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2 de octubre de 2010

Octubre, ¿qué te pasa?

Hace unos 7 años escuché por primera vez una canción de Ska-p. Fue El niño soldado, me acuerdo muy bien. Me la grabó un compañero de clase junto a más canciones, que apenas recuerdo. Poco después le pedí que me grabase entero el disco de Que corra la voz y que lo escuché casi tanto como el American Idiot. Hice mi primera toma de contacto, más o menos verdadera, con lo que era la música más allá de las radios y las televisiones. Ska-p, con 14 años, me enamoraron como ningún otro grupo lo había hecho hasta entonces. Eran para mí la gran revolución del momento, el descubrir que hay mucha música “escondida” que no conocía, que me podía encantar y que estaba a solo un paso de mí.
Meses más tarde, cuando ya conocía un poco más de música “escondida” y empezaba a inquietarme por disfrutar la música de un modo diferente, pensé que sería brutal poder ir a un concierto suyo. Escucharlos desde la radio que tenía al lado de mi cama ya no me llegaba: quería estar delante de ellos, recibir hostias como panes entre la gente, saltar, gritar… y notar las ondas sonoras que estaban tocando en ese momento me golpeasen físicamente.
Al poco de empezar el 2005 me llevé una de las grandes decepciones del año. Ska-p se separaban “indefinidamente”. Me pareció un eufemismo para decir que se separaban para siempre, que no había más Ska-p para nada. Me quedé sin concierto y sin más discos. Me tuve que conformar con ir conociendo poco a poco los discos que ya habían sacado, a medida que los iba consiguiendo.
Quién me iba a decir que volverían unos pocos años después. No me creí la noticia de la reconciliación y del nuevo disco. Los recibí con alegría, pese a que había pasado bastante tiempo y mi época Ska-p estaba muy fría; el melodic death me pegó muy fuerte. Recibí el nuevo disco con los brazos abiertos y con buenas críticas, pese a lo que se decía por ahí.
Y grandísima la sorpresa, cuando hace unos meses, Lastfm me recomendó un evento: “Ska-p en A Coruña”. Me puse a saltar de la alegría, avisé a todas las personas que les podía interesar en un momento, y empezamos a hacer planes. El concierto sería en octubre, así que ya tendría piso en Coruña, dónde dormir, dónde comer al día siguiente, y manera de ir al Coliseo.
Pasaron los meses, y para octubre se sumaron los conciertos de Placebo, Sôber y Eluveitie. Qué gran mes iba a ser octubre, cuántos concierto, cuánta fiesta.
Pero a medida que se iba acercando octubre y publicaban los precios de las entradas, algo empezó a comerme por dentro. La entrada anticipada de Ska-p y de Eluveitie son 20€, y aunque Placebo eran gratis y Sôber están pagadas desde hace meses, el desplazamiento a Santiago y Lugo, además de pasar la noche y comer allí, sería caro. Demasiado caro para el presupuesto que tengo cada mes.
Y aquí estoy. Sábado 2 de octubre, a las 9 de la noche, sentada en el sofá. Elegí mal. Entre Ska-p en Coruña y Placebo en el San Froilán de Lugo, elegí Placebo. Y Placebo lo cancelaron hace poco, no me dio tiempo a corregir. Así que ni uno ni otro.
Y mi yo de hace seis años se me está revolviendo por dentro. Que se merece ir al concierto por todas las horas que pasó tirada en cama escuchando Que corra la voz, soñando con ir al concierto, justamente a lo que estoy renunciando voluntariamente ahora.
Y total, para que Placebo hayan cancelado toda la gira hace un par de días.

2 comentarios:

Sandra dijo...

¡Ostrás! ¡Qué mala suerte!
Bueno, te queda la esperanza de ir a otro concierto si el grupo sigue unido (algo es algo)

Besos y ánimo!

Isi G. dijo...

Hostia :S Joder, menos mal que no fui para allá, porque vaya paliza para luego nada :S

Joder nena, lo siento :( Espero que tengas más suerte la próxima vez!!! Besotes^^