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23 de julio de 2011

Mi experiencia en el Sonisphere, día 2

No me he olvidado de contar la segunda parte de mi experiencia en el Sonisphere. Es solo que he estado bastante ocupada, y no hubo tiempo de ponerse a escribir xD David está en mi casa, acaba de empezar el Mercado Medieval y estoy intentando volver a cogerle el ritmo al ganchillo, entre otras cosas…
Hace hoy una semana de ese día, espero que no se me olvide de nada.

A las 10 de la mañana el calor me echó de la tienda de campaña. Los árboles sin hojas que teníamos encima daban una sombra pésima, convirtiendo la tienda de campaña durante todo el día en un invernadero. La pulsera del Sonisphere, para los accesos, se me había pegado la piel, y al separarla, tenía gotas de sudor por el brazo.
Casi eché a correr para fuera, espantada por el calor. Desayuné con los otros heavies gallegos que habían ido, y que nos habían guardado un sitio junto a sus tiendas (no los conocía antes de ir, eran casi todos de Ferrol y de ahí no conozco a nadie, pero gracias a los desayunos nos fuimos conociendo un poco xD), mientras por cuentagotas la gente iba yendo a ducharse y así. Cuando despertó David, quisimos ir juntos a ducharnos (cada uno a una ducha, pero subir a la vez, se entiende), pero al llegar a donde tenían las duchas y ver la cola de media hora, yo desistí. Hice cola para los baños, para poder peinarme con espejo y lavarme la cara, y dejé a David haciendo cola.
La zona de acampada tiene espacio para 20.000 personas. Las duchas estaban hechas en casetas de obra con unas 4 duchas por caseta, unas 5 casetas. Máximo de 20 duchas para 20.000 personas. Y los heavies se duchan y esas cosas. Un caos total durante todo el día para poder acceder a ellas.
Para los baños era algo parecido: 4 casetas de obra, a 3 váteres por caseta. A las 12 del mediodía dos de las casetas estaban impracticables, lo que hacía la cola todavía más interesante. Además, habían rozado todo el monte (cortado la hierba del monte, por si alguien no entiende xD), no podías ni esconderte entre las hierbas altas para ir a mear. Por lo menos tenían grifos y una fuente en la que podías medio ducharte, medio mojarte para ir pasando el día (aunque luego vimos que realmente no funcionaba xD).
Las chicas que estaban con nosotros en el grupo habían llevado toallitas de bebés, y se fueron por grupos a un “lavaheavies” a medio asearse. Qué es un lavaheavies? Es otra caseta de obra, abierta por delante y por detrás, formando un túnel. Dentro de este túnel están repartidos 6 ventiladores, y justo delante, un difusor-pulverizador de agua. Lo que da una lluvia fina y fría, con viento. Bueno, esa es la idea, porque a los bajitos se nos evaporaba el agua antes de llegar a nosotros xD
A las 3 abrían las puertas, y a las 3 y media empezaba Hammerfall. David y el conductor de nuestro coche querían llegar a verlos, así que comimos temprano, y corriendo nos fuimos a poner a la cola, aunque llegamos cerca de las 3 y cuarto. No había cola, fuimos caminando casi hasta las puertas, hasta quedarnos a unas 20 personas de las puertas. Las 3 y cuarto, las puertas están cerradas. Las 3 y 20, las puertas siguen cerradas. Las 3 y media, las puertas cerradas. Empieza Hammerfall y las puertas cerradas.
Entonces las abrieron. Cuando conseguimos pasar los mil controles, Hammerfall habían terminado la tercera o cuarta canción. Estábamos asados, nuestra primera parada iba a ser bajo la manguera del bombero del otro día, pero, sorpresa, no estaba. Fuimos a por otra botella de agua, entonces. Habíamos escondido un tampón entre la ropa para poder meterla en el bolso.
Pasamos el concierto sentados al sol, derritiéndonos. No estuvo mal del otro, pero de nuevo, un concierto de una hora es insuficiente. Luego subieron al escenario Mastodon, que no solo fue insuficiente, si no que estuvieron sosos con el público. Y el bombero sin aparecer. Hubo unos momentos que nuestra supervivencia se basó en correr cada media hora al baño, llenar la botella de agua en el grifo, empapar la camiseta de David, escurrírmela por la espalda, y él ponérsela por la espalda.
Tras el coñazo de Mastodon (siento a quien le gusten, pero a mí me aburrieron bastante), y volver corriendo a los baños, y tras ellos, Apocalyptica, uno de los grupos que más ganas tenía de ver. El tío que pusieron a la batería era un soso, aunque cumplía. Ellos estuvieron un tanto sosos con el público (sobre todo viéndolo desde ahora, tras toda la fiesta que tuvimos por la noche), y el tío que pusieron a cantar… primero debería aprender a cantar xD Porque no solamente cantaba regular, si no que cambió cuanto quiso las melodías de las canciones. Y acostumbrados a la voz de Corey Taylor cantando I’m not Jesus, a ese señor… puñalada en el corazón.
Las canciones instrumentales las tocaron muy bien, nos animaron todo lo que una canción instrumental puede animar. Lo flipamos con Master Of Puppets, que ellos tienen instrumental, pero nosotros le pusimos la letra.
Pero, de nuevo, se hizo corto.
Luego, media hora de descanso en la que llegó el bombero, y empezaron Dream Theater. No sé si fueron los peores del festival, pero debieron estar cerca. A mí me rayaron desde la segunda canción, y la gente en general tampoco tenía cara de estar pasándoselo demasiado bien. Escuchamos cosas como que el setlist era demasiado homogéneo, que pusieron demasiadas baladas… no era cosa solamente mía.
Al acabar, quedaría una hora para que empezasen Iron Maiden. El resto de grupos tenían una media hora de preparación de escenario, pero Iron Maiden necesitaban una hora. Rayados como estábamos, y sabiendo que la mayor parte de la gente estaba por Iron Maiden, vimos el camino a las duchas despejado. Volvimos a las tiendas, merendamos algo, aproveché para ir a la ducha, y descansar un rato.
También Iron Maiden tenían un concierto de dos horas, y nos lo tomamos con calma. Cuando llegamos de vuelta a los conciertos aún le quedaba cerca de una hora de concierto. Sin habérmelo planteado, conseguí escuchar Hallowed be thy name, The Number of the Beast, Fear of the dark y alguna otra mítica de Iron Maiden que no había pensado en escuchar.
Al llegar ya nos dimos cuenta de porqué necesitaron una hora de preparación de escenario. Estaba completamente decorado el escenario, además de trampillas, puertas y demás cosas, contaron con una cabeza gigante que tenía luz en los ojos.
Un conciertazo, y el recinto de conciertos, lleno.
Nos quedamos en la parte más cercana a la entrada porque a esas alturas era imposible pasar a la otra zona. Empezó a haber mucho polvo en el ambiente. Quisimos sentarnos en el suelo, pero no respirábamos aire, respirábamos polvo.
Nos pusimos bajo una carpa que estaba pensada para dar sombra durante el día (qué generosos, por lo menos lo intentaron), en la que, aunque había polvo, no parecía mortal. Había gente con sillas por allí, y estuvimos a la caza de algunas para poder sentarnos.
Acabó Iron Maiden, y los siguientes serían Twisted Sister, otros que tenía muchas ganas de ver. Resumiendo, el concierto fue brutal y estuvo genial, pero otra vez, se hizo demasiado corto. Quería ver a Dee Snider en directo y es mejor de lo que imaginaba. Tocaron de nuevo cerca de una hora e hizo que esa hora fuese una fiesta. En Galicia los niños de mi generación nos criamos con la versión de We’re not gonna take it “Juele a cona baby” de Heredeiros da Crus, pero parece ser que en el resto de España cantan “Huevos con aceite”. Pues al acabar la canción, Dee Snider dijo que un amigo español le había dicho cómo se cantaba en España, y él quiso escucharlo.
Sobran las palabras, alguien lo grabó en vídeo:



