Photobucket

27 de octubre de 2011

Por si no quedó claro

Después de dos años y medio de blog, de casi 350 entradas, de un año en Twitter, y de publicar en cualquier lado toda cuanta chorrada se me viene a la cabeza, creo que para quien me haya leído no va a ser difícil de entender. Aunque hay gente que no me conoce, y que quizás debería leerse esto antes de decidir si quiere seguir estando en lugares que lo pueden poner en contacto conmigo.
Soy una persona conflictiva. Soy agresiva, nunca me arrepiento de lo que digo, nunca pido perdón, y soy impulsiva. Juzgo a las personas y no tengo reparos en hacerlo. Soy posesiva y celosa con lo que es mío. Y soy rabiosa. Si tocas algo mío, prepárate. Me voy a cabrear y no va a ser bonito.
No me arrepiento de ser como soy. ME GUSTA. Me gusta tener arrebatos y llamarte ignorante, inútil o puta en tu cara y me río todavía más cuando no me entiendes. Soy rencorosa, no olvido y no suelo perdonar.
No suelo durar mucho tiempo en grupos de cinco o más personas porque siempre cruzo a alguien y acabamos teniendo problemas. O él conmigo, o yo con él, o ambos. Esto es Historia y experiencia, no escribo esto porque ahora mismo esté cabreada. QUE LO ESTOY. Hay que tener cuidado con lo que se hace y con lo que se dice delante de mí, pero sobre todo con cómo se dice. Nadie me dice una palabra más alta que otra, ni nadie me contesta ni me responde en mal tono. Una tía cayó en la estupidez de hacerlo a principios de este curso y aún ahora no quiera encontrarse conmigo.
Soy impulsiva, y tengo por costumbre no arrepentirme de lo que hago. No me gusta pedir perdón y no lo hago salvo que sea muy necesario. Y si alguien necesita leer esto para acabar de conocerme es que no le voy a pedir perdón, porque no se cuenta entre ese pequeño grupo de personas a las que se lo diría. Me gusta cómo soy y lo que hago, y con cómo lo hago. Estoy muy segura de lo que digo y, cosas de lingüista o no, controlo bien mis palabras y siempre digo lo que quiero decir, aunque a veces no lo parezca. Otra cosa es que ya no se sepa entender, pero la capacidad intelectual de cada uno ya no es mi responsabilidad.
No tengo ningún problema a la hora de clasificar a nadie en mi mente como “inútil”, “corto”, “puta”, “maja”, “lista”, “idiota”. Y es muy difícil que una vez dentro de una de esas etiquetas las cambie. Hay que hacer algo muy gordo durante mucho tiempo para conseguir cambiar mi opinión sobre alguien. Un ejemplo muy claro fue una chica que pasó de estar en “maja pero alocada, cuidado” a “impresentable, mantenerse muy lejos”. Le va a costar mucho volver a ganarse mi simpatía, quizás no lo haga nunca. Cuidado en el cajón en el que caes. O si no te preocupa, por lo menos actúa en consecuencia; una vez que me has perdido, no puedes volver atrás. También al revés: una vez que caes bien, no te vas a librar de mí fácilmente. :)
No soporto las cosas hechas mal o a medias. Si te pones a hacer algo, es para hacerlo bien. Si no quieres hacerlo, no te comprometas a hacerlo. Si te pones a hacer algo y por no esforzarte lo haces mal o lo dejas hecho a medias, es normal que me cabree y te cruce. Si quieres hacer algo que otra persona podría haber hecho mejor y le quitas la oportunidad de hacerlo, quizás deberías no haberlo hecho. Si haces algo solamente por aparentar, porque X persona lo hace, o porque te parece guay, no creo que vaya a estar mucho tiempo cerca de ti.
Tengo una actitud bastante infantil en cuanto a mis cosas. SI ALGO ES MÍO NO LO TOQUES. Yo, mi novio, mi cobaya, mis amigos, mis gustos, mi música, no se tocan. Si se tocan has de sufrirme, asumir las consecuencias. Soy posesiva y celosa, lo mío es mío. Si quieres tocar algo mío primero deberías saber cómo soy, para evitarte sorpresas.
Y ya si coges algo mío para hacerlo mal, es que solamente puedo pensar en cómo destrozarte lentamente.

