Photobucket

27 de febrero de 2012

Cosas que pasan y no pasan

Parece que hace años que no escribo en el blog, y es un poco cierto. También es cierto que estas dos últimas semanas han pasado volando y casi no han existido. El concierto de Tarja fue el 16, por ejemplo, estamos empezando el 27 y aún digo “el jueves pasado”, cuando ya van dos.
Por el medio de estos días pasaron cosas y no pasaron cosas, todo tan junto que me tiene desconcertada.
Principalmente, han pasado cosas raras en este piso que no entiendo. Pero realmente no han pasado porque a mí no se me ha dicho nada. El jueves, creo, del concierto de Tarja, fui a cocinar y me encontré con que no había ni tarteras ni sartenes, ni platos. Había uno a secar, que es el que usé, y de milagro quedaba la plancha, y junto con el microondas me hice algo que no recuerdo a la plancha con arroz. Cuando acabé de comer y volví a la cocina la plancha ya no estaba. Mientras cocinaba una de mis compañeras vino a la cocina, fue a coger un plato, vio que no había, resopló, se fue y volvió con otro, y se sirvió ahí una ensalada (como si eso fuese comida de verdad). Antes de comérsela volvió con una bolsa en la que guardó los tuppers con mala leche y se los llevó. Sin decirme una sola palabra.
David me había dicho un par de días antes, cuando vino Iris a comer el día que hicimos la reunión con los del ExpOtaku que las notaba raras conmigo, como muy calladas. Yo no había notado nada, pero se ve que tenía razón.
Ninguna de las dos me ha dirigido la palabra desde entonces. Concretamente, desde la noche anterior, que vino la casera a mirar la lavadora porque ellas decían que funcionaba mal, y cuando llegaron de trabajar les fui a contar qué le habían hecho a la lavadora.
No me han dicho nada, así que a lo mejor estoy pensando en que están enfadadas conmigo cuando realmente no lo es. Tiene toda la pinta de que tengo la culpa de algo, pero no he tenido ninguna queja durante todo el curso, y no sé si debería sentir que hay algún problema conmigo. Además, no es la primera vez que desaparecen cosas de la cocina sin decir nada, como hace un par de meses una olla grande que teníamos y algunos cubiertos. A saber si de quien eran las ollas (platos ya hay de nuevo) decidió que no quería seguir usándolas y las quitó.
Pero si me pongo “paranoica” y pienso que están enfadadas conmigo por algo que hice o no hice, no sé muy bien por qué puede ser. Principalmente, porque no me he tenido ninguna queja en todo el curso. Si se hubiesen quejado de algo, aunque a mí me pareciese lógico y no les hubiese hecho caso, podría pensar que los tiros van por ahí.
Lo más factible que se me ocurre es que como no hemos hecho un calendario con turnos de limpiezas, la limpieza en general del piso está bastante desarreglada. Ellas han limpiado más que yo durante el curso porque limpian inmediatamente lo hayan ensuciado ellas o no (esto con matices), sin darme tiempo a limpiar. Y digo que con matices porque ni limpian siempre, ni son limpias, ni limpian todo.
La limpieza, en general, la hacen a medias. Limpiar la cocina es limpiar los fogones, pero no los hierros que hay en los fogones, ni la mesa de la cocina, ni el fregadero, ni mucho menos, el horno. No digamos de fregar el suelo. Limpiar el baño es pasarle una bayeta al fregadero y poco más. Hasta ahora ellas han ido fregando lo visible (los fogones, una escoba al pasillo, etc.) y yo de vez en cuando voy dando repasos más a fondo. Sobre todo el baño (nunca había sacado polvo de una bañera hasta que llegué aquí xD), aunque también he fregado las puertas de los armarios de la cocina, el fregadero, la mesa de la cocina, debajo del microondas, etc.; lo que no se ve.
Además, tampoco “respetan” los platos: platos que ven, platos que friegan, sean suyos, haya más o no. No es la primera vez que friegan mis platos o mis sartenes, aunque tampoco sería la primera vez que yo friego lo suyo, incluso a veces el fregadero entero a pesar de yo tener un solo plato.
No me quejo. No me importa tener esta distribución de tareas. No me importa fregar los platos de otra persona si a esa persona no le importa de vez en cuando fregar algún plato mío. No me importa fregar el baño a fondo cada dos semanas si con eso me libro de fregar los fogones de vez en cuando (odio los fogones).
Creo que lo que puede haberles molestado, sobre todo, es esto de que parezca que no friego porque voy limpiando lo no visible. No sé si en todo el curso habré fregado los fogones dos veces, pero estoy segura de que no han fregado ellas la bañera tampoco en estos cinco meses.
Otra de las razones, aunque la veo menos probable, viene por la lavadora que dije antes. Según ellas hace un par de meses que no lava bien, que deja restos de jabón en la ropa, y que cuando hay alguna mancha, sobre todo del gimnasio, no se va. Llamamos a la casera y nos dijo que lo más probable es que fuese cosa del filtro, que estuviese sucio y por eso el agua no corre bien. Que sacásemos el filtro, lo limpiásemos, y luego pusiéramos una lavadora en vacío en programa corto para limpiarla bien por dentro. Durante el fin de semana siguiente una de mis compañeras, con el novio, buscaron el filtro, vieron que estaba limpio, aún así lo limpiaron y quedó eso listo. Pero seguía yendo mal, entonces la casera vino con el señor que todo lo arregla (el mismo que el del calentador y la cisterna) a mirar la lavadora. Ellas dos estaban trabajando y les abrí yo la puerta.
El señor miró la lavadora, vio cómo sacaba agua, y dijo que era cosa del filtro. Sacó el filtro, que estaba ATASCADO DE MIERDA, lo limpió, lo puso, y volvió a probar. Iba perfectamente. Sacó una moneda de él y todo. Se fueron sin darle más vueltas. A la media hora o así llegaron ellas y les conté que había pasado. Y la que decía que había mirado el filtro erre que erre que el filtro estaba limpio.
Pueden estar enfadadas por haberles llevado la contraria frente a la casera. Son sibaritas y no quieren una lavadora de marca blanca, deben querer que compre una de marca reconocida, o si no, esa obsesión con que esta lavadora hay que tirarla, no me la explico. También se pueden haber enfadado porque piensan que le estoy llamando mentirosa. Frente a ellas no digo que sea mentirosa, si no que debió equivocarse y mirar otra cosa que no sea el filtro (probablemente el cajetín del jabón), pero realmente sí lo pienso. Lleva mintiendo y fingiendo desde que empezó el curso, me creería perfectamente que no encontró el filtro cuando fue a limpiarlo y por no admitirlo dijo que estaba bien.

