Photobucket

19 de noviembre de 2009

Estancia en Lisboa vol.I

Como decía en la entrada anterior, llegamos a la estación Oriente de Lisboa cerca de las 6 de la mañana, de noche, pero a punto de amanecer. Mientras desayunábamos en una cafetería dentro de la estación que estaba a punto de abrir, fue haciéndose de día.
Exploramos durante un rato la estación, que es gigante. En el mismo edificio se juntan la estación de tren, una de metro, la de autobuses y, debido a todo esto, también hay un montón de espacio para taxis xD Además, y unido a la estación, tanto por encima de la tierra como en un piso subterráneo, hay un centro comercial gigaaante. Mirando todo esto, empezando a conocer el sitio y así, quisimos buscar la consigna para dejar las bolsas más pesadas y así poder ir a buscar la pensión sin tener que ir cargando con ellas.
Abría a las 8, así que esperamos a que diesen las 8.
Dieron las 8, vimos que esa consigna eran unas taquillas de pago, y decidimos pasar.
Ya que íbamos a llevarnos las mochilas, decidimos buscar un puesto de información para coger un plano y saber exactamente dónde estaba el albergue. Preguntamos a un hombre, y nos dijo que en la planta de abajo. Como en la planta de abajo no aparecía ningún puesto de información, le preguntamos a una chica que trabajaba por allí. Nos dijo que ni en la estación ni en el centro comercial había puestos de información, que teníamos que ir al centro. Entonces, buscamos por líneas wifi para buscar por Google Maps, pero, una vez más, no había ninguna abierta.
Vimos un ciber, abría a las 9, así que esperamos a que diesen las 9. Cuando abrió, le pedimos contraseña para el wifi para conectarnos desde el móvil (se guardan los datos y luego se puede acceder a lo que entraste antes aunque no se esté conectado, creo). Nos conectamos una media hora, vimos dónde estaba la calle, la pensión y nos fuimos.

Photobucket

La estación por fuera.

Photobucket

El centro commercial desde la explanada de la estación.

Nos parecía pronto para ir a la pensión, porque en la reserva habíamos dicho que entraríamos a las 10, pero en esta no sabíamos si se habían enterado, así que pensamos en hacer tiempo hasta una hora un poco más decente. Así que fuimos en busca del Pavilhão Atlântico, donde se haría el concierto.
A menos de cinco minutos caminando, está justo detrás del centro comercial.

Photobucket

Es tan chulo… y tan grande *-*

Allí, vimos una especie de caseta de obra metálica, que tenía pinta de punto de información. Teniendo en cuenta que está al lado de un centro comercial bastante grande, al lado de una estación importante, y dentro del Parque de las Naciones, con cosas turísticas, y cosas para exposiciones, conferencias, conciertos y demás… era raro que no hubiese ninguna.
Decía que abriría a las 10, así que esperamos a que diesen las diez.
Mientras, nos sentamos en unos bancos bastante deportivistas que había frente al Pavilhão, y las 2 horas que yo había dormido en el tren me tumbaron. Me quedé dormida en el banco, usando la bolsa grande como almohada. Mi niño, que es así de aquella manera, me sacó una foto xD

Photobucket


Una vez abierta la caseta, mi niño cogió un mapa, lo estudiamos un poco y ya nos pusimos en marcha para la pensión, por lo menos para librarnos del peso.
Y… y… me monté en metro!! Por primera vez en mi vida!! Me monté en el metro!! Mola taaaaaaaanto! Tenían unas tarjetas verdes chulísimas, y las estaciones por las que íbamos pasando también estaban muy bonitas… y… el metro mola xD


