sola ayuda para aprender a matricularnos y para hacer otros trámites burocráticos, decidí que yo sola no sabía contar créditos. Iba a entrar en 4º, que sería mi último año de carrera, y aunque estaba contando con necesitar casi un curso más, quería saber cuántas asignaturas tenía que hacer. Matricularme de todos los créditos necesarios para terminar la carrera, o en junio o en septiembre. No sé contar créditos todavía. Hace mucho que no toco las matemáticas, y aunque sea sumar y restar, siempre me dieron problemas. Sobre todo la parte de que uno de los tipos de créditos que tengo que cubrir no es múltiplo de 6, cuando todas mis asignaturas son de 6, y no sé si puedo aprovechar los créditos sobrantes para cubrir los de libre elección, o tengo que hacerlos a mayores. El caso es que después de contar y contar, cada vez que me pongo a mirar créditos me da un resultado diferente. Y es por eso que fui a pedir ayuda secretaría.
Les expliqué lo que me pasaba. No fui la única, toda mi clase (e imagino que las otras titulaciones también) pasó por secretaría esa semana para lo mismo. Me contaron los créditos, me dijeron los que tenía, los que me faltaban, y resolvieron que tenía que hacer X asignaturas (no me acuerdo de cuáles) para tener todos los créditos completados. Me parecieron pocas, pero para eso pasé 2º y 3º de carrera de 8:30 de la mañana a 8:30 de la noche en la Facultad, de clase en clase.
Terminaron las clases, hice los exámenes de junio, me quedaron un porrón de asignaturas (obligatorias) para septiembre; estudié durante el verano, y las saqué todas, menos una. Gramática II, una asignatura que a principios de curso nos dijeron otros profesores “todos los de 4º están asustados siempre por Gramática II” y no parecía para tanto, sí lo era. Pero bueno, una para diciembre, y echándole ganas, se aprueba bien. Sigo terminando el curso en el 2012, cuenta como año académico 2012.
Me matriculo por internet, pero aunque somos muy modernos, hay que pasar por la Facultad igualmente. Así que hago la matrícula de Gramática II, imprimo todos los papeles, y cuando puedo, me acerco a la Facultad (a 100km de mi casa). Entrego una autorización para que me pasen el pago de 20€ de matrícula a mi cuenta del banco, y de paso, una tía se pone a fozar en mi expediente. Y me dice “sabes que te faltan créditos por cubrir, no?”.
Pues sí. No me quedaba solamente Gramática II por hacer, sino que tengo que hacer DOS asignaturas optativas a mayores para cubrir créditos de libre elección. Porque imagino que como a nadie le dan problemas (son una putada) cuando dije lo de hacerme el recuento, debieron pensar que iba a no sé, sacarlos de una chistera o encontrarlos bajo un sofá, y no me los tuvieron en cuenta.
Me dijeron que tenía apenas una semana para cambiar la matrícula, y tras mucho pensarlo y hablar con compañeros y profesores, volví a la Facultad. Me matriculé en esas dos asignaturas (Literatura gallega y Hermenéutica filosófica) y puse las tras asignaturas en convocatoria extraordinaria de fin de carrera para poder hacer el examen en diciembre sin haberme matriculado antes en ellas (vamos, que no soy la primera a la que le pasa y ya buscaron una manera de arreglarlo lo máximo posible).

Matriculada, ya solo me queda luchar con los profesores o los apuntes. O es lo que quería creer, porque me siguen puteando y siguen cagándola, una vez matriculada, arreglada de papeles y con los plazos para cambiar cosas terminados.
Me han pasado el pago de la matrícula dos veces.
La primera vez, cuando fui a la Facultad y me dijeron que me faltaban créditos, les fui a entregar un papel para que me pasasen el pago al banco directamente. Una asignatura sin docencia son 20€ (que para sentarte a calentar una silla durante 2 horas y 6 folios ya es cara de carallo), y durante el tiempo que me estuve pensando qué otras asignaturas coger me pasaron el pago.
Luego, fui a modificar la matrícula. Añadí dos asignaturas más, optativas y con convocatoria de fin de carrera, es decir, diciembre, un examen. Según lo que pone el papel que me imprimieron como justificante de matrícula, las tres asignaturas son 40€. Que ya también me parece caro para ellos no tener que hacer nada.
Pues me han pasado un pago de 40€. No de los 20 de diferencia, ni los devolvieron antes, no, volver a cobrar todo.
Es decir, cuando me acerque a la Facultad tendré que volver a pasarme a visitar a esa panda de inútiles, y decirles que corrijan eso. Que bastante tengo con los problemas y complicaciones que me pusieron durante estos años para andar aguantando tonterías a última hora.

