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26 de febrero de 2010

Charlitas y compañeritos - Diario 26

Ayer, por primera vez en un par de meses, coincidimos los cuatro del piso, uno de los chicos, Jc, acabó la carrera y se está dando la vida padre: normalmente sale del piso sobre las 11 de la mañana, y no vuelve hasta las 4 de la mañana, si vuelve. También está bajando a su casa como no bajaba desde hace años, así que desde navidades, más o menos, apenas lo vemos.
Pues los otros dos chicos del piso, Jv y Lc, ayer nos encontraron a nosotros dos en el salón y aprovecharon. Que llevan un tiempo viendo que, en general, no hacemos toda la limpieza que debemos hacer, especialmente en la cocina. Que Lc y su novio se pasaron este fin de semana un par de horas limpiando todo lo que no habíamos limpiado en lo que va de curso en la cocina, y que no piensa volver a hacerlo. Que los hornillos estaban puerquísimos y que de la campana no hablemos. Que la cocina, es un coñazo, sí, pero por los turnos nos toca limpiarla una vez al mes, y podíamos esforzarnos un poco más.
Al principio el tono de la conversación era como de “vale, nosotros tampoco lo hacemos, pero hablamos esto para empezar a hacerlo todos”, pero luego se pasó un poco a como si Lc dijese que lo hacía todo y que nosotros no limpiábamos nada, o lo hiciésemos mal.
Ya llevaba yo unos días diciendo que en este piso se hacía el mínimo esfuerzo, porque sino la gente se aprovechaba de ti. Y es cierto, cuántas veces no colaron debajo de mis platos para lavar más platos, cubiertos o vasos, y yo los lavé, y siguieron apareciendo cosas, que no me importa lavar, porque después de todo es una taza o un vaso más; lo que más me jode es el detalle de que lo cuelen a ver si pasa algo.
Lc dijo algo de que había una pila de cosas para lavar que ella no tenía pensado tocar. Que lo habíamos dejado el fin de semana antes de bajar a casa (este fin de semana pasado bajamos todos menos ella) y que ya nos valía, que ya que bajábamos por lo menos que lo dejáramos limpio. Me di por aludida. Sobre todo porque minutos antes de ir a que me cogieran para bajar a casa, fregué todo lo mío, lo que incluía una olla-paellera, y como no cabía en el escurridor, la dejé boca abajo en el fregadero, para que escurriese. Llego el domingo por la noche y me la encuentro dada la vuelta, en el otro seno del fregadero, junto con más platos sucios, que yo no había dejado.
Cuando entramos al piso y hablamos de la limpieza y así, preguntamos por cómo se limpiaría la cocina. El año pasado todos los días que usábamos los fogones éstos se limpiaban, pero también éramos solo dos personas y una comía todo descongelado en el microondas. Se nos dijo que salvo que se formase una matanza en los hornillos no hacía falta limpiarlo, y que ya se fregarían en la limpieza de la semana. No recuerdo exactamente cómo era, pero Lc, justamente ella, dijo que lo de desmontarlos y lavarlos uno a uno se hacía solo muy de vez en cuando. Y lo sé porque estaba David delante y me acuerdo de la cara de sorpresa que puso. Ayer nos vino echando en cara que casi no pudo despegarlos y que estuvo un montón de tiempo fregándolos, y que aún así no quedaron bien del todo.
Otra cosa que nos dijo, y es un detalle que me lleva a escribir todo esto y a dar por jodida la convivencia pacífica sin malos rollos por detrás, es sobre una sartén que trajo. Teníamos todas las sartenes viejísimas, y un día rompió una. No sé a quién fue, solo vi la sartén en la bolsa de la basura y a los tres días una nueva. Bueno, parece ser que es suya. La sartén esta vino después de navidades, y yo ya estoy acostumbrada a la viejas, aunque se me pegue todo, y son las que uso. Además, para fregar las prefiero porque puedo frotarles con lo que quiera que no siento remordimientos por si se le va el teflón o el antiadherente. Pues nos dijo que a ver si cuidábamos un poco más las cosas, porque su sartén no tenía dos semanas y ya estaba llena de grasa.
Jc desde navidades que no come en el piso, y yo sigo usando las sartenes viejas (solo un par de veces contadas usé esa, y porque cocinaba David y la prefiere; la primera vez que la fregué ya estaba llena de grasa). Echad cuentas, porque a mí ya no me cuadran las cosas.
Por cierto, chicos, me habéis roto una espátula y no solo habéis tirado el mango de manera que ya no os puedo explicar que solamente se descoloca, sino que no me habéis dicho nada y yo no he dicho nada tampoco. Pero las cosas de la cocina, o son de Lc o son mías, a excepción de un par de platos y las tazas de desayuno, no era difícil saber de quién era. Hoy voy a comprar otra, a ver si alguien se da por aludido.
Otra cosa: en turnos de limpieza, de la primera tanda, yo fui la última encargada de la cocina. Intenté limpiar la mampara de la campana (no sé desmontarla, ahí tendré que pedirle ayuda a David otra vez :$) como hago en mi casa, con un papel húmedo, y el papel no corría, se quedaba pegado en la grasa. Y no era una grasa que llevase una semana ahí, como si el anterior a mí no la hubiera limpiado; era una grasa que llevaba tres semanas. Si ellos no la limpiaron, yo no la limpiaré para que abusen todo el curso como están haciendo con los platos que me van colando. La semana que vaya a tocarla y esté limpia, cuando me toque limpiar la cocina, volveré a fregarla.
Que esa es otra, a ellos les encanta dejar la comida en el fuego e irse a su habitación, o cualquier cosa menos estar pendiente de la cocina. En mi casa y en el piso del año pasado le íbamos pasando un papel de cocina absorbente por dónde íbamos ensuciando a medida que cocinábamos, y aunque no queda limpio de todo, a quien le toque fregar esa semana se le hace mucho más fácil. Lo digo especialmente por la campana, porque en la mampara no cuesta nada pasarle un papel a cada poco mientras la grasa no está pegada.

