Antes de empezar a contar cómo nos fue el día, y sobre todo la noche, quiero pedir disculpas por adelantado porque todavía no tengo photoshop y las fotos que vaya a subir van a estar de aquella manera. Las subiré igualmente a Facebook, y cuando tenga photoshop de nuevo las arreglaré y todo eso, y las resubiré. Mientras, tengo que apañármelas como pueda.
El día empezó temprano. David y yo quedamos con Iris en coger un tren para llegar a comer a Santiago, y tomarnos la tarde con tranquilidad. El que mejor nos venía salía a las 12 y media, porque el siguiente ya era a las 2 de la tarde y llegaríamos famélicos a Santiago (el tren tarda como mucho 40 minutos, pero luego hay que encontrar dónde comer). Llegamos bien y con tiempo, pero muertos de hambre. Aprovechamos y pasamos por la pensión para dejar las mochilas, y luego nos fuimos a comer a un Lizarrán. No sé qué tiene ese Lizarrán de Santiago, que ya son dos veces que voy a comer allí, y dos camareros bordes que me caen. Pero bordes hasta decir basta. Lo intentaré una tercera vez (porque me gusta la tortilla con chistorra que suelen tener, sino me iba a otro sitio) a ver si hay esperanza.
Nos hinchamos a pinchos, éramos tres a comer, y los tres tuvimos problemas al pagar. David no llevaba suelto, y el tío le “hizo un favor” al dejarle pagar con tarjeta. Yo comí 4 pinchos, me cobró 5, y cuando le dije que eran 4, la mentirosa era yo. Me devolvió el dinero también como si me hiciese un favor. E Iris tenía que pagar su parte con un billete grande que le había dado el cajero, y el tío le dijo que no podía, porque no tenía cambio “en absoluto”. Ojalá se clave el palillo del 5º pincho que no comí.
Yo ya quería ir a hacer cola a la Capitol (mi primer concierto en sala, qué rica soy xDD), pero David me dijo que estaba loca, que en la Capitol no se hace cola, que abren las puertas a la hora que más o menos dicen y luego la gente va llegando tranquilamente. Así que estuvimos dando vueltas por la zona vieja de Santiago, intentamos entrar en la catedral (tengo capricho, no me gusta ir a Santiago sin pasar por la catedral, y van tres veces seguidas o más ya…) pero cuando vimos la cola para entrar, además de que no dejan entrar con bolsos grandes y la entrada por el Obradoiro (donde más gente cabe para entrar, es la más bonita y la más cómoda y lógica) ahora está prohibida… vimos la cola, las excursiones que se estaban preparando para ponerse a la cola y preferimos pasar de largo.
Viendo que nos estábamos empezando a cansar y nos quedaba mucha noche por delante, nos fuimos a la pensión. Nos tiramos en cama a ver Neox mientras Iris se dormía una siesta, y cerca de las 8 y media nos fuimos, ya sí, a hacer cola a la Capitol; las puertas abrían a las 9.
David tenía mucha razón. Cuando llegamos, no había ni diez personas en la cola. Entre ellas una histérica que no paraba de gritar por cualquier cosa. “MANUUUUU”, “JOOOORRGEEEE”, “SEGURRAAAAATAAAA”, “UNA MOOSCAAAA”. Al principio nos reímos de ella. Vale, es la emoción, a lo mejor no le da para mucho más y está descontrolada. Quizás si pasa algo de tiempo se da cuenta del espantoso ridículo que está haciendo, o se queda afónica, o se muere, o algo. Qué equivocados estábamos. Solo decir que se acabó el concierto y la tía seguía gritando…
A los diez minutos se empezaron a escuchar comentarios entre la cola sobre las histéricas de la primera fila. Supongo que los de dentro también estaban hasta las narices de ellos, y tendrían toda la razón del mundo.
Pues eso, nos pusimos a la cola. Los seguratas subían y bajaban la persiana, no sé realmente por qué. Nos mandaron cambiar la dirección de la cola (cuesta abajo en vez de cuesta arriba), y volvieron a cerrar las persianas. Abrieron las puertas una hora después, a las 10 prácticamente en punto. Dudábamos del puesto de merchandising, pero al entrar lo vimos de pasada. Acordamos pillar sitio cuanto antes y luego hacer turnos para ir xD
No hizo falta correr, la verdad xD David nos contó el “truco” de la Capitol, y nos pusimos exactamente dónde nos dijo: a la izquierda del escenario, cuánto más delante, mejor. Fuimos directas a las vallas, cómo no.
El escenario era simple de todo. Pero una Ô grande al fondo no paraba de recordarme que realmente era Sôber. Que no era un concierto cualquiera, no era cualquier otro grupo por el que me hubiera molestado pasar una noche en Santiago. Eran Sôber. Sôber de verdad.
Esperamos durante un ratito. También cómo dijo David, la sala se fue llenando poco a poco. No llegamos en ningún momento a estar apretados, o por lo menos por la zona por la que estábamos nosotros.
Los técnicos de sonido iban y venían, no tenía pinta de que fueran a salir pronto a escenario. Yo contra las vallas ya era feliz. Empezaron a probar también las máquinas de humo, primero poco a poco, y cuando nos dimos cuenta, el escenario estaba bajo una capa bastante densa de humo. Creo que pusieron una grabación de sonidos metálicos e industriales, tipo máquinas, vapor y trenes. Cuando nos dimos cuenta, Manu, Jorge y Antonio ya estaban fuera, con sus instrumentos. ¿Dónde cojones está Carlos? ¡Quiero ver a Carlos!
Y ahí vino.