Desde entonces, en este piso, se está viviendo bajo la ley del silencio. Desaparecieron las cosas de la cocina el jueves 16, me fui a dormir a Santiago por el concierto, el 17 comí el bocata de tortilla reglamentario de cada semana, vino David a dormir, el 18 ya comimos en su casa, y de ahí al miércoles 22 por la noche estuve en su casa; el jueves tenía clase por la tarde y me quedé a comer en la Facultad, y el viernes me fui a casa. Es domingo por la noche, realmente no he pasado tiempo en este piso, ni he tenido necesidad de usar la cocina. Tampoco hemos coincidido demasiadas veces, y las pocas veces que las escuché en la cocina, para ir a pedir una explicación o algo, o no me apetecía, o estaba disfrutando tanto de este silencio que no quería estropearlo de momento.
Y van a cumplirse dos semanas. Como hacía tiempo que quería mis propias sartenes y las ollas que hay aquí no me convencían, voy a aprovechar, y mañana iré con David a Ikea a conseguir un par de ellas. Porque aunque luego todo esto sea un malentendido, se desenfaden y vuelvan a los mundos de yupi, a mí se me queda grabado el desprecio de estas dos semanas, y del egoísmo, y a partir de ahora YO uso MIS cosas y que no me las toquen. Permitiré incursiones eventuales, me permitiré incursiones eventuales, pero MIS cosas son MIS cosas, y si ellas no están dispuestas a compartir las suyas, yo tampoco las mías.
A mí nadie me trata como a la mierda ni me ningunea, ni mucho menos se comporta como un niño pequeño en medio de una pataleta y luego soy capaz de olvidarme o perdonar. Soy rencorosa y muy raras veces perdono u olvido, y eso no es nada nuevo. A partir de hoy quedan 4 meses en este piso, y hace tiempo que saben que en esta zona no quiero seguir viviendo y que cuando llegue junio me iré a otro sitio sin contar con ellas (dicho de buen rollo, aceptado de buen rollo; buscamos cosas diferentes y estamos en este piso porque no encontramos otra cosa); no me importa quedar a mal porque no han sido nada para mí, ni lo van a ser en un futuro.
Aunque estos cuatro meses pasasen entre el buen rollo que hubo durante este tiempo tampoco estaba de más, para mí mi piso es un sitio donde sobrevivir y donde tener mi tranquilidad y mi relajación. Busco compañeros de piso, no amigos. Si luego encuentro amigos, será un plus y me pondrá contenta, como el año pasado; pero no son una pérdida, ni me voy a esforzar porque sea así.

Me enrollé demasiado. No he escrito nada en el blog durante este tiempo sobre todo porque esperaba que esto se aclarase pronto y poder escribirlo como “esto pasó, y fue por esto, y está arreglado aunque a mí nadie me trata como si no contase”, pero creo que esto puede ir para largo. Al principio me afectó un poco, pero le estoy viendo ventajas a esto de la ley del silencio. Tranquilidad y libertad, sobre todo. Lo siento por ellas, porque si tienen un problema conmigo, al no saber de qué se trata, no puedo arreglarlo, pero son mayores y supongo que saben lo que hacen (SUPONGO).


Aún me quedan cosas por contar que pasaron y no pasaron a la vez, pero ya me estoy alargando demasiado. Para compensar, traeré fotos de la Gran Diva y poco texto para la siguiente entrada. :)

1 comentario:

Isi G. dijo...

Bueno, al menos disfrutas el silencio por fin :) Y el año que viene seguro que lo pasarás mejor, algo me dice que será así ;)

Besos^^