El 23 por la mañana tuve examen de Historia del Español (creo que tengo posibilidades de aprobar), mientras David se peleaba con la masa de empanada de La Cocinera y las tortillas. Comimos cada uno por su lado, y nos juntamos cerca de las 8 para coger un bus e ir a la playa. Íbamos a ir por la zona de Adormideras, demasiado lejos incluso para ser Coruña y nos fuimos a buscar un bus. El que mejor nos venía era el 4, que tiene una parada muy cerca a la cala que nos interesaba. Esperamos por él cerca de 15 minutos, junto a unas 20 personas más en la misma parada. Cuando llegó el bus ya venía tan lleno de Monelos que ni hizo la parada. Dejó bajar a las personas que habían solicitado parada unos metros más adelante, pero de la parada pasó de largo. Algunos se acercaron a las puertas, pero no abrió. El siguiente vendría en otros 15 minutos.
¿Por qué iba tan lleno? El 4 hace parada en la Plaza de Pontevedra, a dos pasos de la playa de Riazor, donde se hacen la GRAN fiesta. Los fuegos artificiales, tooodas las hogueras, el gran mogollón de gente y todo eso. Nosotros por llevar la contraria nos fuimos a la zona de la Torre (no a las Lapas), donde se está más tranquilo y sin tanto idiota borracho por metro cuadrado.
Como el siguiente 4 tardaría otros 15 minutos en volver y no volvería hacer la parada se nos ocurrieron dos ideas: coger el 4 de ida, que venía vacío, darle la vuelta a Monelos y bajar luego a la Plaza de Pontevedra; o coger el bus Universitario, que pasa cada 3 minutos (a esas horas en realidad son 5) y nos deja en la Plaza de Pontevedra igualmente. Luego podíamos coger de nuevo el 4, ya descargado y hacer enlace con las tarjetas, o buscar otro que nos dejase por la zona igualmente. Cogimos el Universitario, y una vez en la Plaza de Pontevedra cogimos el 1-A que, casualidad, la parada que queríamos del 4 también la tenía.
Un atasco en la Plaza de Pontevedra que ni cuando hay partido vi cosa semejante. Los coches en medio de los cruces, los semáforos que parecía que no abrían, colas interminables para todo… cortaron lo que es la carretera paralela a la playa por seguridad (hospitales de campaña, libre circulación de ambulancias, bomberos, policía y borrachos), y todos estaban intentando meterse por allí. Llegó el bus, y estuvimos en atasco casi hasta Adormideras. Si no eran los coches en la Plaza de Pontevedra, eran las churrascadas entrando en Monte Alto, o, ya llegando, un desvío en una calle.
Al bajar del bus nos encontramos con una amiga de David y tiramos hacia la playa. Llegábamos cuando el sol se estaba poniendo, y muertos de hambre. Decidimos esperar a una segunda amiga de David para empezar a comer nuestras empanadas y tortillas, mientras una chica del grupo con el que habíamos ido repartía bizcochos, rosquillas y patatas.
En principio la idea de San Juan se basaba en ser un montón de personas, y así ocupar toda la cala para que no viniese nadie más a molestar. Tuvimos mala suerte, porque una fiesta house tipo Ibiza (o eso parecía) se nos había instalado al lado: DJ, altavoces que te cagas, plásticos con dibujos de flores para tapar la arena, cojines rojos para sentarse, y mesitas blancas para apoyar la bebida y los platos con las sardinas. Al cargo había una señora y un chaval vestidos con un uniforme tipo piloto. Muy surrealista todo.
La única imagen de la fiesta house que teníamos al lado
Siguiendo con nuestra noche, la otra amiga que estábamos esperando llegó casi cuando estaban empezando a hacer las brasas, así que ya puestos, esperamos a que ellos tuviesen la comida para sacar la nuestra.
Una vez que estuvo su carne cruda caliente, la repartieron en platos, y cambiamos un cachito de tortilla y otro de empanada por un poco de carne para cada uno de nosotros. Sí, carne cruda caliente. Sé que lo hicieron con toda la buena voluntad del mundo, pero el churrasco quedó muy, muy crudo. No sé si a ellos les gusta así, pero no es que hicieran la carne poco hecha, es que les pasó como a mí cuando cocino: no tengo paciencia y saco la comida del fuego antes de que esté hecha, y me queda casi cruda.
A eso de las dos de la mañana empecé a caerme del sueño. Después de todo, llevaba desde las 8 de la mañana en pie y había hecho un examen denso por el medio. Fui aguantando poco a poco hasta que tuve cara de sueño. Entonces las dos amigas de David dijeron que si nos íbamos aprovechaban y se iban para la zona de Riazor. Recogimos nuestras cosas, nos despedimos, y delante del instituto de Adormideras pedimos un taxi. Nos dijeron que no había taxis por la zona, así que decidimos caminar un trecho y probar suerte más adelante, en una zona con más gente.
La queimada preparándose
Así contado parece que hicimos poco recorrido, pero nos cruzamos la mitad de Coruña a pie. Salimos de la cala cerca de las 3 y media, fueron dos horas caminando. Hablando y, ya más en la zona de Riazor, mirando a la gente, se pasó el tiempo rápido.
La imagen es aberrantemente grande. Es un "mapa" de nuestro recorrido desde que salimos de la cala hasta el taxi que nos llevó al piso. Pulsando encima de ella (o copiando url: http://i52.photobucket.com/albums/g12/Anxo/Blog/Recorrido.png) se puede ver entera y aumentada.
Días después, ya estoy descansada y sigo buscando piso. Ya fui a ver dos, y ninguno de los dos me gustó. El primero el piso estaba muy bien, pero aparte de que una de las chicas parecía una maniática (no llegué a verla, por lo que me contó la chica que me enseñó el piso), mi habitación no me gustaba nada. Cama de matrimonio (no tengo sábanas ni nada para una cama tan grande) y moqueta en el suelo. No me gustaría vivir en una habitación usada por muchas personas y que tiene una moqueta que a saber qué pasó ahí. Ese piso dije que no. Ayer fui a ver otro, que era una habitación alquilada dentro de una casa particular. Desangelado, triste, y dentro de la casa de otra persona. Así que tampoco.
Mañana, última oportunidad para encontrar piso sin tener que desmontar la mesa de estudio y andar haciendo viajes con ella. A ver si encuentro algo.
Deseadme suerte.