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1 de junio de 2010

Haciendo un corto de cine Vol. V: El estreno

Ayer estrenamos nuestro corto, junto a todos los que se habían hecho en clase. Llenamos el Salón de Grados entre alumnos, acompañantes y amigos.
El profesor dijo que este año todos habían sido muy buenos, pero pensé que lo diría por cumplir, como cuando en Operación Triunfo dicen que “este año hay mucho nivel”, cuando en realidad cantan todos fatal. Después de ver todos los cortos, sí, hubo cosas muy buenas. Sobre todo si tenemos en cuenta que somos alumnos de Hispánicas, no de Audiovisuales, o cualquier tema relacionado con los guiones de cine, el lenguaje cinematográfico, las cámaras, el sonido (lo peor de todo en todos) o el arte dramático.
Mirando hacia atrás, nuestro corto no fue el peor, pero lo siento así. Estoy muy decepcionada con el resultado final, con los cambios chapuceros y a prisa que le hizo el profesor sin consultarnos siquiera, sin revisar el vídeo después de montarlo (porque este vídeo estaba sin revisar). En cuanto a historia, nuestro corto era bueno. También de los cortos más claros (hubo uno de una religiosa que miraba una revista porno que, aunque de presentación está muy bien, tardé horas después de verlo para entender qué quería decir, y aún así no lo tengo claro; otro hablaba sobre el pecado y el placer, y es confuso en ciertas partes; etc.), pero la carta de presentación era una verdadera chapuza.
Nuestro corto, en un principio iba a ser una mujer hablando sobre su vida. Nos pusieron en contacto con una mujer que está presidiendo una asociación/colectivo que ayuda a los drogadictos. Ella fue drogadicta, muchos de sus amigos, hermanos y exparejas también lo son o lo fueron; y a raíz de todo esto es seropositiva. Le preguntamos si le importaría ayudarnos, y le encantó el proyecto desde el primer día.
Un día grabamos con ella en el local de Colectivo, todo seguido. Ella nos fue contando su vida, una historia bastante dura, de una manera muy sincera y muy honesta. La idea que surgió entonces era recortar las partes donde le hacíamos preguntas para que siguiera hablando e hilar todo su discurso de manera que la única voz, el único personaje, fuese ella. Como 3, 5 ó 10 minutos con la cámara fija y una sola persona hablando cansa y aburre, decidimos poner vídeos por el medio. Vídeos intrascendentales, de la vida cotidiana: gente cruzando en un paso de cebra, el mar contra las olas, niños en un parque infantil, etc. Solamente para variar la imagen. Quizás también para darle algo de ternura.
Las ideas fueron cambiando, con nuestro consentimiento o sin él, y el corto que se presentó ayer fue: La señora hablando en un tono sepa (cuando en ningún momento hablamos de cambiarle el color) intercalada con las imágenes de una chica de mi grupo haciéndole las preguntas. Por encima del color sepia le añadió un efecto película antigua. Típica cosa cutre del Movie Maker, vamos.
La señora cuenta sus cosas, la de mi clase le pregunta. Así un par de veces hasta que, cuando vuelve a hablar la señora, no hay efecto película vieja ni tono sepia. El vídeo está en color, tal y como lo grabamos, y con el sonido bastante más bajo. La señora acaba de hablar, interviene mi compañera (también en color) y cuando toca la respuesta, vuelve el tono sepia y el efecto rayante de la película. ¿Por qué? Después de ver todo el vídeo mi conclusión es que simplemente al profesor, que se encargó de montar el corto final, se le olvidó aplicarle los efectos de color. Bien. No acaba aquí.
Como había partes en las que la señora hablaba durante mucho tiempo y se podía hacer pesado, decidimos pedirles a los del Colectivo que nos pasasen unas fotos suyas para incluirlas en esos sitios y que no fueran pesados. La idea primera de los vídeos intercalados con el discurso, vaya.
Llegó la primera foto. Pero la foto... no apareció cuando la señora hablaba. Apareció a machete. Ella acabó de hablar, y el profesor cortó todo sonido y le pegó la foto durante tres segundos. Pasaron los tres segundos, y la chica de mi clase volvió a hacer sus preguntas. Así con tres fotos. Una de ellas retrataba una manifestación a favor de la integración social de las personas con VIH o Sida, y el profesor la puso en blanco y negro. A ver, señor profesor. Lo importante de la foto es la pancarta con el lazo en ROJO. ¿CÓMO LO PONES EN BLANCO Y NEGRO? Así es un lazo negro. Así la foto no tiene puto sentido en medio de lo que la señora “está hablando” (mejor dicho “estaba hablando”.
Para acabar, y ya lo que acabó de darme vergüenza ajena (aunque con esto ya me llegaría) fue que incluyó “tomas falsas” como si estuviera bien grabado. Cuando grabamos a la señora salió todo bien a la primera (aunque yo cortaría algunas partes, pero en general estaba bien todo), pero cuando se lo hicimos a la chica de las preguntas en el despacho del profesor no salió bien a la primera. En algunas preguntas se atascó, en otras se perdió... hubo que repetir un par de veces hasta que quedó bien. Una de las preguntas que aparecieron en el vídeo como buenas estaba mal. Se vio que ella se quedó trabada, cuando teníamos una secuencia buena para usar.
Además, y no sé por qué le dio por hacer eso, daba la impresión de que no puso el vídeo completo de las preguntas, sino que había incluido como pequeños momentos de vacío antes y después de las preguntas mientras enfocaba a la chica. Sus vídeos no estaban enteros, daban como saltos de cortar y de volver a grabar.

Y ya lo máximo, nuestros nombres mal escritos en los créditos. El chico que participaba con nosotros se apellida Blanco. El profesor puso Balco. La señora del Colectivo se llama Ana María Anaya; en grande apareció el nombre “Anamaría Naya”. Huelin no quiero recordar cómo estaba escrito.


Nuestro corto no solo no me gustó cómo quedó, sino que me dio vergüenza que el resto de gente de clase (y de otras que también tenían que hacer corto) pudieran ver semejante chapuza. Sus cortos fallan de guión, interpretación o historia, pero no de montaje. El resto estaban bien acabados. Más o menos se escuchaban, pero todos se veían bien. El nuestro no. El nuestro no se escuchó, se vio mal, y estaba mal acabado.


Vamos a volver a montarlo. Me niego a que quede así. Voy a volver a montarlo, posiblemente antes de 15 días, con la ayuda de Iria, que sabe de montajes, de programas y así.
Así que ya lo partiré, lo subiré a youtube (es muy largo para subirlo en una sola parte) y ya haré una entrada diciendo que estoy contenta con el resultado, y que el montaje final hace justicia a la historia que cuenta.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Tienes un imán para estas cosas, nena :S

Ánimo con ese corto, que quiero verlo bien hecho^^

Besotes!!! =)