Photobucket

2 de octubre de 2012

Diario 41

Yo venía a contar qué planes tenía para el 29, que tenía muchos; y lo que hice al final, que fueron unos pocos menos. Nuestro granito de arena a la EuroSteamCon, la marcha zombie, el concierto de Gauntlet... cosas que quería contar en el blog porque lo pasé muy bien y quería que fuese una de esas entradas que leeré en un par de años y disfrutaré.
Pero soy incapaz. No puedo escribir sobre pasarlo bien, sobre lo que pasó el 29 de septiembre, porque, aunque sea 1 de octubre (2 ya que pasan de las 12 de la noche) ese día queda muy lejos ya. Han pasado muchas cosas, o demasiado pocas, y todo es diferente a como lo era antes.
No voy a entrar en detalles. Dentro de unos meses, si vuelvo a leer esta entrada, recordaré qué pasó. Recordaré vivir sonriendo durante tres días, quién causó esas sonrisas, lo que hablamos, lo que hice, lo que hizo, y eso no hace falta explicarlo aquí. Recordaré que fueron días intensos, bonitos, llenos de pensamientos positivos, aunque un poco lejanos, de planes que no se fraguarán y de una ilusión que ahora duele.
Porque como es demasiado habitual, me he olvidado de no ilusionarme por nada. Desde el principio me decía que era tonta, muy tonta, que no debía implicarme, que no me dejase llevar. Que lo que estaba haciendo y sintiendo era imposible y una idiotez, que iba a acabar mal. Por momentos parecía que estaba equivocada. Parecía que por una vez las cosas salían bien.
Me dejé llevar, y llevo ya 48 horas que solo quiero salir de mi cuerpo, o borrar esta semana pasada, y que se acabe todo. Como suponía, ha acabado todo. Mucho antes de lo que esperaba, y sin haber podido disfrutar un poco más, pero está acabado. Como es habitual, ha llegado alguien mejor que yo, ha acaparado la atención mejor que yo, y de nuevo se forman grupos en los que se conversa... dándome la espalda. De nuevo estoy fuera, de nuevo me siento una molestia. No quiero escribir, no quiero participar, porque en el fondo sé que yo ya he cumplido, que no tengo nada más por hacer y que intentando seguir como estos días pasados solamente molesto.
Me siento sola. De nuevo, conozco a alguien, a alguien que vale la pena de verdad. Cuando las cosas empiezan a cuajar llega alguien nuevo, que acapara toda su atención, y yo me quedo mirando, desde lejos. Sola. Sintiéndome una molestia. Sintiéndome mal y egoísta por querer mantener lo que había pasado los días anteriores. Sintiéndome egoísta al sentirme mal y querer un poco de atención, cuando en todo este tiempo me he desvivido y he hecho cosas por esa persona porque estaba pasando por algo parecido.
De nuevo, vuelvo a sentir que me usan. Que tengo un papel, y que cuando está cumplido, no me necesitan más y se deshacen de mí. Ayudar en clase, entretener una tarde, enseñar una cosa, distraerse una noche. Cuando mi función está cumplida vuelvo a verme sola, sin saber qué hacer, ni qué decir.
He malinterpretado todo. Una voz dentro de mí decía que fuese con cuidado, que estaba pidiendo un imposible, y que no debía ilusionarme. Otra se encargó de leer entre líneas lo que no estaba escrito, de hacerse ilusiones, de imaginar, de buscar maneras de viajar. Incluso se vio dentro de un concierto gritando a su lado, o despertando por la mañana. Lo he malinterpretado todo, y soy la idiota de la historia.

Yo solo quería ayudar a un amigo. Luego, solamente quería una sonrisa suya. La mía vino con ella. Y ahora... ahora solo quiero volver a hace una semana. Cuando él no era más que unas letras conocidas, una risa espontánea, un comentario simpático o ininteligible. No cuando era dolor, y otra historia que pudo ser... pero no fue.
Ahora solo quiero silencio. Silencio, mi cama, con mis sábanas calientes y dormir.

1 comentario:

Isi G. dijo...

¡Mucho, muchísimo ánimo, guapa! Un besazo enorme, espero que hoy te levantes un poco mejor :)

¡Besos!