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4 de junio de 2010

Se busca piso - Diario 31

Que todo el mundo se olvide de la entrada anterior. No voy a quedarme el próximo año en este piso.

No puedo quedarme el próximo año en este piso.

Mis dos compañeros que me caen mal han decidido decirme, delante del casero (que parece que ya lo sabía, al igual que su mujer), que quieren que me vaya el próximo curso. No están a gusto conmigo en el piso, cosa que no acabo de comprender (por lo menos al completo, a medias sí puedo llegar a entenderlo).
La cosa es que hoy vino el casero a cobrar por última vez (de hecho, solo nos cobró las facturas, el alquiler se da por pagado con la fianza que di en julio-agosto), y nos preguntó si nos quedábamos. Ellos dijeron que sí, ya sabíamos que Jc no, y yo dije que sí tenía pensado quedarme. No lo expliqué, pero pensaba repetir piso por todo lo que dije en la entrada anterior. Lo que no pensé es que fueran pedirme que me fuera. Ya sospechaba que no les caía bien, pero no me están acogiendo en su casa y todos pagamos el mismo alquiler, así que no creí que se viesen con potestad para decidir qué iba a ser de mí el próximo curso.
Por lo que entendí, y algo un poco más “razón” por la que deba irme que cosas anecdóticas, es porque hace unos meses que estoy encerrada en mi habitación. Es todo lo que me dijeron. Bueno, además, que cuando nos echaron la “bronca-buenrollista vamos a limpiar más todos porque vosotros estáis mal limpiando lo que en realidad solo uso yo” dejé de hablarles, y ese día justamente no dije nada (ya lo dije otras veces: yo si no tengo nada que decir, no lo digo; para abrir la boca y no aportar nada paso de abrirla), aunque es cierto que a partir de ese día sí limpié como habían propuesto hacerlo (esto lo admitió Jv). Otra razón es que hace una semana (no mes y medio como dijo Lc) David y yo pedimos pizzas para comer, se me olvidaron las cajas al lado de donde tenemos la basura y no las bajé hasta eso, pasada una semana. Otra razón es que una de las veces que vino el casero a cobrar, como yo estaba en clase, no les di el dinero. Se lo di cuando llegué, y ya me protestó Lc, y ya se lo expliqué. Me lo volvió a echar en cara. También me echó en cara que una de las veces que vino el casero estaba yo dentro de la habitación y no salí. Hubiera salido si alguien me hubiera dicho que estaba el casero ahí. Yo ya había dejado un par de días antes el dinero en el bote común por si venía mientras estaba en clase o me había ido a casa da David, así que tampoco veo más problema por mi parte. Repito, nadie me avisó de que iba a venir, nadie me avisó cuando llegó. Hoy tampoco me avisaron, vi un par de notas que decían que vendría hoy y más tarde escuché el timbre.
Explicado así, yo no entiendo que me quieran fuera. Lo admito, no soy perfecta, y a veces se me olvida fregar mis platos, y como no uso la basura “común” (tengo una papelera en mi habitación, pero al comer fuera tampoco es que genere más basura que papeles o cosas del estilo) la he bajado contadas veces; pero no hago ruido, cumplo con la limpieza común, no me quejo, no creo discusiones, no rompo cosas, no monto fiestas ni jaleos (viene David tal y como vienen sus novios, las veces que ha pasado alguien más por aquí ellos no estaban y no estuvimos casi tiempo), cuando estoy “ocupando” una zona común me cambio para un sitio donde no moleste, etc. La mayor parte del tiempo ni estoy en zonas comunes. Es eso, estoy en mi habitación, sola, con la música bajita o con alguna serie.
Lo que sí sospecho es que Lc lleva toda la carrera conviviendo con sus amigas. Ellas fueron acabando o se cambiaron –por lo que sea- de piso. De repente, se encuentra con dos no-amigos en el piso y está incómoda. Por algo que dejaron caer, ya tienen a dos amigos pensando en meterse en el piso. Lo que más me jode es que no me digan abiertamente que no quieren que me quede porque me tienen un sustituto que va llevarse mejor con ellos.

El dueño del piso hablándome como si yo tuviera la culpa, como si hubiera sido todo el año una vaga que no limpia y que no colabora. Dijo varias veces lo de “la convivencia es dura, pero todos tenemos que limpiar y colaborar para que sea más fácil”. Mientras su mujer me decía con cara de pena-condescendencia que claro, que si ellos no estaban a gusto conmigo lo mejor era que me fuera. Y que, por cierto, sabía de un piso un poco más arriba de la estación de autobuses que le quedaban habitaciones libres, que si no encontraba nada que le llamase y ella me ponía en contacto con el dueño. Pero que fuera buscando piso ya, cuanto antes mejor.