Durante el concierto, el conductor de nuestro coche nos encontró, y se quedó con nosotros. Y dijo una cosa en la que creo que tiene mucha razón “desde que vi el documental A Headbanger’s Journey le tengo mucho respeto a este tío”. Yo también sentía algo así, pero no sabía cómo explicarlo. Si quien esté leyendo esto no sabe a qué documental me refiero, puede ir buscándolo para bajar y viéndolo. “A headbanger’s journey”, por Sam Dunn.
Acabó Twisted Sister y le seguían Uriah Heep, grupo que vino sustituyendo a Alice Cooper y no conocía de nada. Algunas de las canciones míticas del heavy de los 70-80 son suyas, pero nunca los había relacionado. Conseguimos unas sillas mientras la chica que organizó el viaje nos encontraba. Vimos a Uriah Heep cómodamente sentados bajo la carpa.
Nos sorprendieron mucho, y para bien. No esperábamos nada de ellos y nos dieron fiesta por todos lados, sin descanso. Y disfrutamos más de ellos cuando el conductor, un tío que controla un montón de música (y cuando digo un montón es muchísimo más de lo que creía que alguien podía controlar, sobre todo de historia del metal) nos dijo que las canciones que estaban tocando eran anteriores a que surgiese Black Sabbath. Heavy metal ya completamente formado, nos hizo pensar si realmente Black Sabbath inventaron el heavy, o se inspiraron en lo que hacían ellos y cogieron fama luego.
Acabaron Uriah Heep, lo que decía que un concierto más, y el festival habría acabado. Lacuna Coil tocarían de 3 a 4 de la mañana. En un arranque de “hay que aprovechar que esto se acaba” corrimos a las primeras filas. Sin ninguna clase de esfuerzo nos colocamos en la tercera o cuarta, en medio de más gente, a ver el último concierto.
Para variar, también se hizo corto. Cristina Scabbia no me caía muy bien, y tras el concierto, la visión que tengo de ella, de ir de diva, no ha cambiado mucho. Con quien quedé impresionada es con Andrea Ferro, el chico que hace las voces y que… no sabía siquiera que existía. Se le veía majo, y hablaba español. Intentaba traducir y hablar con el público, hasta límites de decir Scabbia “we’re gonna divide you in two groups… my left and my right”: “isquierda, derecha”.
Saltamos bastante, cantamos, y lo pasamos bien pese a que sigo pensando que la música de Lacuna Coil es para escuchar en disco, en directo es de las pocas clases de música que pierde.