Ahora a ver qué problemas me ponen. Porque para cobrar siempre andan espabilados, pero para devolver el dinero... voy a ver esos 20€ en Semana Santa, lo estoy viendo.

Mientras, es 30 de noviembre. Tengo el examen gordo el 3 de diciembre. Estoy acojonada. A veces pienso que va bien, a veces pienso que va mal. No tengo ni idea de qué va a pasar. Rezad todos por mí. Mucho.

25 de noviembre de 2012

Desastre de mes

Creo que es la primera vez que me pasa, en los tres años y pico que tiene este blog, que escribo solamente tres entradas en todo el mes. Si es por falta de tiempo, falta de motivación en general, una rutina poco interesante...
Los cambios en mi vida son pocos y pasan muy poco a poco. Estoy forjando un par de rutinas nuevas, pero van naciendo tan poco a poco que no veo un momento en el que empecé a hacerlas, y no tengo por lo tanto una fecha para contarlas.
A la Universidade Cromática nos cedieron la Capilla del Pilar. Desde finales de octubre que tenemos las llaves y permiso para usarla dentro de los límites razonables. Nos hemos puesto las pilas, y aunque al principio no estuve en la organización de esas actividades, estoy ya plenamente dentro. Cada dos semanas, los viernes, tenemos sesión de cine, abierto, gratuito para todos, por la noche, y una vez al mes tenemos club de lectura. También abierto y gratuito. Hasta ahora ya he asistido a unas tres sesiones de cine, y una sesión del club de lectura.
En el cine estamos en pleno ciclo de Wes Anderson. Hasta ahora vimos Viaje a Darjeeling y The Royal Tenenbaums, dentro de dos semanas nos toca Fantastic Mr. Fox, que dicen que es de las mejores que tiene. Son películas que me alegro de ver visto, por lo extrañas pero buenas que son a la vez. Quizás no las hubiera visto sola en casa, o no las hubiera disfrutado tanto, pero pese a la pésima acústica de la capilla y las temperaturas árticas, las disfrutamos. Es tipo de cine que no había probado nunca, y como experiencia está bien.
Para el club de lectura vamos alternando: un mes leemos ensayo, un mes leemos literatura. Hasta ahora solamente pude ir a una sesión, de literatura, con La hora de la estrella, de Clarice Lispector. No la conocía y creo que hicimos un buen acercamiento. Ninguno de nosotros había leído ningún otro libro suyo, por lo que no sabemos si ése es su estilo habitual, aunque tiene toda la pinta de que sí (fue su último libro y ella lo sabía). Si sus otros libros son así, me gusta y quiero conocerla mejor.
El 15 de diciembre tendremos la siguiente sesión, esta vez de ensayo. No conozco al autor, ni la temática, sé que dijeron que nos iban a chocar las ideas del señor. Algo de “por una vez vamos a criticar y no a alabar”. Tiene toda la pinta de ser un absolutista o capitalista, cuando nosotros, por decirlo de una manera muy simplificada, tiramos al comunismo. No personalmente, sino por la manera de funcionar con la asociación, en el sentido de rechazar el dinero y apoyar la cultura gratuita. Y los autores que ellos suelen leer, que yo de ensayo no leí nada desde los libros de narratología de la carrera, también se acercan a esas ideas.
Y para la siguiente sesión de literatura vamos a tener otro autor que llevo tiempo queriendo conocer: Roberto Bolaño. No el Bolaño al que le van a dedicar las Letras Galegas en el 2013, sino el sudamericano. Estuvimos mirando extensiones de diferentes obras, y vamos de estrella en estrella: Estrella distante. Ya llevaré a Canal Nostalgia mis impresiones. Además, por mi cuenta quiero leer Los detectives salvajes, que tenía que leerla para clase pero no me dio tiempo, y tenía una pinta muy muy buena.