Me siento… triste y desconcertada, porque yo en realidad creo que soy una persona con la que la convivencia se hace bastante fácil. La del año pasado se estropeó porque mi compañero abusó de la convivencia fácil y se pasó. La de este año no entiendo cómo se pudo fastidiar (sacando lo de la charla-buenrrollismo) hasta este punto. Lo único que hace que entienda mínimamente que no quieran que vuelta a estar por aquí es porque tienen a alguien mejor. Lo que no entiendo es que si e s así, no me lo dicen directamente. Oye, mira, que tenemos un par de amigos a los que colar en el piso y sobras; y como no estás en el salón esperando a que lleguemos para darnos charla, los preferimos a ellos. Porque, por otro lado, tampoco es que ellos organicen fiestas del parchís en el salón y me haya alejado como un coco de ellos; para verlos cenar y que Jv me cuente una vez más cómo no entiende cómo un hombre puede llegar a amar a otro hombre más allá de la amistad (o peor aún, que le gusta más The Big Bang Theory doblada que en versión original), o como para ver cómo Lc trata a su novio (si Jv tratase así a su novia sería un hijo de puta machista al que le gusta despreciar a su pareja), prefiero meterme en mi habitación a hacerle fichas a los de Espoileando, ver series o hacer trabajos de clase.
Después de hacer mi “vida” un poco más incómoda para estar a bien con ellos (o por no reprocharles nada), resulta que soy una mala compañera y que no quieren volver a vivir conmigo. Después de soportar durante todo el curso las cosas colocadas en los estantes más altos y tener que andar subiéndome a las sillas para cogerlos, después de ceder mi mitad del baño a Lc para que pueda poner todas sus cosas, y entre ellas, destaco el neceser tamaño mudanza que hay encima de mi puerta del armario y que cada vez que la abro tengo que ponerme de puntillas y estirarme para que no se caiga; después de volverme tantas veces una noche antes de casa de David para hacer mi turno de limpieza durante el fin de semana, como acordamos; después de estar secando y sin protestar la encimera alrededor del fregadero para no mojarme cuando voy a coger algo al armario, o a fregar algo (porque, después de todo, no me importa hacerlo; me molesta mojarme y no debería quedar empapado, pero no me importa hacerlo, no me cuesta), después de ceder más o menos amablemente (porque en realidad no me gusta una mierda) parte de mi estante de la nevera a quien lo necesitase porque yo apenas guardo cosas; después de todo eso, soy una mala compañera, no están a gusto conmigo y quieren que me vaya.

Ya era lo que me faltaba en este mes. El pie dando por culo, el grandísimo susto de estar dos meses sin regla (y más de un mes soñando a diario con bebés y cochecitos), la ansiedad que sigue ahí para recordarme que va a estar siempre, el tener que volver a recolocar mis prioridades y actuar de acuerdo a ellas, el fantasma de la autoescuela, que no se va; los exámenes, los trabajos y todo, era lo que me faltaba.

Y por cierto, sospecho que leen el blog. Si es así, como dejó caer Lc (“porque a nosotros no nos dices nada y luego vas hablando cosas por detrás –referido a la bronca-buenrrollista”) agradecería que tuvieran el valor de firmarme.
Esa parte también es graciosa, como si ellos no hablasen de Jc y yo a nuestras espaldas. Solo que yo exploté y pasé de volver a esforzarme por ser simpática mientras él sigue hablando con ellos.


Se busca piso en Coruña, a ser posible alrededor de la fuente de Pajaritas o de la estación de autobús o tren. Si alguien está interesado, tiene arriba descrita cómo es mi convivencia. No tiene más que dejarme una firma en el blog y ya nos pondremos en contacto.

2 comentarios:

Estela Rengel dijo...

Que les peten mal. Ojalá la convivencia que se les pinta tan maravillosa con sus "amigos" les resulte un puto infierno. Ea.

Ya verás como no te va a costar encontrar casa nueva y hacerte a ella, tú eres capaz de eso y de más.

Mucho ánimo. (K)

Isi G. dijo...

Las convivencias con amigos son peores. Mi prima lo hizo y se mataron vivas al final.

Yo creo que a la tercera va la vencida. A ver si el año que viene, en ese piso que te ofrecía la tía esa (para qué irte más lejos) puede salir por fin la cosa bien!!! =)

Besotes cariño^^ Y recuerda: yo te presto la katana cuando la necesites xDDD