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9 de julio de 2013

Primer cambio de planes

Si siguieran adelante todos los planes de los que hablaba en la anterior entrada, debería estar escribiendo cómo fue Hobbycon, aunque debería haber venido a contar durante el fin de semana por qué no iba a ir y el cabreo consiguiente.
Y es que no fui.
En realidad tenía que venir a contar el mejor San Pedro que recuerdo, pero la felicidad de la fiesta, la comida y la compañía me duró poco, ni siquiera hasta el domingo por la noche. Y es que este San Pedro fue irrepetible: coincidió en sábado, hacía años que no teníamos tan buen tiempo, ni yo tenía tanta ganas de comer, y los peregrinos que adoptamos este año eran majísimos y pasé la hora de la comida hablando con ellos. Luego se fueron monte arriba y acabaron durmiendo contra un árbol. También fue un día irrepetible para ellos, y no se lo esperaban para nada. A estas alturas deben estar camino de vuelta a Austria, aunque por lo que me dijeron, tenían billetes de Interrail para volver, y aún deben estar en vigencia. Así que a saber por dónde andan.

Pero la alegría y la fiesta de San Pedro duró el propio día de San Pedro y poco del domingo, porque al poco de volver a casa vi que Iris me había llamado y me decía “llámame que es importante”. Y tan importante que era: a cuatro días del evento me tiraban todas las actividades que había propuesto y me dejaban sin nada que hacer. Lo que no quise adelantar hasta que saliera el programa de actividades (aunque luego yo no lo vi anunciado por ningún sitio) era que iba a moderar unos 4-5 talleres, entre ellos uno muy extenso de amigurumi (dos o tres días todo el día, para quien viniera a la hora que quisiera y el tiempo que quisiera, sin prisas ni horarios), y además otro de lazos, flores, varitas de harry potter, pompones y cubecraft. Y nos los tiraban todos abajo, menos el de la varitas. Incluido el de amigurumi, que lo iba a hacer una asociación, sin más explicación. La organización intentó arreglarlo con un “pero te dejamos venir, te ponemos una mesa para que hagas demostración de amigurumi”, pero no soy un puto florero para ser un objeto de exposición, única y exclusivamente.
Me cabreé. En un primer momento me cabreé muchísimo, porque renuncié a pedir un stand para vender para dedicarme a hacer lo talleres y me dejaban sin ellos; es decir, me dejaban sin participación, y con ese cabreo (que luego fue pasando a decepción) no iba a ir de público. Además de que en caso de ir de público, seguiría alojándome con Iris, lo que significa entrar de primeras y salir de últimas del recinto, y son muchas horas para no tener nada que hacer.
Había esperado meses por el evento. Había esperado por él desde que la organización se desvinculó de Expotaku. Y a cuatro días le perdía toda la ilusión y ganas. Pedí consejo a diferentes personas, sobre si ir aunque en un principio no tuviera ganas, porque una vez allí lo podía intentar pasar bien; o quedarme en casa amargada directamente. Y todos, salvo Iris, me dijeron que me quedase en casa. Y tenían razón, lo mejor que podía hacer era quedarme en casa.

El fin de semana al final no fue tan malo como pensaba. el miércoles lo pasé mal, el jueves tuve momentos de bajón, pero el resto de lo días estuve entretenida y casi me daba igual lo que estuviera pasando por allá. Y de poco me enteré. Sé que el domingo hicieron reunión steampunk y que un día hubo una conferencia de un guionista. Si me hubiera enterado a tiempo, quizás hubiera ido. Pasar cuatro días allí para participar solamente en la reunión steampunk me parecía demasiado tiempo, pero si me hubiera enterado de la conferencia, que es algo que me apetecía bastante, a lo mejor hubiera cambiado de opinión. Guardaron la programación con tanto secretismo que nos quedamos sin saber cosas que se estaban haciendo.
En cuanto a talleres, al final se excusaron con Iris diciendo que la asociación a la que le habían dado el amigurumi había entregado su programación de actividades muy tarde (poco antes de que nos dijera a nosotras que no fuésemos) y que si se lo cambiaban, se formaba el caos y se la tendrían que volver a entregar más tarde aún. Tuve que rebuscar, y vi que el taller de amigurumi lo harían el domingo por la mañana. Iris fue a preguntar y tenían solo 5 plazas. Es decir, igualito a lo que quería hacer yo. No se hubiera notado diferencia si lo hubiera hecho yo.
Del resto de talleres, no los he visto anunciados en ningún sitio. Iris me dijo que hizo dos veces, dos días diferentes, el de las varitas, y nada más.
Así que mi experiencia en Hobbycon se queda en el foro y en las ganas que le tenía, pero nada más. Durante el fin de semana me dediqué un poco a tejer, porque empezó de repente a hacer un calor de la leche y no hay quien toque una lana. Me he dedicado a mantener a la cobaya hidratada, a aprovechar para limpiar la casa y a hacer otras cosas.
También me di cuenta de que me queda esta semana para preparar cosas para el Mercado Medieval (etiquetas, acabar de decidir qué hacer en el puesto, montar un expositor, etc.), porque la semana inmediatamente anterior estaré en Coruña, lejos de los materiales y así; y llego a casa justa para montar y empezar el mercado. Así que a eso empezaré a dedicarme pronto (volver a imprimir, recortar, montar y pegar las etiquetas, un trabajo de chinos que lleva un montón de tiempo).

Ese plan se ha ido a la mierda. El resto se van a cumplir. Volveremos informando.

1 comentario:

Isi G. dijo...

Para ser tú la entrada es muy suave con los del Hobbycon. Pero bueno, ellos se perdieron esos pedazo de talleres que tú te habrías currado ;)

Espero que el resto salga bien. ¡Besos!