Tenemos la capilla puesta bien bonita. Subieron al coro tres sofás, y le construyeron una mesa con un par de palés y unas ruedas, además de una estantería. Para la parte de abajo consiguieron que el ayuntamiento les diese algunos bancos del parque, que tenían en un almacén, y llevan unos días pintándolos, por estar tan desastrados. Ahora tenemos bancos de colores. También tenemos una mesa de reuiones, sillas, una vitrina rescatada de la basura, nos trajeron un par de radiadores, trajeron un radiadorcito pequeñito, y montaron otra mesa donde tenemos equipo de sonido para poner música ambiental. Está viva la capilla xD
Durante la semana, todos están fuera. Vienen los fines de semana y es cuando hay realmente actividad allá dentro, pero durante la semana estaba cerrada. Entonces yo, que estoy aburrida aquí, dije que podía tenerla abierta durante las semanas. Aunque sea por ser un puesto de información, porque durante las semanas no organizamos nada. Tienen en marcha el concurso de fotografía (no me incluyo porque voy a participar), están las fichas para hacerse socios, etc. Y yo aprovecho para estudiar.
No es el sitio más cómodo, ni el más calentito, pero es el que menos distracciones tiene. En casa soy incapaz de hacer nada. Es más, tengo que enviarle un texto a una profesora para que me corrija de cara al examen, y aquí llevo dos horas intentando corregirlo por encima para enviarlo, y no soy capaz de leer más de dos líneas a la vez, eso si me entero de qué ponen.
Y esa es una de las rutinas nuevas: a las 5 voy a la capilla, estudio una hora y pico-dos horas, y me pongo a leer hasta las 7 y media. En principio quería estar hasta las 8, pero no soy capaz de estar tan concentrada durante 3 horas seguidas, y si empiezo a pensar en otras cosas, pienso en los espíritus de la capilla, el frío que hay, en el hambre que tengo a esas horas... me acojono y me voy de todas maneras.
Estoy volviendo a leer, a diario, durante una hora y pico, como costumbre. Y estoy sufriendo de miedo al abismo: hay tantas cosas que quiero leer, tantas cosas que quise leer y durante estos cuatro pasados años no pude, que no sé por dónde empezar. Acabo decidiéndome por algún libro que tenga a mano, cualquiera, sin acabar por sumergirme en ninguno de los que quiero leer en realidad xD Ahora estoy con una antología de Merimée, que me va a durar un par de días más, y luego espero tener la lista de libros que tengo que leer para Literatura Galega, que me tuve que matricular porque me faltaban créditos (aquí tengo que solicitar un gran aplauso para los de secretaría de mi Facultad) y tengo que avanzar con ellos. Pero luego, no lo sé. Tengo ganas a varios bestsellers, por eso de dejar que un libro me enganche por la historia y volver a devorar páginas, volver a tener esa fiebre por seguir y acabar un libro, y esa sensación de “y yo antes qué hacía con mi vida?”.

El 3 tengo el primer examen, de Gramática II. Estoy acojonada. Pensaba que aún tenía 15 días y esta será la última semana. Se me echa encima el tiempo, y vuelve esa sensación de “no sé nada, la voy a cagar”, a la que se junta con la presión de que quiero acabar YA. Si suspendo este examen, la siguiente convocatoria es en junio, con lo que me pierdo las mayor parte de convocatorias de prácticas y trabajo en el extranjero de este curso. Pero sobre todo, quiero ir en diciembre a ver a Gerardo (otra cosa que se ha ido fraguando poco a poco y no he venido a contarlo) con el alivio de haber acabado ya.

Ahora voy a intentar seguir con el texto este. La asignatura no es difícil en sí. Es difícil porque es aburridísima y no hay quien estudie eso con ganas.

