Lo sé, ha pasado casi una semana y es imposible que siga flipando por el concierto del sábado. Parece imposible, pero no lo es, porque sigo viendo las fotos, pensando en las canciones, escuchándolas (el otro día me puse la discografía en una tarde, desde Torcidos hasta las nuevas de De aquí a la eternidad), y sigo sintiendo gusanitos en el estómago, y me quedo mirando para las paredes como una estúpida. Si hasta actualicé el fotolog… xD
Entre eso, que no tengo realmente otra cosa que contar, y que con el formateo estuve buscando música para volver a descargarla, el photoshop y tal, estoy totalmente desaparecida del blog. Sigo leyendo, pero no acabo de decidirme a escribir en el mío. Otra entrada dando la brasa con Sôber? Vaya pesada estoy hecha.
Pero es que me quedaban unas cositas por enseñar que no fueron el concierto en sí.
Lo primero, los discos firmados. El de Torcidos es mío (si soy sincera, me lo encontré un día de oferta ofertísima en el Carrefour y me lo llevé a casa pensando “tiene que ser suyo, pero ¿cómo no lo conozco entonces?”, y efectivamente, eran ellos, unos 15 años más jóvenes xD). Tiene pequeños tesoros ahí dentro por sí mismo. Ahora, además, tiene la firma de Jorge en el propio CD, y la de Carlos dentro del libreto, encima de las canciones, además de sus sendas expresiones de sorpresa al encontrarse semejante cosa tantos años después xD
El otro disco es un regalo de Navidad que le hice a David al poco de empezar a estar juntos, el Paradÿsso. Tiene montadas las firmas de Carlos y de Jorge también, porque a Antonio no hubo quien lo pillara y Manu estaba siendo atacado por un grupo de groupies (valga la rebuznancia, sobre todo las de ellas) y así que vio un hueco se escaqueó al backstage.
Lo siguiente, son mis primeras púas “buenas”. Son las de Antonio, que, ventajas de estar todo el rato en el concierto a sus pies, vimos caer como unas 20 púas a lo largo del concierto. Tanto David, como Iris y yo llevamos 2 púas cada uno para casa. Las de Jorge ni las vimos, las baquetas se fueron a las filas de en medio, y las de Carlos las vimos pero no pudimos llegar a cogerlas, y eso que tiró dos por nuestra zona.
Son las primeras púas que recojo en un concierto, y me encantan. La foto no es muy allá porque la cámara no me quería enfocar de cerca y tuve que hacerla desde lejos y luego acercar… un Cristo. Ahí están, una por cada cara, son iguales las dos. Preciosas, y bien guardadas desde ya.
Y para acabar, mis nuevas camisetas. No estaban caras, aunque tampoco baratas, pero eran de mi talla. Estaban a un precio que para las tiendas de camisetas de grupos es algo bajo (sobre todo la azul, la de Reddo), pero es muy caro para Inditex. Y es la primera vez que me encuentro que un grupo vende camisetas de mi talla, y que incluso tiene modelos de mujer. Por fin! También es la primera vez que en una camiseta de éstas no tengo que coger la talla más pequeña; en las de Reddo todavía había una talla más pequeña. Son de estas camisetas de etiqueta de frutas, y van talladas por años. Yo tengo la 7-8 años xD Me hizo gracia el tío encargado del merch, cuando le pregunté por tallas me dijo “depende de si quieres que te quede más ajustada o menos… también tenemos XS” xD
Y para terminar con un octubre que solo me dio el 50% de los conciertos que me prometió, las entradas para Eluveitie y Korpiklaani. No espero saberme canciones o aprendérmelas a estas alturas, y menos en suizo antiguo o finlandés, pero sí pasar una fiesta tremenda, y ver a dos grupos que dudo que vuelvan a pasarse por aquí.
Hasta mañana, que tengo pensada entrada ya.
1 comentario:
Que sólo con verlos ya fliparás.
A mí me pasó eso también con mi concierto, y tardé en actualizar el blog con el tema por lo mismo. Aún hoy me pongo la discografía de esta gente y recuerdo el concierto como si lo estuviera viviendo, el mismo subidón =)
Y te envidiooooooooooooo xDDDD
Besotes^^
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