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19 de mayo de 2009

No eres nada

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En mi casa me educaron para que fuese una niña respetuosa, inocente, buena y obediente, aunque también para que pensase por mí misma. Pero la vida y la calle (aunque suene mucho a Bronx y a vieja) me enseñaron que no todo el mundo es así, que hay gente a la que le gusta hacer daño.
La tranquilidad y la amabilidad me lo dieron mis padres, pero la rabia, la maldad y el odio al mundo me lo dio mi fecha de nacimiento. Y no quiero luchar contra eso. Es más, me gusta dejarlo salir de vez en cuando.
Llevo varios años ya sobreviviendo con gente muy mala, gente que me ha hecho ver que sí existe la maldad por la maldad, y que tienes que correr si no quieres que te aplasten. Por decirlo de alguna manera, ellas me han entrenado y me han enseñado que tengo toda esa rabia dentro, y que sé cómo sacarla haciendo más daño del que pueden hacer ellas.

Así que, furcia, mírame como quieras, pero ten en cuenta que esta vez sí estoy un paso por delante. Cuando te cruzas conmigo y se te cambia la cara, yo sonrío con indiferencia. Porque no hay mayor desprecio que el no aprecio. Pero quiero que sepas que es conscientemente. Si no, no tendría tanta gracia, ¿verdad? No te ignoro porque no te conozca, porque no sepa lo que intentas hacer a mis espaldas... sí lo sé, lo sé. Cuando tú vas, yo ya estoy volviendo.
Ponme la cara que quieras, puedes hacer todas las fotos que quieras, puedes subirlas y etiquetar a quien quieras, que no me haces daño. Solo consigues que me ría de lo patética que eres teniendo que inventar una historia que no tienes porque no tuviste valor. Valor como persona o valor de coraje, tómatelo como quieras.
Así que inventa las fantasías que quieras, que cuando yo me doy a dormir, tengo dos brazos rodeándome, incluso cuando él no está presente físicamente, los siento igual. Yo soy capaz de llorar de felicidad, yo tengo quien me apoye incondicionalmente. Tengo quien me pida besos y me conceda todos los abrazos que pueda llegar a necesitar. Yo tengo quien me hace despertar sonriendo.
Y yo puedo dar besos sin que tengan que pagarme.
Y jódete, porque a la hora de escribir esto, estoy a penas a 3 días de firmar los 6 meses más felices de mi vida.
No me haces daño, furcia. Ni siquiera te miré cuando nos cruzamos. No eres nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fuuuuurciiiiiiiiaaaaaaaaaa! xDD

Me encanta, me encanta, me en-can-ta!


jajajaja