Y este escándalo viene porque el dueño del piso quiere que lo tengamos inmaculado, sino parece ser que puede no hacernos contrato para el año y buscarse a otras personas. Que un día vino a cobrar y se encontró unos platos sin lavar y no le hizo gracia, y otro día se encontró con un par de bolsas de basura sin bajar. No quiero pensar qué habrá pensado aquella mañana que se presentó para cambiarme la cerradura de mi habitación y me despertó, porque estaba la cama sin hacer. Por cierto, no cambió la cerradura, sino me que me la jodió. No he vuelto a saber de él para poder volver a cerrar la puerta con pestillo.

Tampoco quiero hablar de cómo llevamos el turnarnos la lavadora. Solo la usamos Jc, Lc y yo, no somos tantos. Aún recuerdo aquellas dos semanas que estuve atenta de la lavadora para poder mi ropa y no encontré ni un hueco. Cuando lo encontré el tendal estaba ocupado con ropa mojada, y esperé a que secase y a que su dueño la recogiese para poder tender la mía. Mi sorpresa cuando voy a ver si la ropa está seca y hay otra ropa en su lugar. No era la mía. Por la presencia de bragas y pijamas colores pastel solo podía ser de Lc. Mi ropa estaba en un barreño, encima de la lavadora. ¿Qué pasó? Vio el tendal vacío, quitó mi ropa de la lavadora, mojada, la puso en un barreño, puso ella su lavadora y así como acabó corrió a tender su ropa, antes de que yo me diese cuenta.
Ese fin de semana bajé a casa, y cuando volví ella ya había recogido su ropa y Jc ya tenía otra colgada. Cuando por fin pude colgar mi ropa no solo apestaba a humedad (gracias a Dios que en el tendal aireó) sino que las prendas que estaban por encima del barreño ya estaban secas.

De todo esto no les he dicho nada. ¿Quieres que curre un poco más en la cocina cuando la friego? Curraré más. Pero eso sí, olvídate de que friegue platos que no son míos, o que te sonría cuando nos cruzamos por el pasillo. El ogro que llevas siendo unas semanas, que David pensó que te pasaba algo, aunque yo lo relacioné con los exámenes, ahora lo seré yo.
Porque la próxima vez que me vayas (vayáis en realidad) a echar una bronca disfrazándolo de charla de buen rollito wey primero mira si tu sartén la limpiaste bien, o si tú también llevas sin fregar los hornillos cuatro meses, o si ni siquiera le pasas un agua cuando dejas los fogones llenos de aceite o agua. Y no te quejes de que no hacemos nada, porque si hacen falta servilletas, papel higiénico, Fairy o lo que sea, cuando me veas dime sin miedo “oye, la próxima vez que vayas al supermercado trae esto”, en vez de hacerlo tú y enfurruñarte. Porque si siempre repones tú, yo siempre veo que hay y no me preocupo de cuándo se va a acabar. Y esto lo digo porque todavía no lo echaron en cara, pero se le ve que tenía ganas.



“Que de los siete años que llevo de carrera, éste es el que peor estoy”, tiene la cara de decir.

5 comentarios:

Sandra dijo...

Siempre hay quien se quiere aprovechar de los demás... y encima tiene la caradura de echar por cara que hay algo que ha hecho y los demás no.

En fin, paciencia...

Muchos besos!

Isi G. dijo...

Vaya con la convivencia u.u Todos los años tienes movidas con alguien por lo que sea. Mucho ánimo y suerte con la petarda esta^^

Besotes^^

Isi G. dijo...

Vaya con la convivencia u.u Todos los años tienes movidas con alguien por lo que sea. Mucho ánimo y suerte con la petarda esta^^

Besotes^^

Kiwi dijo...

Madre mía... Mira, yo no entiendo por qué se forman esos lío. Con lo sencillo que es repartir las taeras y hacerlas. Y te comprendo, porque una ya se harta de tener que hacer las cosas de los demás, pero joder, es que me enervan estos temas, no te gusta, no te apetece, pero lo tienes que hacer o vas a vivir en la mierda y todo el rato con peleas... ¬¬

En fin, corazón, que solo queda tener paciencia. O eso, o te los cargas a todos xd

Suerte...



=)

Anónimo dijo...

Por eso mismo se suele decir "mejor sola que mal acompañada!" jajaja

Así estoy yo, perfectamente, sola en el piso, totalmente a mi bola, que si me apetece recoger recojo y si no me apetece pues no recojo y ya lo recogeré mañana... jeje