No fue difícil encontrar la pensión. De donde nos bajamos en el metro, subimos un par de calles, una cuesta bastante empinada, y nos encontramos a un hombre con pintas raras (lo recuerdo como una especie de surfista australiano, no me acuerdo exactamente xD) saludándonos desde lejos. Entramos a la pensión, y ya nos recibieron, nos enseñaron nuestra habitación, dónde estaba la cocina y el resto de las cosas. Cómo funcionaban las llaves (es más complicado de lo que parece, esa casa tiene muchas puertas xD) y tal. Tenían hasta lavadora, cómo mola ese sitio.
Es una casa vieja, muy vieja, de suelos de madera, techos altos y puertas que pesan toneladas. Las cerraduras de las puertas tenían llaves de latón, de estas redondas en plan casa encantada viejísima, y la casa no tenía instalación eléctrica de construcción. No tenían los cables por dentro de las paredes como tienen los edificios de hoy, sino que habían colgado alógenos y llevaban los cables por las paredes, como puestos ahí después de haber construido la casa.

Photobucket

El pasillo de la pensión, al fondo, la cocina.

Nos instalamos, hicimos algo de tiempo, y entre una cosa y otra, nos dio la hora de comer. En Portugal se come temprano, a las 12 o la 1, 1 y media del mediodía como muy tarde. Dejamos las bolsas en la pensión y nos fuimos a dar una vuelta. No buscábamos nada en concreto, aunque el pollo a la brasa portugués yo no quería perdonarlo. Encontramos pocos sitios donde comer, un par de bocaterías, muchas pastelerías, un chino y… en un callejón, un sitio pequeñísimo pero que tenían comida a la brasa. Le dimos una oportunidad y entramos.
Lo de la brasa en Portugal es muy común. Tienen las brasas con el fuego en la cocina, o algo así, porque realmente la comida te la sirven hecha a la brasa. No es como el churrasco español (por lo menos el gallego) que te sirven en bares y restaurantes, que está hecho a la plancha o en olla. Esto es a la brasa de verdad.
Pedimos para cada uno unas chuletas de cerdo. Además de la carne, nos trajo patatas, arroz, y no sé si ensalada xD Comimos por unos 6€ y quedamos tan a reventar que no queríamos postre. Y qué riquísima estaba la comida.

Después de eso creo que nos fuimos a dar un paseo. No lo recuerdo bien, pero creo que sí. Pasamos por un par de tiendas, entre ellas una especia de Todo a 100 que tenía todos sus artículos a un único precio: 1,80€. Tenía desde carpetas a tazas de desayuno, bombillas o alicates xD
Como en todos los mapas marcaban una “fuente luminosa” cerca de donde estábamos, fuimos a ver qué era. Nos encontramos con una extensión de hierba gigante, grupos de gente jugando al fútbol, un parque infantil, y al fondo, una enorme mole de piedra, lo que parecía ser la fuente.
Fuimos caminando, y cuando llegamos descubrimos que estaba apagada. No había agua, y tenía pinta de que llevaba así mucho tiempo. Las estatuas eran deformes y horribles. Para intentar simular el viento, el escultor había puesto torcida la cabeza de un tío, y las figuras de mujeres eran horribles… xD No tengo ninguna foto subida de ellas :___
Parecía que empezaba a llover, así que nos fuimos de nuevo a pensión, a pasar un ratito y de paso ver si el tiempo mejoraba.
Al salir de la Alameda (la extensión interminable de hierba) nos encontramos con los primeros y únicos carteles del concierto que vimos =)

Photobucket
Photobucket


Nos volvimos para la pensión, y me recosté un poco en cama. Pusimos la alarma para las 5 y cuarto de la tarde. Si el tiempo se ponía un poco mejor íbamos a volver al Pavilhão para ir a recoger las entradas y si tal pasarnos por el centro comercial o dar un paseo por el Parque de las Naciones (es que no me acuerdo cómo se escribe en portugués xD).
Me quedé dormida, y cuando volví a ser consciente de que había mundo a mi alrededor, eran las 8 de la mañana del día siguiente.

2 comentarios:

Anice dijo...

menudas vacaciones te estas pegando! *o*
que guaxi todoo! todas las fotos son chulisimas!!
sigue pasandolo bien =D!!

Isi G. dijo...

Qué bien salís los dos =D Y qué envidia me das con cada entrada de tu señor viaje a Portugal (mi querer también T.T)

Besotes xDD