En el concierto, tocaron todas las canciones. No les faltó ninguna mítica. Bueno, mentira. Les faltó 12+1 y Lejos, las dos que más ganas tenía de escuchar. Pero del resto, las tocaron todas. Incluso muchas de los primeros discos que no creí que llegase a escuchar en directo, como Cubos, que fue una pasada que no me esperaba en absoluto. Otra que no me esperaba y me empezó a temblar todo por dentro (también de manera literal, pero no me refiero a eso) fue Ocaso, una canción que tienes que verla en directo para entenderla; y se entiende muy bien.
Después de la separación, tenía un poco de miedo de que la banda no fuese lo mismo. Que, como otros, hubieran vuelto porque sus proyectos paralelos no iban tan bien como el grupo conjunto y hubieran aprovechado que los fans los echábamos de menos para volver. Poco después de salir a escenario, tuve claro que no era el caso. Durante el concierto, entre las canciones, nos dijeron mil veces que [b]Sôber está aquí para quedarse[/b]. Nos agradecieron estar esperando todo el tiempo que estuvimos esperando para poder volver a verlos juntos, y estar allí esa noche. Se notó el buen rollo que hay entre ellos, que están a gusto encima del escenario, y que les gusta hacerlo. No sé explicar lo que sentí al ver que de verdad hay Sôber para rato… entre alivio, alegría y no sé exactamente qué.
(foto sin zoom xD)
Hicieron un amago de irse, para volver poco después a darnos la mitad del concierto que nos faltaba. Después de haberme olvidado mi disco original de Sober Stoned (ni siquiera se llamaban Sôber) en el concierto de Savia, me dije que en el de Sôber no me quedaba en casa. Durante ese pequeño descanso, pensando que ya venía el bis, saqué el cd del bolso y lo estuve enseñando como quien no quería la cosa, por si lo veían y se les ocurría salir a ver de dónde había salido ese disco, más viejo que las piedras. Lo vieron entre sus idas y venidas a las esquinas del escenario, con diferentes reacciones xD La más grande fue la de Jorge, que puso cara de “mecagoenlaputa, y eso??” xD
Hasta subió Alberto Cereijo a tocar con ellos un par de canciones
Compramos en el merchandising todos camisetas (por fin encuentro un grupo que vende camisetas que me van pequeñas!!!), y estábamos haciendo malabares para que entrasen las camisetas y los jerseys en mi bolso (he descubierto por fin su fondo, siempre que ponía cosas me quedaba espacio libre, ahora descubrí que puede llegar un momento en el que no se pueda llenar más) cuando David dijo que se iba al baño. Y así como David desaparece por las puertas de la sala, se abre la puerta que estaba a nuestro lado, y el grupo sale. Les enseñé mi disco (consciente de que el bolígrafo lo tenía David) y ya sin darnos tiempo a decirles nada nos dijeron “al puesto de merch, nos vemos en el puesto de merch”, y ahí fuimos. Yo preocupada para que David nos perdiese, no sabía que los baños de los chicos están al lado del puesto de merch, y que cuando intentó abrir la puerta se encontró de cara con Antonio y gente agolpada alrededor xD
Perdimos a Iris mientras decía “Manu, Manu, Manu” y yo no sabía si atacar a Jorge, que estaba más cerca o a Carlos, que no se me podía escapar. Pillé a Jorge, que cuando vio el Torcidos se quedó como “waaa!”,me lo firmó, y sacamos dos fotos (una salió fatal xD). Cuando me quise dar cuenta, Carlos se había escaqueado camino al backstage. Y cuando me estaba cagando en todo lo cagable (Manu se escaqueó también y Antonio no estaba allí desde hacía rato) vimos que volvía a salir pero que se quedaba abajo. Allí fuimos, y lo conseguimos atacar. También flipó cuando vio el Torcidos *-*
La Foto.
Y la toma falsa, que casi me gusta más que la buena xD
Fue rara esa sensación de estar allí, con ellos. Son personas, después de todo. Lo dije muchas veces, para mí ellos, durante muchos años, no fueron seres humanos. Fueron seres etéreos, fueron música y una voz que no correspondía a una persona, fueron un sentimiento. Y ahora una tía que cuánto más conozco peor me cae (pero es que hace méritos para ello) le estaba poniendo morritos a uno, y otras atacaban a Manu mientras Carlos también era asaltado por varios.
De repente fue como si me sintiese dentro de uno de mis propios relatos. Uno que escribí cuando me di cuenta de que realmente eran personas, con una vida normal, y que eran reales. Está en el blog de Canalnostalgia en enero del 2009, creo. Yo no era la protagonista, por supuesto (esas tonterías las dejé hace bastante tiempo), pero la situación me recordaba demasiado a lo que escribí justamente pensando en ellos. Me empecé a sentir rara, entre una especie de melancolía, sentimiento de espectador y un “pero qué haces aquí parada? Ve a decirle todo lo que agradeces este concierto, todo el tiempo que llevas esperando por él”.
Mientras pensaba en muchas cosas demasiado contradictorias entre sí decidimos que estábamos demasiado cansados como para seguir allí, y nos fuimos a la pensión.
No solo cumplí con el sueño de ver a Sôber en directo, después de pensar durante años que era imposible, sino que lo hice al lado de David. Y luego, llegué a conocer al grupo.
Algo que no me había atrevido ni a imaginar.
2 comentarios:
Yo me hubiese arrimado a decirles un simple "gracias por todo" =)
Envidia, chica, envidia!!!!! Ya quisiera yo hacerme fotos con ellos... Ains.
Besotes^^
Suena genial! Me alegro de que hayas cumplido ese sueño =)
Besos!!
Publicar un comentario