Wikipedia dice:
El reintegracionismo es una corriente social, cultural y lingüística que sostiene que el gallego y el portugués forman parte del mismo diasistema lingüístico, conocido mundialmente con el nombre de portugués, el cual posee en la actualidad dos normas, las oficializadas en Portugal y los países lusófonos de África (PALOP), y la vigente en Brasil, a las que cabría añadir otra gallega. Promotores del reintegracionismo son asociaciones como la Associaçom Galega da Língua (AGAL), el Movimento de Defesa da Língua (MDL), la Associação de Amizade Galiza-Portugal (AAG-P), las Irmandades da Fala da Galiza e Portugal (IFG-P), la Associação Sócio-Pedagógica Galaico-Portuguesa (AS-PGP), la recientemente creada Academia Galega da Língua Portuguesa y diversas asociaciones cívicas locales. [+]
Isabel la Católica quiso apoderarse de ese Reino, hacer ese territorio suyo. Y para eso, fue introduciendo a la nobleza castellana (su nobleza) dentro de la propia gallega, además de hacer lo mismo con los clérigos. Por supuesto, esta gente no hablaba gallego, solo castellano. En un tiempo, el castellano pasó a ser el idioma de prestigio: lo hablaba la nobleza, que eran los que tenían el poder, lo hablaba la Iglesia (a pesar de que la misa todavía fuese en latín), y las personas letradas. El gallego solo era la lengua del pueblo. Inconscientemente, cuando tenían que dirigirse a sus “superiores”, el pueblo llano sentía que debía hablar en castellano, que era la lengua de las personas importantes y cultas.
Un dato poco fiable pero que necesito contar: por lo que sea, las fronteras políticas separaron a la Gallaecia que habían establecido los romanos en Galicia y Portugal. La frontera se situó donde está ahora. Galicia quedó aislada de Portugal. Sus gentes y sus costumbres empezaron a tomar caminos paralelos, también la lengua. El portugués siguió con su evolución (fuertemente influidos por la cantidad de ingleses que había en su territorio, dato que siempre se omite), y el gallego la suya (muy influenciado por el castellano).
Digo que este es un dato poco fiable porque no me acuerdo exactamente de cuándo ni por qué se produjo esta ruptura, pero sé que está ahí.
Siguiendo con esta visión del castellano como lengua de prestigio y del gallego como una lengua inferior, pasaron muchos años, conocidos como los Séculos Escuros.
Mucho tiempo después, tras haberse abandonado el gallego-portugués como lengua de la poesía y de cultura a favor del español, allá por 1860, el gallego ya prácticamente era como lo conocemos hoy. Entonces, empiezan a surgir de la nada pequeñas muestras de literatura en gallego. Entre ellas, sobresale con mucha fuerza la figura de Rosalía de Castro.
Y de ahí hasta nuestros días. Muchos intelectuales y pocos políticos lucharon por recuperar el gallego; en esa época empezaba a abandonarse su uso hasta en las relaciones familiares. También, tras la represión que sufrió durante la Guerra Civil (si hablabas gallego eras visto como un separatista), las ideas nacionalistas crecieron con más fuerza que nunca.
Y no sé cómo, un grupo de nacionalistas se niega a aceptar la ruptura que hubo hace bastantes siglos con Portugal. Sostienen que el gallego y el portugués son la misma lengua, y que la normativa ortográfica (y léxica y fonética) debería ser la misma para ambas lenguas.
Rechazan letras como la “ll” o la “ñ”, pensando que es una alienación del castellano, y en cambio escriben con “lh” y “nh”, como los portugueses. Algunos separan las “s” y “z” en todas las maneras que hay de pronunciarlas en portugués actual. Proclaman la primacía de las palabras acabadas en –bel (posíbel en vez de posible, alabábel en vez de alabable). Piden la inclusión de la “ç” como letra…
Ésta es la especie de nacionalista que abunda en mi Facultad. Los profesores defienden y predican el reintegracionismo, hacen estudios sobre él, nos lo enseñan en clase.