9 de noviembre de 2012

Mi chico ideal

Siempre he tenido claro qué busco en un chico, aunque hasta ahora pensaba en él de manera platónica, y por decirlo de alguna manera, me estaba “conformando” con menos. No es que me conformase realmente, es que nunca había conocido a alguien como el que estaba buscando realmente, y pensé que simplemente, no existía. He conocido chicos que me gustaron, pero siempre había algún “ojalá...”. Nunca nadie había cumplido con todo. Incluso había “renunciado” a algunas cosas porque ya me parecía mucho pedir.
Para mi chico ideal, buscaba a alguien que pudiera disfrutar de la misma música que yo. Que pueda apreciar la belleza detrás del ruido, que encontrase los gritos y las guitarras relajantes, y con quien pudiera compartir conciertos y festivales. Otra cosa importante, es que tenía que ser cariñoso y con un punto romántico (y creo que todos disfrutamos de algunos momentos cursis puntuales); que se deje sobar sin que se agobie, que le guste abrazarme y no le importe tenerme encima a cada poco. Además, me gustaría que fuese una persona culta; con o sin estudios, alguien inquieto intelectualmente, que quisiera aprender cosas, que fuese curioso y disfrute de museos, exposiciones, y que estuviese interesado en diferentes campos. Que me deje hablar de arte, música o literatura y no le parezca una tontería (este último punto está dentro de las exigencias más exigentes quizás xD). Que sea alguien leído, que le guste la literatura o la lectura, con quien hablar de libros, con quien irse a algún sitio tranquilo y pasar los dos la tarde leyendo. Alguien que vea los libros como objeto de disfrute, no de colección o de decoración.
Que sea alguien responsable. Alguien que tiene responsabilidades y cumple con ellas. Que pueda comprometerse con algo y mantenerlo. En principio esto no parecía importante, pero odio cuando la gente empieza cosas y las deja a la mitad, por comodidad o por exigirles un esfuerzo que no quieren hacer. Buscaba a alguien que se hubiese comprometido con algo (unos estudios, un trabajo, alguna afición a lo largo de los años) o hubiese hecho algún esfuerzo alguna vez.
También es importante que yo le guste. Ya tuve muchos años adolescentes de buscar chicos para los que no valía nada. No pido idolatración, solamente alguien que me valore, me quiera y haga sentir querida. Aunque suene algo egoísta, alguien que me haga sentir que valgo algo para él, que de verdad quiera estar conmigo, y haga esfuerzos por estar conmigo; que no me deje tirada así como deje de ser cómodo.
Que entienda mi ansiedad. Aunque no sepa qué hacer con ella (ni yo misma lo sé) que de entrada entienda que puede haber momentos en los que me encuentro mal y que hay cosas que no puedo hacer (salir a cenar, a veces salir a comer...). Que no lo vea como una neura ni una tontería. Y sobre todo, que tenga paciencia conmigo cuando no me encuentro bien.
Que busque más o menos el mismo futuro que yo: un trabajo estable que me permita vivir tranquila, con tiempo para dedicarme, fuera del trabajo, a las cosas que me gustan y me hacen feliz. Una vida tranquila, sin ostentación ni caprichos. Una casa estable, en un sitio agradable, y la capacidad de ahorrar como para poder pegarme veranos de festivales e inviernos de conciertos. No busco alguien que ambicione riquezas ni una vida de fama ni muy agitada; pero tampoco una vida de escaquearse, vaguear y no esforzarse por nada más que conseguir lo mínimo. Me gustan las rutinas rodeada de cosas y gente que me hacen feliz, y no podría compartir esta vida con alguien que no estuviese contento con ella. Sé que soy joven, tengo 22 años y parece que aún me queda tiempo para pensar en el futuro, estabilidad y eso. Pero es lo que me gusta. Tranquilidad, rutinas, estabilidad, saber o intuir qué va a ser de mí de aquí a 6 meses.
Estas son las cosas básicas. Hasta ahora no había encontrado a nadie que las cumpliese todas. O música y responsabilidades, o música y tranquilidad, o lectura y responsabilidades... pero nunca se habían dado todas estas cosas juntas. Y ya si me pongo exigente:
Que no beba, ni fume, ni tome drogas. Estar pendiente de que la otra persona pueda fumar es un coñazo. Le cogí mucha tirria también a los borrachos, con esos ojos ausentes y el que se comporten diferente. No pido un abstemio al 100%, pero no me gusta cuando pasan del puntillo. Sobre todo porque yo sí soy abstemia al 100% y no lo veo divertido ni entretenido. Ya si hablamos de drogas, aunque sean porros... prefiero pasar del tema. Me hace mucha menos gracia que el alcohol y el tabaco. Aguanté porros durante un tiempo, y estoy cansada de ellos.
Que su idea de salir por las noches y pasarlo bien incluya conciertos y tranquilidad. Que su concepción de pasarlo bien no sea estar de pie toda la noche, en discotecas/pubs/botellón. Que no se aburra si para salir vamos a un bar y pasamos la noche sentados y charlando.
Que no tenga miedo a la distancia. Tal y como están las cosas, y según lo que he querido desde hace años, es realista ver la posibilidad de me vaya fuera a trabajar, aunque sea solo unos meses con algunas prácticas o becas. Necesito que comprenda que es algo que quiero o tengo que hacer, y no me ate a él, a una ciudad o una casa. En su día me perdí el Erasmus por alguien que no soportaba tenerme lejos más de 3 días, y no quiero volver a repetirlo. Pidiendo un poco más, me gustaría alguien que tampoco se viese irremediablemente atado a un sitio y, si me va bien fuera y si tiene posibilidades de estar él también bien fuera, pudiera plantearse venir conmigo. La distancia es una etapa, tampoco quiero distancia durante años.
Ya en plan locura, que fuese alguien creativo. Si es dentro de la música, mejor. Sería un orgullo poder ver a alguien que se mueve dentro de la música, que lucha por ella y se esfuerza por ella. En plan sueño, si tiene un grupo y dan algún concierto, el orgullo de estar con él y tener la posibilidad de vivir el concierto desde dentro. Pero en plan locura. Más que una necesidad es un plus, un sueño, algo a lo que no aspiro conseguir, pero que sería genial que fuese.