Acabó el concierto y oficialmente acabó el Sonisphere. Nos volvimos a las tiendas, mientras intentábamos recoger a la gente que fuimos perdiendo a lo largo del concierto. Nos sentamos en el camping a cenar con más amigos y familia de Jezza. Mientras sacaban la comida, escuchamos a lo lejos un grupo de voces que gritaban “no nos mires, únete”. Cuando las voces llegaron a cerca de donde estábamos, pasaron bajo una farola, y vimos un grupo de 20 a 35 tíos en calzoncillos, gritando, uno de ellos con un megáfono, y otro con un cono de tráfico a modo de megáfono. Nos dijeron que cuando salió el sol se encontraron a varios durmiendo tirados en diferentes sitios del camping, todavía sin ropa.
Mientras acaban de sacar y repartir la comida, yo me caí rendida. A esas horas no iba a comer nada, y me rendí. De nuevo, no recuerdo haberme metido en el saco, recuerdo el pensar “aquí está la cremallera del saco”, y lo siguiente es abrir los ojos, escuchar todavía la conversación de los otros comiendo, y ser de día. Y lo siguiente es ser las 10 de la mañana y volver a expulsarme el calor de la tienda.

Quedan las 8 horas de viaje de vuelta por explicar. Pero quiero explicarme, y aprovechar que son las únicas fotos que tengo del viaje para hacerle una entrada para la vuelta.
Hasta dentro de unas horas, espero :D

2 comentarios:

Isi G. dijo...

Jajajajaja pues vaya con el Sonisphere, vaya experiencia. Creo que creyeron en el mito del heavy sucio y esas cosas jajajaja

Un beso^^

Anónimo dijo...

Soy un chico de Sevilla que estaba en el Sonisphere. Después de los conciertos, nos volvimos a nuestra tienda y teníamos al lado a unos 20 tíos, creo que asturianos, gritando tonterías. Cuando los miramos estaban en calzoncillos.
La cosa es que nos fuimos por ahí después de cenar y cuando volvimos eran como 150 los tíos que vimos en calzoncillos gritando con los megáfonos, y nos persiguieron hasta el polígono industrial que había al lado, toda una experiencia xD.

He estado buscando por ahí a ver si alguien había subido un video de la marcha del gallumbo xDD