Cambiando ligeramente de tema, ampliando mis observaciones al grupo nacionalista gallego en general:
No tengo en nada en contra a la teoría nacionalista, es más, estoy parcialmente de acuerdo con él: hace tiempo aprendí que si no cuidamos de nosotros mismos, nadie más lo va a hacer. Si Galicia no trabaja para mejorarse, desde luego, no los extremeños, vascos, o aragoneses van a hacerlo. Al igual que nosotros no nos preocuparemos de ellos.
Pero la experiencia me dice que son las personas las que fallan en el modelo nacionalista gallego. Mi pueblo estuvo gobernado durante muchísimos años por el BNG (desde que se instauró la democracia en España tras Franco hasta hace dos legislaturas), y se ha visto perfectamente cómo son. Personalistas, oportunistas, populistas, victimistas, alguno cae hasta en el caciquismo, cuando se supone que luchan contra eso. Y no hablo solamente por el exalcalde de mi pueblo, porque quien le sucedió es exactamente igual, y los de los otros concellos, y los que consiguieron entrar en la Xunta…
Con lágrimas de impotencia te piden que les permitas hablar gallego, que les permitas continuar con su cultura. Pero no esperan lo contrario: un neo-hablante (persona nacida en una familia hispanohablante, que tuvo como primera lengua materna el castellano, por razones culturales o políticas decide hablar solamente gallego a partir de cierto momento en su vida, y lo lleva a cabo) no entiende cómo yo puedo decidir dirigirme a él en castellano.
“Quien inicia la conversación elige la lengua”.
Sí, pero si empiezo yo, él no me sigue en español.
Quizás, dentro de los nacionalistas a los que me estoy refiriendo, los más reaccionarios sean los reintegracionistas. Hasta ahora, de las personas que conozco, son las menos tolerantes. Y no tienen ninguna clase de reparo en llamarte galegófobo, palabra que, por cierto, estoy escuchando mucho y que les encanta.
Y se me ocurrió escribir esto por una anécdota que pasó en mi Facultad no hace tanto tiempo:
En unas Jornadas sobre el uso del gallego en la construcción de la conciencia nacional, invitaron a darnos una pequeña charla a un grupo compostelano de música que canta en gallego: Ataque Escampe. Hicieron un pequeño repaso a su discografía, y como chiste resaltaron el título de uno de los discos: “Galicia es una mierda” (literalmente, el título está en español). Obviamente, el título es una sátira sobre el auto-odio que hay en Galicia: el tópico real del atraso en el progreso, el rechazo al gallego, etc.
Después de bromear con eso, se les preguntó cómo sería el nuevo disco: si rompería con los esquemas establecidos en Galicia es una mierda, si seguirían por ahí, o qué novedades podría traer. Entre bromas, los dos chicos del grupo dijeron que sí rompían con las bases de ese disco, y mientras se reía, se les preguntó sobre el título del disco.
Se habían reído del Galicia es una mierda, hasta también se rieron cuando uno de los del grupo propuso el título Europa es una mierda, pero cuando el otro, queriendo seguir con la gracia dijo: “Portugal es una mierda” (quería hacer un chiste implícito sobre la equivalencia de Galicia y Portugal), el salón donde estábamos se quedó callado. Los reintegracionistas (prácticamente la totalidad del auditorio) se quedaron con la boca abierta, sin saber qué decir, perplejos.
Los que no entrábamos en ese grupo, nos miramos los unos a los otros, esperando alguna clase de reacción. A los pocos segundos siguieron con las preguntas, dejando el agua correr.
No lo exagero, me arrepiento de no haber tenido la cámara de fotos, para poder enseñar las caras que se les habían quedado.
Y ahora, una grabación totalmente desligada, pero que me hizo coña.
Y a todo esto, los portugueses no les hacen ni caso.
2 comentarios:
Pues vaya ambiente se respira por ahí :S
Estoy de acuerdo con eso de conservar la lengua, vale, y que se parecen al portugués, también, y el portugués también se parece mucho al castellano... No entiendo porqué son tan intransigentes :S
Besotes^^
Son os que van acabar co gallego, e non se dan conta :(
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