Pero lo peor de todo, es que además de impulsiva y a veces explosiva, es que soy rencorosa y calculadora. Me tocas hoy, me cabreo hoy. Quiero gritarte, me enfado, pero también me pongo a pensar en cómo hacerte daño. No recibirás una respuesta inmediata, ni en un día o dos. Esperaré lo que haga falta, estarás clasificada como “indeseable” durante mucho tiempo, y tiempo es algo que tengo para esperar. No soy de las que perdonan, pero ni rápido ni despacio, directamente no perdono. Y acumulo rabia, hasta que veo un pequeño punto por el que soltarla, y entonces es cuando exploto. Te llegará por una razón diferente a la que me hizo cabrear, te llegará cuando quizás ni te acuerdes, te llegará cuando no lo esperes. Entonces es cuando sonrío y me siento como cuando V vuelta el Parlamento inglés.

Así que tú, puta inútil. Sí, puta, porque no hace falta más que ver tus fotos para verlo, y te puedo asegurar que no soy la única que lo piensa, pedazo de attencion whore. Y sí, inútil, porque tu fama me llegó mucho antes de que pensase en que quizás podría llegar a estar en contacto contigo. Tú, puta inútil, me lo has quitado. Me has quitado una de las mejores experiencias que podría tener en mi vida, una noche inolvidable con unos recuerdos inolvidables. Me has quitado parte de lo que más me hace sentir, me has quitado la oportunidad de llegar a sentirlo. No sabes las ganas que tengo de hostiarte la cara hasta que se cansen las manos. No sabes la cantidad de rabia que estoy guardando contra ti, y cuando consiga ver el resultado de la puta mierda de trabajo que vas a hacer (vuelve a las primeras líneas del párrafo; espero que sepas qué es eso) se acumulará. Primero, me reiré de ti. Simple y llanamente. Hoy te guardo rabia porque has tenido la... cara, atrevimiento, poca delicadeza, morro, como quieras llamarlo, de hacer lo que has hecho este fin de semana. Cuando vea el resultado me reiré de ti y te guardaré pena. Porque de donde no hay no se puede sacar, y en el fondo tienes que sufrirte a ti misma todos los días.
Pero ten en cuenta que no me olvido. Que he hecho que gente haga sacrificios para poder vivir yo esa experiencia y vas de lista y te la agencias tú. No me voy a olvidar, y desde luego, no te voy a perdonar. Y que ya llegaré, dentro de un tiempo, de vuelta. Que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y creo que ya dejé claro a dónde creo que perteneces.


Y por cierto, ya que me pongo a decir las cosas bastante claras por si alguien se ha perdido algo, no puedo evitar mencionar algo de principios de mes, o incluso un poco antes. A quien me escribió en el twitter “gente que se preocupa más por los puntos y las comas que por sus cosas”, quizás deberías darte por aludida con mi twit del día siguiente: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, una cita de Wittgenstein. Piensa sobre ella, y cuando descubras que te estoy llamando tonta a lo mejor quieres seguir jugando con una herramienta que no controlas. Lo tuyo son los bichos, lo mío el lenguaje. Intenta tirarme alguna piedra o alguna hierba, pero no intentes dominar las palabras cuando, tú misma lo has dejado claro hace mucho, no sabes usarlas.


Atentamente, alguien que está echando espuma por la boca.

1 comentario:

Isi G. dijo...

xDDDD Sinceramente, me encantas :D Me he partido de risa con la entrada, sobretodo eso de "puta, attention whore" (qué le vamos a hacer, me recuerda a algunas... xD)

El día que decidamos matar dragones los extinguiremos ;)

Un besazo Anxo^^