Pues bien. Lo he encontrado. Existe alguien que cumple todo esto. Punto por punto. Y cuánto más lo conozco, mejor es. Y cuánto más tiempo paso con él, más feliz me hace. Una sorpresa por mañana, una sonrisa al irse a dormir.
De momento tendremos que luchar un poco con la distancia, pero vale la pena.


So close, no matter how far...

5 de noviembre de 2012

Recuerden, recuerden...

Hola, bella dama. Bonita noche, ¿verdad? Perdone mi intromisión. Quizás deseaba pasear. O sólo disfrutar de la vista. No importa. Es hora de que tengamos una charla. Ahh… olvidaba que no nos han presentado. No tengo nombre, llámeme “V”. “Sra Justicia… aquí V”, “V, aquí la señora Justicia”. “Hola, señora Justicia”. “Buenas noches, V”. Ya está, ya nos conocemos. Soy admirador suyo desde hace tiempo. Oh, sé lo que piensa… “El pobre chico está loco por mí…” Lo siento, madame. No es así en absoluto. La admiraba… aunque a distancia. La miraba desde la calle cuando era chico. Le decía a mi padre: “¿Quién es esa dama?”. Y me contestaba, “es la señora Justicia”. Y le decía, “¿No es bonita?”. No es algo físico, sé que no es de esas. No, la amaba como persona. Como ideal. Eso fue hace mucho. Ahora hay alguien más. “¿Qué? ¡V! ¿Me has traicionado por una ramera vanidosa de labios pintados y sonrisa incitante?” ¿Yo? ¡Disiento! ¡Fue tu infidelidad la que me echó en sus brazos! ¡Ah-ha! Te sorprendí, ¿eh? Pensabas que no sabía lo tuyo. Pues lo sé. ¡Lo sé todo! No me sorprendió. Siempre te gustaron los uniformes. “¿Uniformes? No sé de qué me hablas. Tú siempre fuiste el único, V…” ¡Mentirosa! ¡Zorra! ¡Ramera! ¿Niegas que te lanzaste a sus brazos y a sus botas? ¿Te comió la lengua el gato? Eso parece. Te has mostrado por fin. Ya no eres mi justicia, ahora eres su justicia. Te acostaste con otro. ¡Dos pueden jugar a ese juego! “Sniff, ¿quién es ella, V? ¿Cómo se llama?” Se llama Anarquía. ¡Y me ha enseñado más que tú como mujer! Me ha enseñado que la Justicia es inútil sin Libertad. Es honesta. No hace promesas ni las rompe como tú, Jezabel. Me preguntaba por qué no me mirabas a los ojos. Ahora lo sé. Adiós, querida. Me entristecería por nuestra separación, pero ya no eres la mujer que amaba. Aquí tienes un regalo final. Las llamas de la Libertad, que hermosas. Ahh, mi preciosa, Anarquía… “Hasta ahora no conocía tu belleza”.



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“Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora para evocarla sin dilación.”