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27 de abril de 2013

Día random en Coruña

Por aquí seguimos sin mucho que contar. Sigo en mi rutina, que no me desagrada, y que me estoy dando cuenta de que me hacía falta tener un descanso así y me está viniendo muy bien.
Pero a veces hay días sueltos que rompen completamente mi rutina y que son una locura. Como ejemplo, este pasado martes, que fui a Coruña. La idea principal era acercarme a mi Facultad a buscar bibliografía para arreglar lo que hice mal en el examen de diciembre, pero acabó siendo mucho más completo.

Como primera parada, obligada, ya que era para lo que me pegaba semejante paliza, estaba mi Facultad. Llevé los apuntes que ya tenía en casa, repasé lo que tenía, busqué lagunas, y una vez que supe qué me faltaba y era importante, me puse en la búsqueda de la bibliografía. Y volvió esa sensación, que tengo tan pocas veces, de ser universitaria, de estar cuidando yo misma de mi formación, de saber usar una biblioteca y un catálogo. Y sobre todo, volvió esa sensación de triunfo. La primera, cuando busco un libro entre miles y aparece al poco, y luego, cuando ese libro contiene información que me sirve.
Tuve un pequeño percance en la biblioteca, y es que con 6 volúmenes diferentes en la mano, me di cuenta de que no tenía ninguna tarjeta de la fotocopiadora en la cartera, por lo que tuve que dejarlos “escondidos” en las estanterías para ir a reprografía a comprar una. Justamente el día anterior había estado hablando con mi padre de cuando trabajaba en la biblioteca, y lo que me jodía la gente que dejaba desordenados los libros en las estanterías... pero en el momento preferí dejarlos en una estantería mal puestos a dejarlos encima de una mesa y que alguien los cogiera, pasara alguien de la biblioteca y los volviese a colocar en su sitio... y tener que volver a patearme la planta en busca de los libros. Y fueron menos de cinco minutos, solamente el tiempo de cruzar la Facultad y volver a la biblioteca.
Hice las fotocopias y di la tarea por finalizada, bastante antes de lo que esperaba. Esperaba tener que comer en la Facultad y seguir la búsqueda por la tarde. No esperaba encontrar a la primera los libros de referencia de mis profesoras, o eso parece que es. Mejor para mí.
Luego, bajé a Coruña y quedé con Ana. Intercambiamos bolsas (yo le di tarros, ella me dio lanas, que no esperaba *-*) y fuimos en busca de lanas. Ella volvió a su casa y yo fui al Marineda, a comer y a seguir con otra búsqueda por allí.
Antes de nada, estaba casi famélica, así que fui a comer. Esperaba que estuviese lleno de gente, no con colas, pero sí con gente. No esperaba que fuésemos cuatro personas en toda la planta comiendo. Pensaba que tendría que quedarme con un sitio en el que encontrase mesa, pero pude elegir. Y me fui a Lizarrán a por su tortilla con chistorra, además de una hamburguesita de pollo monísima que tengo que repetir en casa xD
Y luego, la búsqueda que más me agotó y más tiempo me llevó. El motivo de desplazarme hasta el Marinera era ir a Primark a buscar ropa interior y de deporte. Sigo perdiéndome allí dentro, y después de encontrar las prendas que buscaba me dediqué a pasear. Me encontré con que por fin están trayendo camisetas con personajes y frikadas para chicas, pero no me gustaron. El 90% siguen siendo de Disney o rosas, aunque esta vez había una de Wonder Woman y otra de Elmo. Es algo, pero aún así no me gustaban. Y se me ocurrió ir a buscar en la zona de niño, porque las tallas más grandes me caben. Y salí de allí con una camiseta de Darth Vader de la talla 8/9 años.

Después de Primark, di vueltas por esa planta. Bershka, Pull&Bear, y alguna más. Qué ropa más horrible tienen en todas las tiendas. Qué formas más feas, telas feas y estampados horribles. Iba ojeando por si me encontraba algún vestido que pudiera servirme para la boda de mi primo, y, mirando los vestidos, todos parecen sacos. Todos parecen un cacho de tela recta, ancha, que se pone encima del cuerpo y ya está. Sin formas, sin agarrarse, sin ni siquiera cortes bonitos. Por suerte, en Blanco encontré uno que me gustó un poco, se ajustaba al presupuesto ridículo que me puse para ser un vestido para una boda, y me lo llevé. Con el tiempo me va gustando más, y definitivamente lo llevaré, aunque hay que subirle un poco la falda. Es palabra de honor, ajustado hasta la cintura, de donde sale una falda con vuelo. No es un saco con agujeros para la cabeza y brazos sin más. Y negro con lunares blancos, aunque en el momento de comprarlo me pareció azul oscuro (me gusta más negro).
Sobre las 5 de la tarde, volví con Ana. Fuimos hasta Monte Alto a entregar en mano el amigurumi más grande que he hecho en mi vida, un mono de mil colores de más de 60cm de alto. A la chica le encantó el mono, lo que fue un alivio y una alegría, le sorprendió que yo fuera tan “jovencita”, y hablamos poco más.
Ana me dejó en la estación de buses, pensando que yo tenía un autobús a las 6 y media de la tarde. Pero se ve que han quitado ese autobús, y hasta las 8 menos cuarto no tendría ninguno. Sola, con dos horas y pico por delante, sin nada que hacer y sin batería en el móvil. A la locura, me cogí un autobús y fui hasta el Baúl de la Ronda de Outeiro. Di vueltas por él y encontré un libro que me gustó para Gerardo, pero no voy a decir nada más :P
Tardé una hora y poco en ir y volver al Baúl. Y me senté a esperar en la estación de autobuses, porque ya no sentía los pies. De ahí subí al autobús, y llegué a casa dos horas más tarde. Mi padre acababa de salir para ver la segunda parte del partido del Barça (cosa rara, suele pasar del fútbol que no es Deportivo), y no me dio tiempo a esperar a que volviese. Llegué a casa, cené, me hundí en el sofá y fui cayendo en picado hasta subir zombie a cama y despertar 10 horas más tarde, sin haberme dado tiempo ni a poner despertador.
Y cuando desperté al día siguiente, aún me dolían un poco los pies. Pero es que cuando lo pienso, estuve de pie desde las 2 y poco, que acabé de comer, hasta las 7 y media, que me senté a esperar al autobús, con un descanso de 10 minutos para llegar a Monte Alto en el coche de Ana.
Así son las rupturas que estoy haciendo con la rutina. Radicales y agotadoras.

Pronto volveré a contar más cosas. Lo de todos los mayos: vuelvo al Expotaku y hay muchas cosas que preparar :D

1 comentario:

Isi G. dijo...

Al menos rompes la rutina de forma entretenida y aprovechas el tiempo. Espero que salga todo (examen y ExpOtaku) a pedir de boca^^

¡Besos!