Photobucket

7 de junio de 2010

Diario 32

Vuelve la ansiedad. Vuelve ese miedo irracional pero real a comer, a salir de casa, a subirme a un autobús, a madrugar, y en general a hacer cualquier cosa que se salga de la rutina o me añada un poco de presión.
Está ahí presente, dejándome intranquila todo el día y toda la noche. Parece que los únicos momentos en los que me libro de ella es cuando consigo centrar la respiración para dormir, esos dos o tres minutos previos a caer dormida. Porque si me despierto durante la noche, estará ahí, como estuvo antes de dormir, y como estará cuando me vista. Vuelvo a tener miedo de comer, aunque sepa que gran parte del dolor que siento en el estómago es hambre, tengo miedo. No me atrevo a comer cosas pesadas o que puedan resultar mínimamente pesadas. Pechugas de pollo a la plancha con ensalada otra vez.
Estoy bajo mucha presión. No sé si se me impone desde fuera o soy yo la que me creo presión, pero estoy agobiada. El examen de Sintaxis es el lunes y aunque me sienta confiada de poder con la teoría, la práctica no la consigo entender (tampoco la entendía el año pasado, y eso que fui a clase). Poco después, tengo el examen de Morfología. Es la única asignatura en la que me siento más o menos confiada, porque es todo leer y entender. No me gusta la Morfología, para nada, pero me siento segura. Tengo ahora mismo tres documentos de Word con tres trabajos finales escritos (dos de Literatura Inglesa, que tengo que entregar mañana, y uno de Comentario de texto Lírico, para el viernes, creo), y no soy capaz de avanzar con ellos.
No tengo motivaciones, lo único que me apetece es plantar todo, venirme a vivir con David unos días, alejarme de apuntes, trabajos, fechas, Internet, información y todo eso, y pasar los días sacando a la perra, jugando con ella, o dando vueltas en cama. Si no fuera porque Bolonia me va pisando los talones y no dejaré que me alcance lo haría. Tal y como están las cosas hasta podría justificarlo, pero no lo puedo permitir.
Estoy pasando unos días en casa de David. No como algún egocéntrico podría pensar, no es por escapar del piso. Su madre está fuera una semana y aquí podemos estudiar cuando queramos, estar donde quedamos, cocinar a la hora que queramos, limpiar a la hora que queramos, y dormir hasta cuando queramos. Las únicas explicaciones que tenemos que dar, o las únicas personas a las que tenemos que tener en cuenta es la perra. Es un alivio, aunque aquí no tenga mi mesa de estudio con mi material y mi comodidad.
Solo me queda pensar que tres semanas más, y el 28 se acaba todo. Se acaban los exámenes, el piso, Coruña y obligaciones durante un par de meses. Quiero volver a mi tranquilidad y a mi libertad. Y durante el verano quiero obligarme a mantener una rutina de biblioteca para recuperar cuanto antes las tres asignaturas que me vayan a quedar para septiembre. Literatura IV, que ya la tengo de febrero, todavía en primera convocatoria; Literatura V, que va a ir por el mismo camino; y Sintaxis, que creo que lo voy a intentar pero no le tengo demasiadas esperanzas.

Parece que últimamente solo escribo en el blog para quejarme e ir de víctima, pero la verdad es que todo está mal. Todo, salvo David, que parece el único que se mantiene bien. Si me fallara él también, a la mierda la carrera. No sé qué estaría haciendo estos cursos sin él…

2 comentarios:

Isi G. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isi G. dijo...

[modo andaluz-malagueño on]
Amoh palante, nena, con doh cohoneh!!! Amoh ahí, a darle duro!!! Dale candela!!!
[modo andaluz-malagueño off]

Pues eso, que a luchar como una leona y a seguir, que tú puedes!!! =D Vamos, mujer, no lo veas tan negro... ¿Y si cae la breva? xDDD

Besotes y ánimo =D