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17 de agosto de 2009

Magos... sin magia

Iba a disculparme por actualizar tan de tarde en tarde diciendo que “ha sido un fin de semana movido”, pero es mentira: entre dormir y no hacer nada se han ido el sábado y el domingo. Pero no estuve en casa por comida familiar con mi abuela y 26 tíos y primos más, de las dos de la tarde a casi las diez de la noche. En realidad no hicimos nada: sentarnos, hablar, escuchar, sentarnos, comer… nada xD

El viernes 14 fue el concierto de Mago de Oz en Cee. Iba a darles un “aceptable”, pero no puedo cuando gente que sé que le gustan, que escucha su música normalmente, me dijeron que el concierto no había valido de mucho.
Para mí, que soy prácticamente ignorante de la banda (apenas conozco Fiesta pagana, la Costa del silencio y una que siempre llamaré Pista 4 –y volveré a buscarte allá hasta donde estés, solo quiero amarte y poder tener alguien en quien apoyarme, alguien en quien volcar nanananana el qué dirán-, que nunca supe cómo se llama, el concierto no estuvo del todo mal. Eran un grupo más tocando frente a un grupo de personas que estaban tan emocionadas como si los estuvieran viendo en la tele (ya hablaré sobre ese público más tarde).
Sí hubo momentos aburridos. En las partes instrumentales de Finisterra, o en los intervalos entre canciones de unos 3 minutos más o menos –que sí los hicieron. Además, no sé quién, tuvo la gran idea de poner un blues que no pegaba, larguísimo y aburridísimo, que cortó el concierto en dos, y que estábamos deseando que acabase.
Sí. De repente aparece en el escenario un tío con leggins negros, una camiseta de manga sisa de HIM y una chaqueta de leopardo (creo), y un gorro chunguísimo cantando un blues. Se alternaba con la chica de los coros, que tenía complejo de Doro Persch. No sé cuánto duraría esa canción, pero se hizo más larga que el resto del concierto todo junto. No pegaba, para nada, y si nos estábamos empezando a animar, la visión del paquete del tío apretado en los leggins… no, no.
La tía. Merece un comentario aparte xD Hasta donde yo sé, ella es miembro de la banda, los coros. Tiene un micrófono para ella y prácticamente todo el trabajo es hacer los coros. Y de vez en cuando se le iba la olla y gritaba que daba gusto. También se movía como Doro, debía pensarse rockera o algo.
Porque ésa es otra: aquello no era metal. No era el metal que llevaba escuchando toda la semana gracias a mi hermano en casa. Pero tampoco era folk. Era un sonido descafeinado, a medio camino entre los dos, pero sin llegar a juntarlos o a explotar ninguno de los dos. Porque para metal, había un pub dos calles más abajo que le estaba pegando duro. Y para folk en 7 días viene a mi pueblo Fía na Roca o tengo discos descargados de Luar na Lubre. En las últimas canciones consiguieron que las guitarras eléctricas tuvieran un poco más de consistencia; no tengo en cuenta los solos pseudometaleros que tocaron a lo largo del concierto, tanto viniendo a cuento como los que no.
Y la razón básica que me dieron para decir que el concierto no gustó a los seguidores: eligen mal las canciones. El setlist incluye muchas canciones del último disco, dejando a las míticas y de los discos buenos (por lo que me dicen, de Mago de Oz no tengo mucha idea) totalmente olvidadas. Como público ignorante, digo que al concierto le faltó marcha. Mucho violincito y mucha flautita, incluso accesos de muiñeira que no llegaron a media mierda, pero parado. Ni metal ni folk.
En la entrada anterior dije que en Coruña los técnicos de sonido habían sido los primeros en fallar, permitiendo acoplamientos y así. En Cee no, gracias a Dios solamente se equivocaron de micros y las guitarras eléctricas no sonaban, el bajo por momentos no existía y se escuchaban más los coros que la propia voz principal.
Y ya para acabar (se me están ocurriendo muchas maldades que decir y no quiero soltarlas todas de golpe, Internet es muy grande y quién sabe quién puede llegar a leer ésto xD), acabo contando algo que siempre tengo muy en cuenta, a raíz de la experiencia a los 14 años que tuve con mi primer concierto de metal: cómo se portan con el público. Nada, 0. No hubo comunicación. Un “boas noites” de rigor antes de empezar, apenas un par de frases a lo largo del concierto (La costa del silencio era imperdonable no presentarla), y ni siquiera de despedida. Tocaron las canciones que eran, se fueron. Y cuando la gente pidió otra, salieron, tocaron y se volvieron a ir. Y después de un par de gritos más, volvieron, tocaron Fiesta pagana y se fueron. Sin esforzarse.
No, desde luego, no se cansaron (los de Pignoise por lo menos fueron simpáticos).

Y ahora que he acabado con el grupo, voy con el público.
Este año vieron a Mago de Oz, el año pasado a Pignoise y hace dos a Ráfaga, Los Suaves y Celtas Cortos. Como se ve, hay un mínimo de variedad. Pero la reacción de la gente era la misma: la plaza llena, y salvo las tres primeras filas, donde están los seguidores de los grupos, la gente quieta, callada, con los brazos cruzados y mirando para el escenario como si estuvieran mirando para la pantalla del cine. Acaba la canción y algunos (solo algunos) aplauden. Empieza otra y vuelven las caras serias y los cuerpos rígidos y quietos.
Iris vino a última hora, con unos amigos de Carballo en el coche, y tuvieron que aparcar en mi pueblo (a cerca de un kilómetro del escenario) porque no había ni un solo hueco en todo el camino. Cee estaba a tope de gente, la plaza donde lo hicieron estaba lleno de gente apretada, y las tres o cuatro primera filas, una marea de camisetas negras y rizos al aire, prácticamente no se movía nadie. Ni digamos cantar. Eso sí, de vez en cuando se veía una mano alzada con unos cuernos que no sé qué significan para ellos, pero para mí, los cuernos de un pagano del metal se me clavan en el corazón: cada vez que haces los cuernos Dio* mata un gatito (pero ésa es otra historia).
Yo estaba en el concierto para luego poder criticar, lo admito, y fui la primera en poner cara de aburrimiento, el resto de la gente que estaba en la plaza no asistió para hacer lo mismo, y con “el resto de la plaza” incluyo a la señora con la silla de plástico, de más de 70 años, que había levantado campamento y allí estaba.

Así que esperemos que el próximo año gasten un poco menos de dinero (hablaban de 4 millones de pesetas -24.000€) en un concierto que no gusta ni siquiera a los seguidores del grupo, y sí algo que pueda prometer. Que ya que a la gente le va a dar exactamente igual quién toque, por lo menos a los que nos gusta la música disfrutemos.
Y de paso, saltando y dejándonos la voz en las primeras filas no nos deprimirán los cientos de personas a nuestras espaldas que nos toman por locos.




*Sí, escribí Dio y no Dios. Palabra de Sam Dunn, te alabamos señor.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Amo tus críticas, nena, en serio. Me gusta que te fijes tanto en el ambiente como en el grupo, sin el ambiente aunque el grupo sea bueno el concierto no es el mismo. Describes muy bien todo, me encanta^^

Besotes^^